El abuelo de Rose Pizem, la nena de cuatro años desaparecida, modificó su testimonio, se declaró inocente y negó haber matado a la pequeña, en un nuevo giro de este caso que conmovió a la región de Netanya, al norte de Tel Aviv.
“Yo no la maté. La última vez que la vi estaba viva”, afirmó Ronnie Ron, el principal sospechoso en el caso de la pequeña Rose, que aún conmueve no sólo a los israelíes sino también a la opinión pública internacional.
El abuelo de la desaparecida denunció hoy que había sido forzado a confesar que la había matado, luego de ser arrestado en relación al caso.
Por su parte, Marie Renault, la madre de la nena, lloró luego de que periodistas ingleses y franceses le preguntaron si extrañaba a sus hijas y cuando indagaron acerca de la desaparición de Rose, negó con la cabeza y pidió que dejen la sala del tribunal.
Sin embargo, el diario israelí Ynet, apuntó que cuando se pidió a las cámaras que liberen el lugar, Renault aparentaba “más relajada” y hasta “sonrió” mientras hablaba a sus abogados.
Además, se leyeron cartas escritas por Renault a Ron, que fueron halladas en su departamento y decían que estaba “shokeada por lo que pasó a Rose.
“Me siento una mala madre”, habría manifestado en una de las cartas.
También dieron testimonio la niñera de la familia, quien contó que una noche, aparentemente la del 12 de mayo, el día en que Rose desapareció, cuando fue a cuidar a las dos hijas menores de la pareja, Renault y Ron regresaron a la casa tarde y actuaron en forma extraña.
De acuerdo al testimonio de la niñera, cuando preguntó dónde estaba Rose, Ron le dijo que estaba en la casa de su madre, Vivianne Ya’acov.
En tanto que a la hora de declarar, Renault testificó que Ron le había dicho que Rose estaba en un colegio francés.
JR-GB