El ex ministro de Justicia israelí Yosef (Tommy) Lapid murió esta mañana a los 77 años tras sufrir de cáncer y haber sido internado unos días atrás en un centro médico de Tel Aviv.
Lapid fue presidente del partido político Shinui (de orientación secular y sionista) y titular de la cartera de Justicia durante el gobierno de Ariel Sharon.
En los últimos años se había desempeñado como presidente del consejo del Museo Yad Vashem.
Sobreviviente del Holocausto, Lapid fue un reconocido periodista y se unió a Shinui tras las elecciones legislativas de 1999.
Bajo su liderazgo, el partido consiguió seis escaños en la Knesset. En la siguiente elección el partido cosechó 15 bancas, lo que permitió que entrara a la coalición de gobierno de Sharon en 2003.
En enero de 2006 -luego de haber sido viceprimer ministro y estar a cargo de la cartera de Justicia, y tras una ruptura en Shinui- Lapid anunció su retiro del movimiento y de la vida política.
Nacido en 1931 en la ciudad de Novi Sad en Yugoslavia (hoy Serbia), huyó junto a su madre tras el traslado de su padre a un campo de concentración y llegó a Israel en 1948.
Una vez en el Estado hebreo, estudió derecho en la Universidad de Tel Aviv e ingresó al diario Maariv, primero como secretario personal del editor Azriel Carlebach, y luego como redactor y columnista.
Hasta las elecciones para la 15º Knesset en 1999 fue editor en Maariv, miembro del panel del programa de televisión “Popolitica” y conductor de un programa en la Radio Israelí.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, elogio a Lapid en el comienzo de la reunión de gabinete, hoy por la mañana.
“Tommy era un judío en cuerpo y en alma aunque a veces hacia caso omiso del protocolo”, señaló.
Olmert le dijo a sus ministros: “Lapid, mi mejor y más cercano amigo durante décadas, murió. Fue un refugiado del Holocausto, que vivió y respiró el destino judío durante toda su vida”.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, dijo esta mañana: “Perdimos a un hombre que dejó un gran aporte a la sociedad israelí”, y destacó la “convicción interna” de Lapid.
El ex ministro del interior Abraham Poraz también se refirió a Lapid: “Era un gran hombre en todo el sentido de la palabra, un hombre de letras, un enciclopedia caminante, un amigo”.
Según Poraz, Lapid probó que para ser un “buen judío y sionista” no se necesita ser religioso.
“El no tenía problema con la religión sino con el daño que causan los haredim (ultra-ortodoxos) al evadir impuestos y cobrar pensiones del Estado”, señaló Poraz quien militó junto a Lapid en Shinui.
Noah Flug, presidente del Centro de las Organizaciones de Sobrevivientes, calificó a  Lapid como “un ejemplo de los que llegaron a Israel desde el infierno”.
Además acentuó que “fue uno de los pioneros del periodismo en hebreo en Israel”.
“En su rol de presidente del consejo de Yad Vashem representaba orgulloso a los sobrevivientes del Holocausto. Tenía una mente brillante y era periodista de cuerpo y alma”, concluyó Flug.
BK-LM