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Opinión

Vivimos en tiempos sin precedente. Por Hernán Felman*

Las críticas al poder judicial son legítimas y deben ser discutidas libremente. Las leyes son claras y establecen las normas con las que la Sociedad debe conducirse. La razonabilidad es subjetiva, lo que es razonable para alguien, puede ser legítimamente objetable por otro. No creo que la razonabilidad de un juez esté por encima de la razonabilidad de aquellos que fueron elegidos por nuestro pueblo para gobernar.

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Sí, así es, tiempos sin precedentes. En los primeros tres cuartos de siglo del Estado de Israel no vivimos situación similar a la que vivimos estos días. Yo, que no suelo sentarme a escribir, siento la necesidad de hacerlo ante la amenaza, real a mis ojos, de Guerra civil que está a nuestros umbrales. Sí, Guerra civil, no menos.

La historia no nos deja olvidar los días que vivimos. Estamos en los días previos a Tisha be Av, la fecha de la destrucción de los dos templos que supo edificar nuestro pueblo y que solo las disputas internas destruyeron, condenando a nuestro pueblo a 2000 años de exilio y no solo ello… esos dos templos sobrevivieron 70 años… solo pensar en la similitud de las situaciones y antecedentes históricos nos hacen correr un doliente escalofrío.

La pregunta a la que debemos dar respuesta es si podremos detener esta bola de nieve que no se detiene y que el jamsin de estos días en Israel no consigue derretir.

¿GUERRA CIVIL?

Solo aquellos que vivimos en Israel vemos lo que sucede, no estoy seguro que los piromaníacos de los dos lados sean conscientes de donde esto nos está llevando. Familias que no se reúnen para evitar las discusiones, amigos con quien no te encuentras para no hablar de la situación. La Knesset que ya dejó de ser el lugar de discusión legítima, para convertirse en un lugar de ofensas mutuas, y una vez más debo decir que no eximo a nadie de responsabilidad al respecto. Yo hace tiempo me avergüenzo de algunos miembros de la Knesset que creen representarme.

MEA CULPA

Como corresponde comenzaré por el plano interno. Yo, al menos, creo que hubo acá una grave equivocación táctica del Likud, de Iariv Levin y sus colaboradores, al plantear una reforma amplia, amplísima, sin tomar en cuenta la oposición que esto causaría en parte del pueblo de Israel. No entro aun en el análisis de dichas reformas, lo haré más adelante, por supuesto que tantas y tan profundas reformas deberían haber llegado después de una larga discusión pública sobre ellas. No solo la profundidad de ellas sino también el volumen de ese anuncio fueron el motivo de la salida de los opositores a las calles. No puedo eximir de dicha culpa a Bibi Netanyahu, él es el piloto de este super navío que se llama Israel.

¿REFORMAS? ¿REVOLUCIÓN?

Cuando analizamos con objetividad las últimas decenas de la historia cercana de nuestro país, vemos que, de alguna forma, todos, pero todos los líderes de partidos políticos de todos los colores, se expresaron a favor de reformas judiciales, sí, esas mismas a las que algunos de ellos hoy se oponen en forma total. Ejemplo: Ehud Olmert ex primer ministro de Israel y condenado y encarcelado en el pasado por corrupción (nunca entenderé por qué Olmert es entrevistado todos los días en los medios de comunicación) nombró ministro de Justicia a Daniel Friedman, quien es conocido por su voluntad de hacer reformas en el mismo sentido. Yo, que, en el pasado, apoyé a Gideon Saar a dirigir los destinos del Likud, y que mi apoyo, entre otros motivos, fue por su voluntad de hacer las mismas reformas a las que hoy se opone vehementemente. La lista es larga…

CLAUSULA DE RAZONABILIDAD

De toda la reforma anunciada en su momento, lo único que quedó con intención de ser votada en la Knesset en estas sesiones antes del receso del verano es la cláusula de razonabilidad, cláusula que no existió hasta hace algo así como 30 años, cuando el Juez Aron Barak la impuso. No ley, solo una decisión judicial.

Al anularla, volveríamos a la situación existente hasta ese momento. ¿¿¿Mi pregunta es, no vivimos en democracia hasta ese momento en Israel???

