El comité estaba integrado por 13 miembros, fue creado en 1950 y y tenía como misión velar por la “conciencia moral del país”.
La historia de la prohibición comenzó con una actuación de Cliff Richard en 1963, que fue recibido por unos dos millares de jóvenes quienes sobrepasaron todas las vallas e hicieron inútiles los esfuerzos policiales por mantener el orden.
"Fue arrollado por sus seguidores en una explosión de histeria que ni la policía pudo contener", informó un diario de entonces, según cuenta Gan en su nota.
De inmediato el comité prohibió la presencia de Johnny Holiday en Israel
"La decisión se adoptó después de que quedara claro que Johnny Holiday es del mismo tipo que Richard, cuya actuación causó una histeria masiva entre los jóvenes. Hemos llegado al acuerdo en este comité para estar alerta y no permitir a artistas de esta clase, que causan malas influencias en la juventud y disturbios", declaró el CIAE al dar a conocer su censura al ídolo rockero.
Gan relata que el comité realizó una larga indagatoria sobre la beatlemanía y pronunció una sentencia para la historia: "Esa banda no tiene ningún mérito artístico, causa histeria y grandes desórdenes", aseguró y para que no quedaran dudas agregó que "es una histeria infecciosa".
Un funcionario del ministerio de educación de aquellos años no se quedó atrás y lanzó su sentencia: “ este conjunto no aporta ninguna experiencia artística o musical sino un despliegue de sensualidad que despierta sentimientos agresivos repletos de estímulos sexuales".
El diario Maariv publicó una nota en que su autor saludaba la  "lógica saludable del comité que exterminará a los Beatles, que pretenden infectar nuestro territorio".
Treinta y cinco años después, Paul McCartney cantará el día 25 de septiembre  en Tel Aviv, aún bajo la amenaza de muerte de otros, no judíos, que portan un pensamiento totalitario que merodea en muchas cabezas, sin importar credo, raza ni religión.
HJP