Los graduados árabes encuentran las mayores dificultades para conseguir trabajo en las áreas de finanzas y alta tecnología en Israel, a pesar de constituir el 10 por ciento de la población estudiantil de la prestigiosa Universidad Hebrea de Jerusalem.

Cada año 20.000 jóvenes israelíes y extranjeros estudian en la Universidad Hebrea y esperan conseguir un trabajo que concuerde con los frutos de su esfuerzo.

Sin embargo, para los 2.000 estudiantes árabes la tarea se vuelve más difícil. El mayor desafío que enfrentan durante su estadía en la universidad es la posibilidad de asegurarse un empleo en sus campos, una vez finalizados sus estudios.

"En la actualidad constituimos el 10 por ciento de la población estudiantil, pero apenas hay algún director ejecutivo de una empresa o empleados de alta tecnología que sean árabes", aseguró Ali Bahar, líder de la Unión de Estudiantes Árabes en la Universidad Hebrea.

Tanto los datos provistos por la Oficina Central de Estadísticas (CBS, por sus siglas en inglés) como por la ONG Sikkui revelan que los graduados árabes que trabajan en finanzas o alta tecnología en Israel son "escasos", informó hoy el diario local The Jerusalem Post. 

"Es realmente difícil conseguir un empleo en esas áreas sin importar cuán brillante seas", explicó  Yasser Awad, de Sikkui.

De acuerdo con la CBS, la tasa de desempleo de los graduados árabes es el doble de alta que la de los judíos y empeora cuando se trata de mujeres. El 42 por ciento de las recibidas están desocupadas.

Hala, una graduada en sociología e inglés, confesó que durante un tiempo fue optimista y creía que conseguiría un empleo, pero luego de dos años se dio por vencida.

"Me casé, tengo dos hijos y sé que mis oportunidades disminuyen cada año, al tiempo que pierdo mis habilidades y conocimiento. A muchas de mis amigas les ocurre lo mismo y nuestras familias nos preguntan por qué hicimos tanto esfuerzo -yendo a Jerusalem, gastando mucho dinero, estudiando tanto- sólo para colgar nuestro diploma en la pared. No tengo nada que contestarles", manifestó Hala.

Ali Bahar explicó a su vez que "la experiencia de la universidad para los estudiantes árabes es enteramente diferente” a la de los judíos israelíes.

"Comienza con una diferencia de edad. Nosotros no hacemos el servicio militar, por lo que ingresamos en la universidad muy jóvenes, justo después de la escuela secundaria", sostuvo.

Además de aquella diferencia, los estudiantes árabes luchan para atravesar el puente del idioma debido a que el hebreo es, usualmente, su tercera lengua después del árabe y el inglés.

Para otros, las diferencias son culturales y de mentalidad. "No es fácil venir de un pequeño pueblo en Galilea y vivir en un vibrante campus de una gran ciudad sin la familia", comentó Muhammad, un estudiante de biología cuya familia vive en Nazareth.

LM-HDB