Agencia AJN.- La lista del predicador chiíta Muqtada al-Sadr ganó las elecciones parlamentarias en Iraq, anunció en la noche de este viernes la comisión electoral de ese país. La facción ganó 54 escaños en el Parlamento, seguida por el bloque liderado por Hadi al-Amiri, quien es comandante de una milicia chiíta apoyada por Irán, con 47 bancas, mientras que la coalición del primer ministro actual Haider al-Abadi alcanzó el tercer puesto con 42 puestos.

Tras la publicación de los resultados oficiales anunció al-Sadr en su cuenta oficial de Twitter: “La reforma está ganando, la corrupción disminuyendo”.

El impresionante logro le proporcionará un gran poder en la negociación para formar coalición, tarea para la cual se cuenta con 90 días desde la publicación de los datos oficiales. No obstante, él mismo no podrá servir como primer ministro, ya que no es parte de la lista que encabeza.

Estas son las primeras elecciones en el país desde que al-Abadi anunció el triunfo sobre Daesh (Estado Islámico) en diciembre pasado, después de tres años y medio de una guerra devastadora contra la organización que en su apogeo llegó a ocupar un tercio del territorio del país.

Festejos en Baghdad.

Recibió elogios por haber logrado repeler a Daesh y restaurar las fuerzas de seguridad, pero los esfuerzos por la reconstrucción son limitados y muchos sectores están decepcionados con la corrupción del gobierno.

El porcentaje de participación en la contienda electoral fue del 44,5%, mucho más bajo que la anterior votación en el país árabe. Todo indicaría que la causa de la escasa participación en el proceso democrático es por la amenaza del Estado Islámico de atentar contra los centros de voto en el país.
Al-Sadr, quien lideró la milicia que combatió contra las tropas norteamericanas tras la invasión de 2003, se opone a toda influencia extranjera sobre Iraq.

Abadi obtuvo 42 escaños en el Parlamento.

Previo a las elecciones Teherán aclaró que no permitirá su ascenso al poder. El año pasado se reunió con el príncipe heredero saudí Mohammad Bin Salman, quien lidera una política agresiva contra Irán.

Al-Sadr prometió en su campaña ayudar a los más necesitados y construir escuelas y hospitales, esto en el contexto difícil del país de recuperarse de los combates contra el Estado Islámico y por la caída del precio del petróleo. Reclutó a jóvenes de los barrios pobres de Bagdad, capital del país, y aunque es chií, destacó su nacionalismo iraquí e intenta equilibrar su política.

FO