Claro, no era la situación en ese momento y tampoco hay peligro a la democracia hoy. Las críticas al poder judicial son legítimas y deben ser discutidas libremente. Las leyes son claras y establecen las normas con las que la Sociedad debe conducirse. La razonabilidad es subjetiva, lo que es razonable para alguien, puede ser legítimamente objetable por otro. No creo que la razonabilidad de un juez esté por encima de la razonabilidad de aquellos que fueron elegidos por nuestro pueblo para gobernar.

Un ejemplo: hace un tiempo un joven beduino entró a la noche en una casa del sur de Israel mientras toda la familia dormía, entró en el dormitorio de una niña de 10 años, con amenazas, la violó y a los pocos días fue apresado, llevado a la justicia, y condenado… a 10 meses de prisión… la jueza pensó que era una pena razonable para el delito cometido. Yo creo que no, yo, lo hubiese condenado a pudrirse en la cárcel.

 DEMOCRACIA

Las manifestaciones son encabezadas por el grito permanente de DE-MO-CRA-CIA, la discusión es tan amplia y profunda que todo parece ser una discusión entre sordos. ¿Es el peligro de dictatura tan inminente? Yo no lo comparto, pero aun así estoy dispuesto a dar oportunidad a las conversaciones de continuar, bajar los tonos, disminuir la agresividad, ¿están todos de acuerdo con ello? No estoy seguro. Desde un primer momento no di a las conversaciones en la casa del Presidente Herzog ninguna posibilidad. Yo no creo que los políticos que llegaron representando a la oposición tenían alguna posibilidad de llegar a acuerdos, el liderazgo extremista (no político) de los organizadores de las manifestaciones no hubiera aceptado ningún acuerdo de compromiso. Los políticos de la oposición no lideran las manifestaciones, aprovechan la ola para parecer liderar. Los verdaderos líderes son aquellos políticos fracasados que en algún momento de sus vidas se vieron enfrentados con Netanyahu. Dan Jalutz que tuvo tiempo de vender acciones el día de la apertura de la Guerra del Líbano (¡eso si es busha! Vergüenza), Ehud Barak, amigo del pedófilo Epstein, Bugy Aylon, que en su momento habló de sus zapatos altos para que no lo piquen las víboras en las oficinas del cuartel general de Israel.

Yo aun creo que la democracia debe ser puesta a prueba en elecciones. Toda otra definición de democracia es, a mis ojos, una falsificación de la democracia, todos los días vemos encuestas de opinión y aquellos que quieren cambiar el voto en urnas por una encuesta de opinión publica cambiante si fuera así incluso Biden no podría ser Presidente, en tiempos prolongados estuvo apoyado por solo una minoría en su país.

Otra más de la “democracia” mal entendida, huestes de personajes “democráticos”, manifiestan a diario ante cada palabra de los ministros, no los dejan hablar, en los últimos meses si tú eres apoyo de este gobierno te está prohibido hablar. Ya dije… DE-MO-CRA-CIA.

Todo vale en nombre de la democracia, en nombre de ella es posible concretar manifestaciones que cierran rutas centrales del país, molestando al público en general a llevar sus vidas con normalidad.

Pero todo esto recibe su golpe definitivo viendo que la gran mayoría de los votantes al fin, votarán por listas formadas a dedo por una sola persona, así es hecho por partidos como los de Gantz, Lapid y Liberman, estandartes de la dictadura antidemocrática de sus partidos políticos, piden para el país las antípodas de su actividad al frente de sus partidos políticos. Cinismo en su mayor potencia.

SOLO NO BIBI

Aquellos que ven en las manifestaciones una nueva forma de expresarse. Olvidan que las manifestaciones ya comenzaron como manifestaciones en contra de Netanyahu sin que en el horizonte se perfilara la reforma judicial. Hoy día, muchos de los manifestantes siguen con sus protestas usando como motivo dichas reformas. El objetivo es el mismo desconocer el resultado de las elecciones.

Netanyahu, que formo seis diferentes gobiernos en sus años al frente del Likud, lo hizo siempre con representantes de partidos políticos de la izquierda o del centro del mapa político israelí, solo esta vez no lo hizo, quien se pregunte la verdadera razón de ello encontrara una sola respuesta lógica a dicha pregunta, todos los lideres políticos del centro-izquierda de Israel boicotearon  a Netanyahu e impidieron la formación de un gobierno que fuera el deseado para la gran mayoría de los ciudadanos israelíes.

Yo hasta hoy veo como una mancha en la historia de mi movimiento, el movimiento de Jabotinsky, Beguin, Shamir, que hace coalición con el partido de Ben Gvir, la continuación del movimiento del Rab Kahana. No solo que ellos no me representan, sino que son ellos que manchan a los valores judíos que nos identifican.

