Agencia AJN.- Dos años después del fracaso de la primera licitación, el Ministro de Infraestructuras, Energía y Recursos Hídricos Nacionales, Yuval Steinitz, anunció ayer su decisión de realizar una segunda subasta de licencias de exploración de gas natural y petróleo en las aguas económicas de Israel. Los documentos de la subasta se publicarán en las próximas semanas y las ofertas podrán presentarse hasta junio de 2019.

El primer intento de abrir los mares de Israel a la competencia internacional terminó sin gloria: solo dos empresas presentaron ofertas y ganaron seis de los 20 bloques anunciados por el ministerio. Se trataba de la empresa griega, Energean, que en cualquier caso ya estaba activa en Israel (y ahora se cotiza en la Bolsa de Valores de Tel Aviv), y la empresa india ONGC, que recientemente abrió una oficina de representación en Israel pero aún no ha anunciado una fecha para comenzar exploración en el mar. Energean comenzará la exploración durante 2019.

El ministerio espera que la subasta arroje mejores resultados en esta ocasión. Fuentes cercanas aseguraron que existe un interés considerable por parte de las grandes corporaciones internacionales de energía. Equipos de las principales compañías globales han venido a Israel para preguntar sobre los materiales de la subasta, pero no mencionan nombres. Al igual que en la primera subasta, la israelí Delek Drilling, controlada por Yitzhak Tshuva, y Noble Energy, el socio estadounidense en los reservorios de Tamar y Leviathan, no podrán participar en la subasta ya que tienen derechos que producen más del 20% del monto total del gas producido en el país.

Después del escaso interés en la primera subasta, el Ministerio de Infraestructuras Nacionales, Energía y Recursos Hídricos trató de aprender lecciones para hacer que el proceso de subasta fuera más eficiente tanto para los postores como para el estado. A diferencia de la primera subasta, la subasta actual es de grupos de licencias, cada grupo se construye alrededor de una estructura geológica determinada.

La decisión de comercializar las áreas en grupos de licencias está destinada a hacer posible una mejor correspondencia entre las áreas de exploración y las estructuras geológicas que podrían contener reservas de petróleo y gas. Mantener áreas más grandes facilitará estudios geológicos y geofísicos más eficientes y más profesionales, haciendo las áreas más atractivas. En el nuevo proceso, se ofrecerán 19 bloques de hasta 400 kilómetros cuadrados cada uno, en cinco grupos de un área máxima de 1,600 kilómetros cuadrados cada uno.

La información geológica que se pondrá a disposición de los posibles inversionistas será sustancialmente más completa que en la primera subasta e incluirá estudios sismológicos, tanto bidimensionales como tridimensionales. En la subasta anterior, las empresas recibieron únicamente información general.

Los grupos están situados en las partes central y sur de la Zona Económica Exclusiva de Israel, en áreas en las que ya se han otorgado licencias de exploración en el pasado, y donde se han realizado estudios sismológicos y otras actividades de exploración que indican el potencial de descubrimientos de hidrocarburos.

El Ministerio de Infraestructuras Nacionales, Energía y Recursos Hídricos aún basa sus estimaciones oficiales de la cantidad de gas natural en aguas israelíes en el informe preparado para el ministerio por la compañía francesa Beicip-Franlab en 2015. Según este informe, la cantidad de gas en el fondo marino aún no descubierto es de 2.000 BCM, es decir, el doble en los tres reservorios israelíes ya descubiertos: Tamar, Leviatán y Karish-Tanin.

Se puede esperar que las condiciones en los mercados mundiales de petróleo y gas sean favorables para la segunda subasta del Ministerio de Infraestructuras Nacionales, Energía y Recursos Hídricos. Los precios del gas en Europa son mucho más altos que en Israel, lo que debería alentar a los inversores a venir aquí. El entorno regulatorio también ha mejorado: dos años y medio después de la aprobación del plan de gas, Israel ahora parece más estable en lo que respecta a la regulación que en el momento en que se publicó la primera subasta.