Los dos aspirantes a la presidencia por el Partido Demócrata, Hillary Clinton y Barack Obama, visitaron esta semana el Estado de Florida. Allí ambos candidatos se disputan el voto de la población judía, que representa casi 7 por ciento del electorado de ese distrito, el más alto de la Unión.
Además en esa región del sur de Estados Unidos se desató una controversia dado que las primarias demócratas se anularon, porque las autoridades locales decidieron celebrarlas antes de la fecha prevista.
La posible nominación de Obama, podría cambiar el tradicional voto judío que a lo largo de la historia fue demócrata y ahora se podría tornar republicano, dada la declarada intención del senador por Illinois de dialogar con Irán y Hamas para resolver el conflicto árabe-israelí.
Las últimas encuestas señalan que 60 por ciento de los judíos estadounidenses es demócrata, aunque 35 por ciento votaría a los republicanos. Esta última cifra es muy superior al 16 por ciento que apoyaba al partido del presidente George Bush en 2004.
La tendencia en el estado de Florida, con gran cantidad de población latina, es especialmente desfavorable para Obama. Las encuestas lo dan como perdedor en un posible enfrentamiento con el candidato republicano John McCain, mientras que Clinton resultaría vencedora frente al veterano de guerra.
Frente al probable escenario de “migración” de los judíos del partido demócrata al republicano, Obama inició una gira por Florida y en la tarde de ayer dio un discurso frente a una audiencia que no le resultaba del todo favorable: el senador habló en la sinagoga de la congregación B’nai Torah, de Boca Ratón.
Luis Fleischman, director de relaciones gubernamentales y comunitarias de la Federación Judía del condado de Palm Beach, presente en esa disertación, aseguró que Obama “está pensando en términos de elecciones nacionales”, aunque oficialmente el precandidato dijo que en dos semanas se iba a saber quién era el ganador.
“El discurso de Obama –indicó Fleischman- trató de disipar los rumores generados por las campañas de Clinton, de McCain y también por los propios judíos, que alegaban que el senador no tenía suficientes credenciales pro-Israel al tiempo que proponía una política conciliatoria frente a enemigos como Irán”.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Fleischman expresó que “las dudas que se generaron (respecto a Obama)  no fueron sólo objeto de peleas políticas  sino que había cuestionamientos a ciertos asesores, entre ellos Zbigniew Brzezinsky o  Dan Gurzer, un judío ortodoxo que incluso llegó a pedir más ´arabistas´ en el departamento de Estado”.
El dirigente, aseguró que, pese a las sospechas, Obama dijo que Irán representa un “peligro” y una “amenaza” para Israel, y que apoyaba la continuidad de un embargo económico.
“Obama pretende aplicar la política del garrote y la zanahoria: por un lado, quiere sancionar y, por otro, establecer un diálogo en que se exija a al régimen de Ahmadinejad renunciar a sus intenciones nucleares y que (el Presidente) deje de decir que quiere borrar Israel del mapa”, enfatizó Fleischman.
En su discurso, el senador por Illinois expresó que “no es un apaciguador”.
“No desecho la opción militar, aunque la considero el último recurso”, expresó Obama al tiempo que habló de las necesidades energéticas alternativas para disminuir el poder de países que son hostiles a Israel.
Fleischman concluyó que la disertación de Obama adoptó una posición “centrista”, para lograr que los que votaron a Clinton en las primarias de enero –que resultaron anuladas por la conducción nacional del Partido Demócrata- se inclinen ahora por él y no por el republicano McCain.
“El discurso fue aceptable, pero quedan dudas sobre qué es lo que pasaría si Obama llegara al poder”, dijo Fleischman y aseguró que las reacciones a la presentación fueron “positivas y escépticas”.
“El discurso de Obama fue acomodatorio”, enfatizó el dirigente aunque destacó que “la voz de la comunidad judía esta siendo escuchada por ambos partidos”.
Respecto de los rumores que afirman que Obama es musulmán e incluso que estaría financiado por Al Qaeda, Fleischman respondió: “son puros cuentos”.
Por otra parte, los tres aspirantes a la presidencia, participarían a principios de junio del Comité de Asuntos Públicos Americanos Israelíes (AIPAC por sus siglas en inglés) en los que se descuenta que se mencione el posible acuerdo de paz entre Israel y Siria.
Fleischman aseguró que “si esas negociaciones llegan a tener éxito” cambiaría la geopolítica de Medio Oriente, dado que Siria brinda apoyo logístico al partido libanés pro-iraní Hezbollah.

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