DECERCIÓN

En español suena más contundente, para escapar de esa definición con connotaciones dolorosas para nuestro pueblo, hay un esfuerzo permanente de aquellos que promueven la deserción de llamarla “abstención de voluntarismo al ejército” no habrá explicación razonable, deserción es simplemente deserción. Lentamente nuestros enemigos, aumentan su agresividad sabiendo que los conflictos internos ponen en peligro la disponibilidad y preparación permanente de las fuerzas armadas de Israel para hacer frente a cualquier agresión que amenace la frágil estabilidad de la zona.

DESPRESTIGIO

Es difícil entender que aquellos que declaran querer este país, promuevan manifestaciones contra ministros también fuera de las fronteras de Israel, atrayendo la atención pública en detrimento de Israel, como si tuviéramos también un capítulo israelí de la BDS.

Se ha convertido en legitimo el llamado a emigrar de Israel, escuchamos estupefactos cuando algunos lideres de las manifestaciones, en especial los de empresas de tecnología avanzada, que legitiman aquello que rompe el sueño sionista de la reunión de nuestro pueblo en Eretz Israel.

LOS JUICIOS A BIBI NETANYHU

Por supuesto que un pormenorizado análisis de estos juicios nos llevaría las páginas de un libro. Yo no tengo dudas que las características y actuación de la familia Netanyahu pueden ser criticables e incluso con justicia. Aun así, vemos que estos juicios están cayendo uno a uno y la acusación, se verá en dificultades para obtener una condena a Netanyahu por algunos de los delitos de los que es acusado. No hay antecedentes de Jueces que llaman a las partes para recomendar hacer alguna clase de acuerdo extrajudicial aduciendo que ven que la acusación no podrá demostrar la gravedad de los hechos, conclusión, los jueces creen, ya en esta etapa preliminar, que no hubo soborno. Respecto del resto de las acusaciones, cada vez es más claro que la mayoría de ellas tuvieron por objeto lograr la renuncia de Netanyahu a su puesto de Primer Ministro, por si fuera poco, el jefe de la Policía israelí en los tiempos de la acusación Elshaij, así lo corroboro en una entrevista radial.

Aquellos que en nuestra infancia vivimos revoluciones armadas contra gobiernos electos, nos estremecemos ante la posibilidad que en este país sean usadas armas similares para cambiar gobiernos electos en elecciones libres y democráticas.

¿HAY SOLUCIÓN?

Debo decir que la solución, no se ve en ningún cercano horizonte. La única solución posible debe ser una que no adjudique ganadores o perdedores, y eso es difícil. Yo creo que la famosa respuesta del rey Salomón cuando dos madres pidieron ser reconocidas como tales, es la única posible ante esta situación, la mayoría de los israelíes que votaron por este gobierno y le dieron 64 mandatos, deben ceder. Una vez aprobada por la Knesset la modificación de la cláusula de razonabilidad (espero que con algunas modificaciones que la hagan más aceptable a los juristas) la coalición de gobierno debe suspender la continuación de la legislación y debe promover la renovación de las conversaciones con la oposición a fin de intentar un acuerdo.

La unidad del pueblo de Israel y la vuelta a la normalidad son más importantes que toda reforma judicial. Ya habrá tiempo para ella, la verdadera madre de nuestra historia estaba dispuesta a renunciar para proteger la vida de su hijo. No hay alternativa, para mí y para muchos de nuestros seguidores el país está ante todo.

*Miembro del ejecutivo del Partido Likud. Presidente del directorio de Hameshakem. Cónsul honorario de Guatemala en Israel. Ex vicepresidente mundial del Keren Kayemet LeIsrael.

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Opinión

Análisis: Mientras Israel lucha contra Irán, ¿dónde están los aliados terroristas de Teherán en su momento de necesidad?

Teherán desarrolló una red terrorista regional para aislarse de la guerra, pero ahora que está bajo ataque, Hezbollah y otros se sienten demasiado débiles o demasiado intimidados para unirse a la batalla.

