Alberto Kanoore Edul, acusado por la Justicia de participar en la planificación del atentado terrorista cometido a la AMIA, aseguró hoy que es "inocente" y que "nunca" conoció al ex agregado cultural de Irán en Argentina, Moshen Rabbani, buscado por INTERPOL como uno de los ideólogos del ataque.
En una conferencia de prensa brindada junto a su abogado, Kanoore Edul negó que el vínculo que su padre mantenía con el ex presidente Carlos Menem hubiera influido en su momento en la decisión judicial de sobreseerlo en la causa que investiga la voladura de la mutual.
En tal sentido, afirmó que no existió una reunión entre el ex mandatario en la Casa de Gobierno y su padre, que lo que hizo fue "mover sus contactos para saber la situación de su hijo, y cuando llegó le dijeron que el allanamiento era por AMIA, no por una cuestión comercial como él pensaba, entonces como ellos no tenían que ver con Amia se quedaron tranquilos", explicó Juan Labaké, abogado de Kanoore.
Labaké también criticó la actuación del fiscal Alberto Nisman, quien la semana pasada solicitó la detención (y desafuero) de Menem, de varios de sus ex funcionarios y de su defendido, todos acusados de encubrimiento en la causa por las irregularidades en la investigación del atentado.
"Nisman dice medias verdades que son enteras mentiras", consideró Labaké.
Según la resolución del fiscal, Kanoore Edul adquirió la camioneta utilizada luego para atentar contra la AMIA y mantenía vinculaciones directas con Moshe Rabbani, con quien tuvo varias conversaciones telefónicas antes y después del mayor ataque terrorista cometido en el país.
"Si Nisman dice que yo operaba con Rabbani, cómo puede ser que no haya habido una conversación (registrada) entre ambos. Aparte, en mi vida vi a Rabbani, no lo conozco", señaló Kanoore Edul.
Labake calificó de "necesidad" a la conferencia de prensa que realizó junto a su defendido. "La acusación es una gran mentira que intenta encubrir otro encubrimiento; Edul pasó 14 años de persecuciones, de injusticia y silencios,   jamás en su vida vio a Rabbani y no tenía en la agenda su teléfono sino su nombre vinculado a un conocido, pero que nunca lo vio", reforzó el abogado.
"Edul tenía el teléfono pinchado diez días antes de atentado, eso significa que el atentado estaba preparado con anticipación. (Nisman) no quiere investigar, sólo se tomaron de una llamada, y hay que ser demasiado audaz para acusarlo por una llamada", sostuvo el letrado.
Las "confusiones" que tuvo Edul (durante el juicio), según Labaké, fueron "por miedo". "Los Edul están aterrorizados, son una familia de bien", continuó, "hay intereses de acusar a un árabe y a un musulmán, un chivo expiatorio", comentó.
"El expediente está plagado de discriminación contra los musulmanes. El INADI argumenta que no se puede meter con los jueces", opinó el abogado, y agregó: "El gobierno nacional esta plegado a Estados Unidos e Israel en lo que hace a la investigación".
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