Agencia AJN.- El gobierno de Barack Obama permitió a los miembros de Hezbollah participar en operaciones de tráfico de drogas y lavado de dinero, incluidas actividades llevadas a cabo dentro de los Estados Unidos, en un intento por asegurar un acuerdo nuclear con Irán, según reveló una extensa investigación conducida por la revista Politico.
 
El Proyecto Cassandra fue una ambiciosa campaña de aplicación de la ley lanzada en 2008 por la DEA (Drug Enforcement Administration), dirigida a atacar la actividad criminal de la organización terrorista libanesa. Sin embargo, según Fox News, «lanzando una serie de obstáculos que retrasaron el proyecto, los funcionarios de la administración Obama ayudaron a permitir que la empresa criminal antiisraelí de 35 años se convirtiera en una importante amenaza de seguridad global financiando operaciones terroristas y militares».

«Esta fue una decisión política, fue una decisión sistemática», expresó David Asher, quien ayudó a establecer y supervisar al Proyecto Cassandra como analista de finanzas ilícitas del Departamento de Defensa. «Rompieron en serie todo este esfuerzo que fue muy bien respaldado y dotado de recursos, y se hizo de arriba hacia abajo», agregó. 

Según el informe, durante ocho años los agentes que trabajaban en una instalación secreta de la DEA en Chantilly, Virginia, utilizaron escuchas telefónicas, operaciones encubiertas e informantes para cartografiar las redes ilícitas de Hezbollah, con la ayuda de 30 agencias de seguridad estadounidenses y extranjeras. Siguieron los envíos de cocaína, rastrearon un río de efectivo sucio y rastrearon lo que creían que era el círculo más interno de Hezbollah y sus patrocinadores estatales en Irán.

Pero cuando los líderes del Proyecto Cassandra buscaron la aprobación de importantes investigaciones, procesamientos, arrestos y sanciones financieras, los funcionarios de los departamentos de Justicia y Hacienda retrasaron, obstaculizaron o rechazaron sus solicitudes.

Los miembros del Proyecto Cassandra aseguraron que los funcionarios del gobierno también bloquearon o socavaron sus esfuerzos para perseguir a los principales operativos de Hezbollah, incluido uno apodado ‘El Fantasma’, uno de los traficantes de cocaína más grandes del mundo, incluido EEUU, así como un importante proveedor de armas convencionales y químicas para uso del presidente sirio Bashar Assad contra su pueblo.

Los ex funcionarios de la Administración Obama, sin embargo, negaron haber desbaratado cualquier acción contra Hezbollah o sus aliados iraníes por razones políticas. «Hubo un patrón constante de acciones tomadas contra Hezbollah, tanto mediante duras sanciones como acciones de aplicación de la ley antes y después del acuerdo con Irán», remarcó Kevin Lewis, portavoz de Obama que trabajó tanto en la Casa Blanca como en el Departamento de Justicia en la administración.

Pero según Asher, «cuanto más nos acercamos al acuerdo con Irán, más se fueron estas actividades. Gran parte de la capacidad, ya se tratara de operaciones especiales, si se trataba de hacer cumplir la ley, si era designaciones (del Tesoro) -incluso la capacidad, el personal asignado a esta misión- fue drenada asiduamente, casi hasta la última gota, por el final de la Administración Obama», resaltó.