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Foto: Una bandera iraní yace en el suelo a la entrada de la embajada iraní, que fue dañada por combatientes de la oposición en Damasco, Siria, el 8 de diciembre de 2024. (AP/Hussein Malla)

Por Nurit Yohanan

Cuando Israel anunció la Operación «León Ascendente» en la madrugada del viernes, marcó la primera vez en más de 50 años que el país declaraba la guerra contra un Estado soberano, en lugar de contra una organización terrorista que opera desde territorio extranjero, Cisjordania o Gaza. Un número considerable de estas organizaciones a las que Israel se ha enfrentado a lo largo de los años fueron y son apoyadas, financiadas o incluso controladas directamente por Irán, el país que ahora se encuentra en la mira de Israel.

Desde la Revolución iraní, el régimen de Teherán ha invertido importantes esfuerzos en difundir su ideología entre las poblaciones chiítas de Medio Oriente, a la vez que ha construido una red de organizaciones terroristas en toda la región, incluyendo grupos suníes.

La Fuerza Quds, una unidad especial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, se ha centrado en las últimas décadas en apoyar a estas organizaciones mediante ayuda financiera, el suministro de armas y municiones, e incluso entrenamiento, a veces realizado en territorio iraní.

Para Irán, la red terrorista era tanto una proyección de poder como un escudo: los grupos hostigaban continuamente a los dos mayores enemigos de la República Islámica, Estados Unidos e Israel, mientras que este se mantenía aislado de las represalias. Y la existencia de una liga de ejércitos de apoyo, listos para defenderse en caso de guerra, ayudó a disuadir cualquier idea occidental de invasión o cambio de régimen.

Después del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque devastador contra Israel, desencadenando la guerra en Gaza, la amplitud del arsenal iraní quedó en evidencia, con grupos respaldados por Teherán, desde el Líbano hasta Yemen, atacando a Israel en lo que el entonces ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, denominó una guerra de siete frentes.

Pero ahora que el poder de fuego de Israel se dirige contra el propio Irán, esos aliados desaparecen repentinamente. Algunos, como Hezbollah, se han visto gravemente debilitados por Israel debido a los intentos de respaldar a Hamás. Otros parecen haber sido convencidos por sus países anfitriones para mantenerse al margen de la lucha.

Irán se encuentra ahora en una posición sumamente inusual e incluso peligrosa, obligado a depender principalmente de su propio poder militar en territorio iraní. Hasta ahora, esto ha consistido principalmente en sucesivas rondas de misiles balísticos disparados por la fuerza aérea del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, que han causado gran destrucción, pero han hecho poco por debilitar la potencia de fuego de Israel.

Mientras tanto, Irán ha visto cómo su territorio se ha convertido en un campo de batalla al intentar hacer frente a los ataques israelíes desde Teherán hasta Tabriz, lo que representa una vulnerabilidad estratégica para un país que prefiere dejar que sus aliados hagan el trabajo sucio en territorio extranjero.

Hezbollah, en la cuerda floja

El apoyo de Irán a grupos terroristas en el extranjero se estima en miles de millones de dólares anuales provenientes de las arcas estatales. Esta ayuda ha continuado en los últimos años a pesar de la grave situación económica de Irán, que incluye una devaluación sostenida de la moneda y escasez de energía.

Una buena parte de ese dinero ha ido a parar al grupo terrorista libanés Hezbollah, el principal cliente de Irán.

Sin embargo, tras sufrir grandes pérdidas y una creciente oposición en el Líbano, ahora se encuentra gravemente debilitado y reacio a enfrentarse a Israel.

Hezbollah, fundado en 1983 con el respaldo de Irán, ha sido durante las últimas dos décadas la principal herramienta militar de Irán contra Israel, armado con misiles de largo alcance e incluso armas guiadas de precisión.

Sin embargo, desde que Israel comenzó a atacar dentro de Irán el viernes, lo único que ha lanzado Hezbollah han sido palabras. Esta moderación es aparentemente una consecuencia directa de su guerra con Israel, durante la cual el grupo lanzó ataques casi diarios contra Israel desde octubre de 2023 hasta que acordó un alto el fuego en noviembre de 2024.

En los últimos seis meses de la guerra, y en particular a partir de septiembre, el grupo sufrió importantes reveses militares. Casi todo su alto mando fue eliminado por Israel, incluyendo al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah.

Justo antes, los ataques israelíes con buscapersonas y walkie-talkies explosivos causaron daños físicos y psicológicos generalizados entre las fuerzas terrestres del grupo. Unas 4.000 personas resultaron heridas en la operación encubierta, según informes libaneses, la gran mayoría de ellas miembros de Hezbollah.

El otrora formidable arsenal de misiles del grupo parece haberse agotado o destruido en gran medida, y Siria ya no es una ruta conveniente para el contrabando.

