Agencia AJN.- Decenas de miles de personas se reunieron en la mañana del domingo en el bajo Manhattan para una marcha masiva contra el antisemitismo a raíz de una serie de incidentes violentos dirigidos a la comunidad judía de la ciudad.

Procedentes de lugares lejanos como Cleveland, Ohio, y Boston, los manifestantes se reunieron en la plaza Foley antes de la marcha planeada a través del puente de Brooklyn hacia el parque Columbus, donde se disponían a mostrar su solidaridad con los atacados en Monsey, Jersey City y Brooklyn.

«Estamos orgullosos de salir con nuestros compatriotas a marchar con nuestros hermanos y hermanas de Nueva York hoy», dijo Marc Baker, director de la Asociación de Filantropía Judía de Boston.

Una segunda manifestación se realizó simultáneamente en las afueras de la sede de la Agencia Judía para Israel en el centro de Jerusalem. El primer ministro Benjamin Netanyahu twitteó su apoyo a la manifestación de la ciudad norteamericana.

El evento de Nueva York -patrocinado por la Federación UJA de Nueva York junto con el Consejo de Relaciones con la Comunidad Judía de Nueva York, la Liga Antidifamación de Nueva York, el Comité Judío Americano de Nueva York y el Consejo de Rabinos de Nueva York- fue respaldado tanto por los líderes cívicos locales como por el New York Times, que lo calificó como «una oportunidad para que personas de todos los credos y orígenes muestren un apoyo crítico a las comunidades judías de Nueva York».

Desde la masacre del 10 de diciembre en una tienda kosher en Nueva Jersey, ha habido una serie de ataques físicos contra los judíos. A fines del mes pasado, un asaltante irrumpió en la casa del rabino Chaim Rottenberg en Monsey, Nueva York, y utilizó un largo machete para apuñalar a los invitados reunidos para la celebración de Jánuca. Cinco personas resultaron heridas en el ataque, al que las autoridades han considerado un crimen de odio, y dos permanecen hospitalizadas.

A raíz de ese incidente, la ciudad de Nueva York anunció que pondrá en marcha tres iniciativas destinadas a combatir los crímenes xenófobos antisemitas, una de las cuales consiste en aumentar la presencia de la policía de Nueva York en los barrios judíos, tales como Borough Park, Crown Heights y Williamsburg.

Además de la gran manifestación del domingo, se han llevado a cabo otros eventos más pequeños en diversos lugares durante las últimas semanas. El martes pasado, alrededor de 250 personas se reunieron para mostrar su solidaridad con la comunidad judía en en Brooklyn, según reportó Haaretz.

El sábado, residentes no judíos de Bergenfield, Nueva Jersey, se reunieron fuera de las sinagogas locales con carteles para expresar su solidaridad y, según un miembro de la comunidad local, «se quedaron allí durante horas saludando a sus vecinos judíos».

Entre los participantes en la marcha de hoy se encontraban la congresista de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio.

En un discurso en Foley Square, Cuomo declaró que Nueva York «proveerá $45 millones en fondos adicionales para proteger las instituciones de base religiosa y las escuelas no públicas». «No dejaremos que el cáncer del odio y la intolerancia nos debilite», declaró.

Más tarde, la oficina de de Blasio twitteó un video de líderes cívicos mientras cruzaban el Puente de Brooklyn con un estandarte azul que declaraba «sin odio, sin miedo».

En octubre, el Departamento de Policía de Nueva York informó que la cantidad de crímenes de odio contra los judíos en la ciudad de Nueva York había aumentado significativamente durante los primeros nueve meses de este año, como parte de un aumento de este tipo de crímenes en toda la ciudad. La policía de Nueva York reportó 311 crímenes de odio totales hasta septiembre, en comparación con los 250 reportados durante el mismo período en el 2018.

El Rastreador de Incidentes Antisemitas de la Liga Antidifamación muestra que más de 20 incidentes tuvieron lugar en Nueva York solo en diciembre de 2019. Sin embargo, no todos los incidentes son reportados, lo que abre la posibilidad de que el problema sea peor de lo que indican las estadísticas oficiales.