Agencia AJN.- Desde que compró Twitter, renombrado como X, el multimillonario Elon Musk, que se define a sí mismo como un «absolutista de la libertad de expresión», ha dado la bienvenida a la plataforma a los que incitan al odio, incluido uno que recientemente acuñó el hashtag #BanTheADL.

La ADL, Liga Judía contra la Difamación, se fundó en 1913 durante el juicio de Leo Frank, director de una fábrica judía condenado injustamente por el asesinato de uno de sus jóvenes trabajadores. Después de que el gobernador de Georgia John Slaton conmutara la pena de muerte de Frank por cadena perpetua, Frank fue linchado. Desde entonces, la ADL se ha propuesto luchar contra el antisemitismo y garantizar «justicia no sólo para los judíos, sino para todas las personas».

Musk atacó a la ADL el 4 de septiembre de 2023, diciendo que «Nuestros ingresos por publicidad en EE.UU. siguen bajando un 60%, principalmente debido a la presión sobre los anunciantes por parte de @ADL.»

Mientras #BanTheADL era trending en X, los usuarios tuitearon que es «anticristiano». Uno dijo: «Cuando dicen #BanTheADL, lo que realmente quieren decir es #BanTheJews from power and organizing against white western civilization».

Los tuits pueden ser nuevos; como estudioso de la historia judía, sé que las ideas que contienen no lo son.

La creencia de que los judíos son «anticristianos» proviene de los Evangelios, donde se culpa a los judíos de la crucifixión de Jesús. Cuando el cristianismo se convirtió en la fe dominante en el Imperio Romano a finales del siglo IV, los judíos, condenados por la Iglesia por su traición, se enfrentaron a la discriminación. Empezó con una legislación restrictiva y acabó con el cierre de los guetos y los ataques brutales.

Los inmigrantes a América llevaban ideas sobre la enemistad judía junto con sus mochilas. En 1654, el gobernador de Nueva Ámsterdam, Peter Stuyvesant, intentó expulsar a 23 judíos que acababan de llegar a la colonia huyendo de la persecución. Los llamó «raza engañosa, odiosos enemigos y blasfemos del nombre de Cristo».

En octubre de 2022, cuando los supremacistas blancos colgaron pancartas sobre la autopista 405 de Los Ángeles, algunos sitios de noticias difuminaron una. Esa pancarta en particular apuntaba al Evangelio de Juan, donde Jesús dice a los judíos: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo.»

Y unos días después de que Musk culpara a la ADL de las pérdidas de ingresos publicitarios, un usuario de X publicó un vídeo del director general de la ADL, Jonathan Greenblatt, y escribió: «Mira su cara demoníaca retroceder cuando dice la palabra cristiano».

Los antisemitas que atacan a la ADL desenterraron viejos estereotipos que describen falsamente a los judíos como un pueblo interesado únicamente en el dinero, que emplea malévolamente su riqueza para socavar el orden político.

Un tuit maliciosamente falso del 9 de septiembre de 2023 demostró que #BanTheADL no se limitaba a atacar a una organización judía, a la que nadie podía acusar de ser «el grupo más rico del mundo». Se expandió más allá de la ADL y apuntó a todos los judíos: «El grupo más rico del mundo, que posee el 99% de los medios de comunicación, controla el sistema monetario y comenzó todas las guerras de la Tierra – es retratado como las *víctimas* … agredidas por el ‘antisemitismo'».

Desde que Judas traicionó a Jesús por 30 monedas de plata en el año 33 d.C., como se describe en Mateo 26:14-15, los cristianos han tachado a los judíos de corruptos venales por el dinero. Judas, la versión griega de Judá, se refiere a la tribu de antiguos israelitas que se conocieron como judíos. Shakespeare impulsó esa idea con el malvado prestamista Shylock en su obra del siglo XVI «El mercader de Venecia».

El nombre de Shylock se ha convertido en sinónimo de avaricia y villanía judías, una acusación que se extiende a otros judíos ricos. El gobernador de Mississippi Alexander Gallatin McNutt despotricó en 1841 contra el poder del barón británico Rothschild, miembro de la familia bancaria judía internacional: «Por sus venas corre la sangre de Judas y de Shylock».

Tras el ataque de Musk a la ADL, los antisemitas contemporáneos saltaron a atacar al superviviente del Holocausto húngaro y filántropo multimillonario George Soros, con un post del 7 de septiembre de 2023 en X en el que se citaba al primer ministro húngaro, Viktor Orban, diciendo que Soros «tiene un EJÉRCITO a su servicio, DINERO, #ONG’s, Universidades, instituciones de investigación y ¡¡¡ES EL PROPIETARIO de la mitad de los burócratas de BRUSELAS!!!».

Las teorías conspirativas sobre líderes judíos usando su dinero para adquirir poder político son anteriores a la notoria falsificación, «Los Protocolos de los Sabios de Sion». Publicado por primera vez en un oscuro periódico ruso en 1903, fue traído a América por un emigrado ruso decidido a restaurar la monarquía Romanov. Describía una reunión imaginaria de ancianos judíos que informaban de sus progresos en el fomento de revoluciones para destruir la civilización cristiana occidental y hacerse con el control del mundo.

