Agencia AJN.- Mientras en el Likud la polémica gira en torno a la falta de disidencia y a quienes alegan que todos los integrantes de la lista siguen ciegamente al líder e incluso firman un compromiso de lealtad, en el partido rival, Azul y Blanco, la situación es exactamente opuesta: las discrepancias abundan, se dan a conocer públicamente y, todo parece indicar que también dejan huella.

El nuevo escándalo de esta campaña electoral comenzó con una información que dábamos ayer acerca de un video difundido por el número dos de Azul y Blanco, Yair Lapid, que él consideraba satírico-humorístico y que ofendió, incomodó e incluso indignó a mucha gente.

El video simulaba un grupo de WhatsApp en el que los políticos de partidos religiosos y ortodoxos exigían presupuestos para apoyar la candidatura de Netanyahu, enfocándose en la cuestión del dinero como única condición. «Amigos, el primer ministro está muy presionado, podemos subir el precio», dice supuestamente uno de los miembros del grupo.

El viceministro de Salud, Yaacov Litzman, del partido Yahadut Hatorá – entre muchos otros – calificó el video de «antisemita». «La campaña de odio e instigación de Yair Lapid constituye un nuevo récord de antisemitismo. Es el cruce de una línea roja que recuerda épocas oscuras en las que los judíos eran presentados como codiciosos y acusados de apoderarse del dinero público. Cuando sacudí mi ropa en la Knéset después que Lapid me tocó, algunos me dijeron que era una exageración. Hoy todos entienden que Lapid sigue siendo el mismo Lapid, que trata de difundir el odio entre los distintos sectores de la población «.

El primer ministro Netanyahu y líder del Likud se sumó a las críticas y escribió en su cuenta de Twitter que «la instigación del candidato a primer ministro Yair Lapid, formulada con tono antisemita, demuestra una vez más por qué Yair Lapid no puede ser primer ministro de Israel».

«Sólo un Likud grande impedirá que se forme un gobierno de izquierda peligroso e irresponsable a cargo de Lapid y Gantz», agregó Netanyahu.

Pero también desde dentro del partido Azul y Blanco se escucharon voces de crítica y desacuerdo con el video de Yair Lapid.

El titular del partido, Benny Gantz – que no sabía de antemano que el video iba a ser difundido – dijo ayer que «en estos días, recordamos que la destrucción del Gran Templo se produjo por el odio gratuito. Nosotros debemos adoptar un estilo completamente diferente al de Netanyahu, lo contrario», dijo Gantz sin hacer referencia directa a Lapid.

«La fuerza de la sociedad israelí reside en la unión de todos sus componentes, religiosos y laicos, judíos y no judíos, izquierda y derecha. Ése es el camino correcto y digno que el liderazgo israelí debe tomar en estos tiempos, un liderazgo que pone a Israel en primer lugar y por encima de todo», expresó Gantz.

En los medios de comunicación de inmediato se habló de una ruptura en el liderazgo del partido e incluso de su disolución.

Esta mañana, el número tres de Azul y Blanco, Moshé Yaalon, desmintió esas afirmaciones y, si bien señaló que no le gusta el video, al mismo tiempo aseguró que «es una exageración decir que hubo un motivo antisemita».

«El solo hecho de que estemos hablando del asunto indica que algo no estuvo bien», dijo Yaalon en declaraciones a Radio Nacional de Israel.

Yaalon defendió la idea de que pueda haber distintos criterios dentro del liderazgo del partido y no coincidan en todo. «No somos leales a nadie más que a una idea, un camino. La campaña puede tener videos más o menos exitosos. Los cuatro líderes de Azul y Blanco tenemos el objetivo común de integrar a los ultraortodoxos al próximo gobierno», agregó.

«No estoy a favor de un discurso de odio. Este video también señalaba que Netanyahu es extorsionable. Ya dije que no lo considero aceptable, pero es una exageración decir que es antisemita», explicó Moshé Yaalon.

En tanto que el protagonista del escándalo, Yair Lapid, lejos de disculparse, defendió el video y su libertad para difundirlo.

«No estoy dispuesto a recibir lecciones de ética de personas que constantemente se dedican a insultar y calumniar», escribió Lapid en un mensaje en Facebook.

«Veo que los activistas ultraortodoxos gritan antisemitismo. Estoy muy impactado por el hecho de que de pronto hayan desarrollado tanta sensibilidad. No les molestó que Litzman ayude a pedófilos. No les molestó que Bibi dijera que Benny Gantz es demente. No les molestó cuando compararon a la izquierda con la organización terrorista ISIS. No les molesta cuando se grita ´muerte a los árabes´. No les molestó cuando surgían más y más pruebas de la discriminación de niñas sefaradíes y etíopes en la educación ultraortodoxa. Realmente no les molestó cuando el diputado ultraortodoxo Eichler dijo que yo le recordaba a Hitler», escribió Yair Lapid.

«Es su método. Aquellos que incitan sin rendir cuentas, gritan ‘¡Incitación!’, Aquellos que se apegan al discurso de odio, gritan ‘¡Odio!’ No les ayudará «, apostilló.