Las tres principales fuerzas políticas de Israel (Likud, Laborismo y Kadima) acordaron impulsar para su tratamiento un proyecto de ley que propone modificar la forma de elección de los diputados.
Si se concretan los cambios, 60 de los 120 congresistas serán elegidos en comicios regionales y el resto surgirá de un proceso electoral a nivel nacional.
El proyecto determina que cada partido podrá nominar un solo miembro para la elección por región.
Si un candidato se presentara tanto para las nacionales como para las regionales y ganara las dos, deberá ser diputado por su región, siendo reemplazado por el siguiente de la lista nacional; el piso para ser elegido es del 2 por ciento de los votos.
El diputado e impulsor del proyecto, Ophir Pines-Paz (Laborismo), afirmó que Israel se encuentra en una crisis de representatividad y confió en que “el nuevo sistema someterá la performance de los miembros de la Knesset al escrutinio público antes y durante su mandato”.
“Israel atraviesa una crisis de liderazgo”, aseguró Pines-Paz en declaraciones reproducidas por el diario Yediot Aharonot. Y destacó que la única manera de revertir esta tendencia es cambiar la forma en la que se realizan las elecciones.
El diputado Menahem Ben Sasson (Kadima), que preside la comisión de Asuntos Constitucionales de la Knesset, dijo que el sistema propuesto disminuirá la indiferencia por la política y reforzará el sentido de responsabilidad de los diputados respecto de sus electores.
Los partidos minoritarios se mostraron en desacuerdo con el proyecto de ley, que les haría perder poder electoral. “El sistema electoral israelí no en un juego” dijo el diputado Ran Cohen (Meretz–Yajad), quien calificó al proyecto de “ridículo” porque intenta adecuar el modelo estadounidense a un país cuyo tamaño es inferior al de un estado norteamericano.
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