A principios de la década de 1920, esta versión del antisemitismo -que reivindicaba una conspiración judía mundial- encontró un hogar en Estados Unidos gracias a la publicación de «The International Jew – The World’s Foremost Problem». Recopilación de artículos que se publicaron durante 91 semanas en el periódico Dearborn Independent, «El judío internacional», financiado y publicado por Henry Ford, afirmaba que los judíos ejercían una influencia desmesurada en América, que controlaban las finanzas del mundo y que eran el «poder detrás de muchos tronos».

Las fantasías antisemitas de los Protocolos sobre líderes judíos que conspiraban para destruir el cristianismo y controlar el mundo también inspiraron el «Mein Kampf» de Adolf Hitler, escrito en 1924 mientras estaba en la cárcel por intentar derrocar al gobierno de Alemania. Allí, refiriéndose a la Primera Guerra Mundial, Hitler dijo que si «durante la Guerra doce o quince mil de estos hebreos corruptores del pueblo hubieran sido detenidos bajo gas venenoso… el sacrificio de millones en el frente no habría sido en vano».

Elon Musk ha tuiteado que la agresión de la ADL contra los antisemitas que publican en X les convierte en los «mayores generadores de antisemitismo en esta plataforma.»

Culpar al comportamiento judío de desencadenar el antisemitismo también tiene raíces profundas. El obispo griego del siglo II Melito de Sardis dejó claro que los judíos no sólo habían matado a Jesús, sino que se habían obstinado en no reconocer que era Dios. A lo largo de los siglos, sus palabras se utilizarían para justificar la violencia contra los judíos.

Durante la Guerra Civil, cuando el general de la Unión Ulysses S. Grant expulsó a los judíos de su distrito militar, llamado Departamento del Tennessee, que se extendía desde el extremo sur de Illinois hasta el Golfo de México, alegó que el castigo se ajustaba a su delito: «Los judíos, como clase, [estaban] violando todas las regulaciones de comercio establecidas por el Departamento del Tesoro.»

En 1890, los editores del periódico judío neoyorquino The American Hebrew estaban tan angustiados por la prevalencia del antisemitismo que preguntaron a más de 50 líderes estadounidenses sobre el antisemitismo, recogidas en un volumen titulado «Prejudice against the Jews: Su naturaleza, sus causas y sus remedios». Un consenso de opinión de los no judíos». El reverendo Morgan Dix, ministro de la Iglesia Episcopal de la Trinidad, dejó claro en su respuesta que, si tan sólo los judíos dejaran de ser tan obstinados y se convirtieran al cristianismo, se acabaría la persecución antisemita.

En 1938, en vísperas del Holocausto, cuando los judíos alemanes eran objeto de normas antisemitas pero aún no habían experimentado el horror de los campos de exterminio, el 65% de los estadounidenses dijeron a la empresa de sondeos Gallup que estas víctimas eran «parcial» o «totalmente» responsables de la persecución a la que se enfrentaban.

El hashtag #BanTheADL recicla variaciones sobre viejos temas antisemitas. Los usuarios de X no escriben nada nuevo. Lo que es nuevo es el megáfono más grande que X les da.

Agencia AJN.- Un polémico documento de trabajo de la Unión Europea está recibiendo duras críticas por sus presuntos matices antisemitas, particularmente en torno a las referencias a los multimillonarios judíos rusos, en particular Roman Abramovich.

En el documento oficial, una sección dice: “Como la mayoría de los oligarcas, Abramovich es parte de la minoría judía rusa que, como resultado del antisemitismo latente en la Unión Soviética y su exclusión de muchas funciones de liderazgo públicas y relacionadas con la seguridad, formó redes informales”.

«También siguió las instrucciones de [Boris] Yeltsin y más tarde de [Vladimir] Putin de financiar una contraorganización jasídica contra el Congreso Judío Ruso, que, fundado por [el magnate de los medios Vladimir] Gusinsky en 1996, se había vuelto, en su opinión, demasiado poderoso como organismo internacionalmente bien conectado.”

Alexander Benjamin, vicepresidente (defensor) de la Asociación Judía Europea, expresó su indignación en una carta dirigida al Consejo Europeo, afirmando: “Seamos claros desde el principio: no buscamos defender al señor Abramovich ni sus intereses comerciales. Sin embargo, [que] su afiliación religiosa sea mencionada, que su religión declarada sea degradada y juzgada, lo hace antisemita, pura y simplemente”.

Al resaltar la gravedad del contenido del documento, Benjamin señaló: “Todo esto, les recordamos, en un documento de trabajo oficial de la Unión Europea, no en un periódico populista o xenófobo, sino en un documento oficial de la UE”.

Además, mencionó la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria de la Shoá, señalando la membresía de la UE en la IHRA.

Al concluir su carta, Benjamin exigió tanto una retractación del “documento claramente antisemita” como una “disculpa clara y pública al más alto nivel institucional de la UE”.