1. El partido derechista "Israel Nuestro Hogar" liderado por Ivet Liberman -y que al igual que él, su principal sustentación electoral aún proviene de inmigrantes o israelíes originarios de la ex-Unión Soviética- sigue aumentando su probable caudal de votos.
2. Simultáneamente se achica la brecha en el número de bancas a obtener por el partido centro-derechista Likud de Benjamin Netanyahu, que sigue ubicándose en primer lugar, y Kadima (partido centrista) de la Canciller Tzipi Livni, que se ubica en segundo lugar en el apoyo del electorado israelí.
Esto lo comprueban con bastante similitud casi todas las Encuestas, pero se refleja en forma clara en el sondeo de "intención de voto" publicado hoy por el periódico tabloide "Maariv"; donde el Likud (Netanyahu) se coloca a la cabeza con 27 bancas del total de 120 lugares existentes en el parlamento israelí.  Le sigue en segundo puesto, el partido Kadima (Livni) con 23 escaños.
De confirmarse estas cifras en las urnas,  la diferencia entre los dos primeros partidos con posibilidad real de que el Presidente de Israel,  Shimon Peres, les encomiende la formación del próximo gobierno, se reduciría a solo 4 diputados.  Cuando la encuesta anterior del mismo diario Maariv, el 30 de enero, marcaba 5 lugares de diferencia entre los partidos de Netanyahu y Livni.
En tercer lugar -según la encuesta de Maariv- se colocarían juntos: el laborista Avodá -de Ehud Barak, que como titular de la cartera de Defensa, desde la reciente guerra antiterrorista en Gaza, viene mejorando su performance electoral- y el partido derechista "Israel Nuestro Hogar" (Liberman), que cada uno de ellos, obtendrían suficientes sufragios para 17 diputados.
En cuarto lugar pero con sólo 10 representantes, entraría al nuevo parlamento el partido religioso ortodoxo sefardí SHAS.  De ser así, SHAS estaría perdiendo votantes, en relación a encuestas anteriores, tanto de Maariv como de otros medios de prensa israelíes. 
El partido de la Nueva Izquierda Sionista Meretz, que como tal debuta en esta contienda electoral, llegaría a los 6 legisladores, sin superar el número de adeptos que Meretz obtuvo en el parlamento saliente si el aditamento de la "Nueva Izquierda Sionista". 
El partido religioso ortodoxo "Judaísmo Bíblico" conservaría sus actuales 5 bancas.  Mientras que el partido religioso, tradicional nacional "Hogar Judío" (ex-Mafdal) bajaría a solo 3 diputados.  
En cambio el partido "GUIL" de los jubilados, ni someramente se aproximará a su "boom electoral" de su debut en las elecciones del 2006; cuando en forma meramente circunstancial, captaron los votos-protesta especialmente de los jóvenes estudiantes, que les dieron 7 lugares en la Kneset saliente y que dentro de una semana -ninguno de ellos entrará en el XVIII º Parlamento de Israel.
En el desglose de este sondeo de "intención de voto" habría un pase de votantes de los sectores de la nueva izquierda y especialmente votos femeninos, hacia el partido Kadima, por dos razones principistas: apuntalar a Tzipi Livni -la única mujer candidata a la próxima jefatura de gobierno en Jerusalem; y al mismo tiempo intentar un cuasi-empate entre el Likud y Kadima, que bloquee la cada vez más probable presencia dominante  del extremista derechista Ivet Liberman ( Partido de los inmigrantes rusos "Israel Nuestro Hogar").
Donde con ritmo menos sostenido, aún proseguiría un lento traspaso de votantes del partido centrista Kadima de Livni, al laborista Avodá. Pero ahora ya se trata de una leve "filtración" de votos a cuenta gotas; también por dos razones: Ehud Barak sigue encasillado como el más apropiado para continuar como ministro de Defensa, y sin mucho esfuerzo podrá recibir la cartera militar tanto en un gobierno de unidad nacional propiciado por Netanyahu (Likud) y en un gabinete centrista encabezado por Tzipi Livni. 
En cambio como eventual Jefe de Gobierno,  Ehud Barak entusiasma mucho menos al electorado, que los otros dos candidatos a Primer Ministro.
Traduciendo estos guarismos a una fórmula mas concreta, de acuerdo al singular sistema parlamentario proporcional que rige en Israel, de realizarse hoy los comicios Netanyahu (Likud) probablemente formaría nuevo gobierno, pero con una bancada de solos 27 diputados, por lo que necesitará de la concurrencia de no pocos partidos, incluso contrapuestos en sus propuestas electorales, por lo que el jefe del Likud se encontraría nuevamente al frente de un gobierno israelí con un "supermercado" de ideas, en que cada partido tironea para hacia los reducidos intereses de sus votantes.
Una coalición endeble, que no es lo que precisamente necesita  Israel en la actual encrucijada a nivel de los irresueltos problemas de seguridad frente a los palestinos y la cada vez más asechante amenaza nuclear iraní.
Súmese a esto, el problemático por lo menos bienio económico mundial, cuyos coletazos ya se perciben fuertemente -aunque aún no en forma dramática- en casi todos los estamentos de la economía israelí.
Pero cuando en esta nota, puede parecer "que toda la mercadería electoral israelí ya está vendida…", a fuerza de ser sinceros no se puede dejar de mencionar que esta es la contienda electoral israelí que a menos de una semana de la apertura de las mesas receptoras de votos, el número de "votos fluctuantes o flotantes" que aún no decidieron a quien darán su sufragio es muy alto -muy por encima del 20 por ciento de los empadronados-; cuando lo más preocupante es que la mayoría de estos aún indefinidos, son el segmento de electores jóvenes entre los 18 y los 35 años de edad, electores predominantemente racionales; que esta vez al menos no declaran que pueden perfilarse hacia un "voto-protesta", como lo hicieron en las elecciones generales del 2006, cuando ingresaron al parlamento a los ilustres desconocidos de la "tercera edad" del partido de los jubilados.  
Cada encuestador,  al igual que los médicos o los zapateros, también tienen "su forma personal" de descifrar  como votarán casi uno de cada cuatro israelíes; por lo cual es bueno tener en cuenta, que como en las películas de Hollywood, el próximo 10 de febrero en Israel "toda coincidencia entre los resultados del escrutinio verdad y los anticipos electorales de los encuestadores, es mera casualidad". (Por Tzvi Neumann)
TN-GB