Agencia AJN.- Las imágenes de la cámara de seguridad del ataque de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel muestran los extraordinarios momentos en los que un joven soldado fuera de servicio defendió a los civiles acurrucados dentro de un refugio contra cohetes mientras los terroristas lanzaban una granada tras otra con la intención de matar a los que estaban dentro.

El sargento Aner Elyakim Shapiro, de 22 años, las lanzó una tras otra. Lo hizo siete veces, antes de que la octava granada lo hiriera de muerte.

Aunque Shapiro no sobrevivió, sus acciones ayudaron a salvar la vida de al menos otras siete personas.

Las personas que escapaban del Festival Supernova, donde los terroristas habían matado a tiros a cientos de asistentes a la fiesta, habían corrido al refugio para esconderse, pero pronto volvieron a ser atacadas mientras los terroristas seguían merodeando por la zona.

Los terroristas dispararon contra el refugio y lanzaron múltiples granadas. Tras herir a Shapiro, los terroristas entraron en el refugio y mataron a algunos de los que estaban dentro, hirieron a otros y tomaron a algunos como rehenes. Los que sobrevivieron lo hicieron escondiéndose bajo los cuerpos de los muertos durante horas hasta que llegaron los equipos de rescate.

El vídeo gráfico, que se hizo público íntegramente el martes después de que aparecieran fragmentos del mismo a lo largo de la semana pasada, muestra también el momento en que uno de los civiles israelíes intenta huir del refugio antiaéreo y es abatido a tiros por los terroristas (fuera de pantalla).

De los que estaban en el refugio con Shapiro, al menos siete sobrevivieron y se cree que otros fueron tomados como rehenes.

En una entrevista con Channel 12, Shira y Moshe Shapira hablaron de las acciones de su hijo y de los vínculos que han establecido con quienes sobrevivieron gracias a él.

«Lo que nos reconforta es que salvó a tanta gente y les dio la vida. No llegaremos a verle tener hijos, pero tuvimos el privilegio de ver a aquellos a los que salvó, que llegarán a tener hijos y vivirán vidas buenas y felices», dijo su madre Shira.

«Estoy llena de amor por esas personas a las que Aner salvó sin saberlo», añadió, señalando que muchas de ellas habían asistido a su funeral y habían venido a presentarle sus respetos durante el último mes.

En un segmento emitido por Canal 13, los supervivientes del atentado se reunieron con los padres de Shapiro y describieron cómo les protegió con su vida.

«Lo que recuerdo de él es que enseguida dijo que había una intrusión terrorista y nos dio seguridad, y aunque no dijo mucho nos hizo sentir tranquilos», dijo Agam Yosefzon. «Recuerdo que le dije: ‘Gracias por venir, nos mantienes tranquilos’. Eso fue lo último que recuerdo haberle dicho antes de que ocurriera todo».

«Tenía esa sensación de tranquilidad», añadió. «Nunca había visto tanta nobleza en una sola persona».

Con un brazo ortopédico por la herida que sufrió aquel sábado, Itamar Shapira (sin parentesco) presentó a los padres de Aner dos fotos que había tomado aquella mañana mientras se escondía en el interior del refugio público.

En las fotos, se ve a Shapiro de pie en la entrada del refugio mientras otros se agachan en el suelo detrás de él.

«Vio el grande enseguida y lo tiró rápidamente, en menos de tres segundos», dijo Shapira. «Lo extraordinario es que no se sabe cuánto tiempo lo estuvieron reteniendo antes de tirarlo dentro. Es lo más valiente que he visto hacer a nadie en mi vida. Es un héroe».

En declaraciones al Canal 12 el martes, Shira dijo de su hijo: «Como su madre, la palabra ‘héroe’ no le pega. Si estuviera aquí ahora no le gustarían todos los elogios, diría ‘hice lo que tenía que hacer'», simplemente, sin poses ni medallas ni coronas. Me quedé ahí e hice lo que tenía que hacer», diría. Así era él. Simplemente hacía lo que había que hacer».

Antes del 7 de octubre, Shapiro había estado trabajando en un álbum que aún no había publicado. Tras su muerte, sus padres subieron una de las canciones a YouTube, y tienen planes de publicar el álbum completo en los próximos meses, dijeron.

«Vemos toda su vida, no sólo de lo que se habla ahora, eso es sólo la punta del iceberg», dijo Shira. «Tuvo toda una vida, que terminó demasiado pronto, en la que fue un amigo, hijo, hermano y nieto increíble, que siempre trató a la gente de la mejor manera posible».

Entre los que se escondían en el refugio con Shapiro estaba su íntimo amigo, Hersh Goldberg-Polin, a quien el ataque le arrancó un brazo por debajo del codo.

Según testigos presenciales, Goldberg-Polin fue cargado en la parte trasera de una camioneta con otros rehenes y se lo llevaron. Se desconoce su paradero.