Al cumplirse 115 años de aquella "Jevrá Kedushá" creada en 1894, hoy la AMIA es un actor fundamental para la comunidad judía de la Argentina, tanto que desde el mismo Gobierno Nacional se la consulta frente a cualquier decisión que involucre la vida de los judíos en el país.

En diálogo con esta agencia importantes personalidades que llegaron a ser presidentes de la mutual, en diferentes etapas históricas, expresaron sus recuerdos de aquellos años:

"La existencia de la AMIA significa la subsistencia de la comunidad, por sus actividades, su rol en la cultura, en la educación y en la religión. Sin embargo la AMIA fue sufriendo transformaciones y de esos fines reducidos, que tenía en su origen luego se convirtió en una Kehila con objetivos múltiples", señaló Mario Gorenstein quien fuera el presidente de la mutual desde 1975 hasta 1978 y agregó que "hoy la AMIA cumple sus objetivos propios y suple lo que otras entidades no pueden cumplir."

Por su parte Abraham Kaul también presidente de la AMIA pero entre el 2002 y el 2005, dijo que "La AMIA es el modelo de gobierno de la comunidad judía, el que llevaron los judíos al exilio, con un cementerio, asistencia a los enfermos, ayuda a la mujer, educación…La AMIA es el corazón de la vida judía, no existe actividad de la cual la AMIA este desligada, es el domicilio de todo judío en la Argentina", expresó y subrayó el hecho de que "después del brutal atentado (18 de julio de 1994) en donde murieron 85 personas, la AMIA debió sumar a sus múltiples actividades la de la acción política."

El actual presidente de la AMIA, Guillermo Borger, dialogó con AJN desde sus vacaciones en Israel y dijo que "La AMIA es la vida de la comunidad judía, para todo ser humano judío desde que nace hasta más allá de los 120 años. Es el respaldo a través de la acción social para los más vulnerables para que lo económico no sea una barrera y pueda continuar con la tradición judía."

Luis Grynwald, quien presidió la mutual entre el 2005 hasta el 2008, mencionó que “La AMIA rige la vida judía desde hace 115 años, no podemos olvidar de muchos que donaron sus horas , días y años en pos del engrandecimiento de la comunidad judía. Dirigentes de la talla de  Gregorio Fainguersh,  Tobias  Kamenzain,  Jaime Rajchenberg,, son sólo algunos pocos nombres que me acuerdo pero debe haber muchos hombres anónimos que trabajaron por esta AMIA, que es hoy el orgullo de nuestra comunidad.”

Consultados acerca de su experiencia personal al frente de la institución, los ex dirigentes coincidieron en la importancia que tuvo el cargo para su formación personal.

Borger, aseguró que "es un honor" que no esperaba pero que asumió con una gran responsabilidad. "Trabajo para lograr que todos los objetivos se cumplan y mi intención es continuar para lograr la justicia en la causa AMIA, desafío que yo asumo personalmente", sostuvo el actual presidente y añadió que todo ese trabajo lo realiza dentro un marco de "Shalom Bait" (hogar en paz) interactuando con todos los sectores en pos de lograr este camino.

"Se trató de un gran desafío para mí porque recibí una AMIA con una deuda de 25 millones de dólares y estuve en el peor momento de la comunidad judía con altos niveles de pobreza, impulsamos la causa AMIA y logramos terminar con aquella deuda", dijo Abraham Kaul y añadió: "Todo judío debe brindarle a la comunidad lo que puede ofrecer. Yo fui capacitado para esto y me he brindado y espero haber sido un aporte más en la cadena milenaria."

Gorenstein destacó: "Para mi significó mucho, yo soy el presidente más antiguo que existe hoy y soy quien llegó más joven, con 41 años, a ese cargo. Fue la consecuencia de una militancia en la comunidad judía que me produjo una gran realización ya que luego ocupé la presidencia de la DAIA, en 1980, y, en la misma década también fui el presidente del Congreso Judío Latinoamericano."

Para Luis Grynwald, ser presidente de AMIA fue “devolverle a la comunidad lo que la comunidad le aportó y le dio a mis abuelos primero y a mis padres después del Holocausto. La contención y la ayuda necesaria para poder tener un marco judío en la diáspora, un país que los albergó  como la Argentina, y donde pudieron formar una familia judía.”

Grynwald añadió: “El honor de tener la responsabilidad de dirigir la AMIA , con la red de empleo privada mas importante del país, con el departamento de cultura lleno de actividades  y la visita de miles y miles de personas por año, con un centro de día para nuestros adultos mayores en la calle Uriburu, que es modelo en todo el país, la red de escuelas e infinidad de actividades más,  me hace y hace sentir a toda la comunidad que estos 115 años que se cumplen han sido muy satisfactorios .”

El edificio de la mutual en el que miles y miles de judíos de la Argentina reciben asistencia de todo tipo a diario, se vio obligado a modificar su estructura e incluso su tradicional fachada en 1999, tras el violento atentado sufrido en 1994, sin embargo, cada recuerdo, cada persona, cada momento allí vivido aún se mantiene intacto en su atmósfera.

SJS