En octubre de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel estimaron que Hezbollah conservaba menos del 30 por ciento de su potencia de fuego anterior a la guerra.

Incluso después de la firma del alto el fuego, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han continuado sus operaciones regularmente en el Líbano, atacando a operativos de Hezbollah, principalmente en el sur del país. Israel ha atacado edificios en el distrito de Dahiyeh, en Beirut, en dos ocasiones, donde se encuentran plantas de fabricación y almacenamiento de drones, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Como resultado, Hezbollah se encuentra significativamente debilitado y su capacidad para representar una amenaza para Israel es mucho menor. La organización también se enfrenta a una creciente presión política interna, mientras el país aún se recupera de los fuertes ataques israelíes dirigidos a poner fin a los ataques de Hezbollah.

En los últimos seis meses, dos de los tres principales puestos de liderazgo del Líbano han sido ocupados por figuras consideradas «anti-Hezbollah», entre ellas el primer ministro Nawaf Salam y el presidente Joseph Aoun. Ambos han declarado su intención de desarmar a Hezbollah y afirman que la decisión de ir a la guerra debe recaer en el Estado.

En un discurso reciente con motivo de los primeros 100 días de su gobierno, Salam señaló que el Ejército libanés había desmantelado más de 500 depósitos de armas en el sur del país. Si bien no especificó a quién pertenecían, se cree que eran de Hezbollah

El viernes, horas después del inicio de la operación israelí, Hezbollah emitió un extenso comunicado condenando enérgicamente los ataques israelíes contra Irán, afirmando que Israel “solo entiende el lenguaje de la muerte, el fuego y la destrucción”.

El comunicado no mencionó si respondería ni cuándo, pero un funcionario de Hezbollah declaró a Reuters ese mismo día que el grupo no tomaría represalias por los ataques en Irán.

Las milicias iraquíes ceden ante la presión

Desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, Irán ha reforzado las milicias proiraníes y chiítas en el país para profundizar su influencia. Estos grupos atacaron principalmente a Estados Unidos, pero también apuntaron sus armas contra Israel después del 7 de octubre.

La creciente presión interna y externa ha paralizado estas operaciones.

Desde 2014, las milicias en Irak han operado bajo una organización paraguas conocida como las Fuerzas de Movilización Popular, disparando misiles contra las tropas estadounidenses estacionadas en la región y combatiendo al grupo terrorista Estado Islámico cuando esta organización yihadista tomó el control de partes de Irak.

Sin embargo, desde el 7 de octubre, las milicias también han participado en la guerra regional en múltiples frentes contra Israel, aparentemente con el respaldo de Irán. A lo largo de 2023 y 2024, lanzaron drones hacia Israel, principalmente contra los Altos del Golán y, en una ocasión, contra Eilat, al tiempo que atacaban bases estadounidenses en Irak. En octubre de 2024, dos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel murieron en un ataque con drones lanzado por milicias proiraníes en el norte de los Altos del Golán.

Sin embargo, incluso antes del segundo alto el fuego entre Israel y Hamás en diciembre de 2024, las milicias proiraníes de Irak acordaron detener los ataques contra Estados Unidos e Israel.

Fuente: Times of Israel

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Israel-Irán: Democracia bajo fuego, dictadura al desnudo

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Por Ariel B. Goldgewicht

¿Qué sucede cuando una democracia liberal enfrenta a una dictadura fundamentalista?

No estamos ante una guerra convencional, sino ante un choque de civilizaciones: entre quienes santifican la vida y quienes anhelan la muerte. La guerra entre Israel y el régimen iraní ‘ denominada ´León Ascendente´, no empezó esta semana, pero ahora ha alcanzado un nivel nuevo, un punto de no retorno.

Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán ha declarado abiertamente su hostilidad hacia Israel. Durante décadas, ha dirigido esta guerra por medio de terceros (Proxy) el eje chiita: Hezbollah en Líbano, Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen, milicias en Siria e Irak, entre otros. Irán ha sido el gran arquitecto del terrorismo moderno en el Medio Oriente, financiado con las inconmensurables riquezas de su petróleo. Su régimen de dictadura absoluta, liderado por los ayatolás, ha sido cómplice de atentados desde Buenos Aires hasta Beirut, dejando una estela de sangre y caos.

Hoy, sin embargo, algo ha cambiado. Por primera vez en la historia, Israel ha atacado directamente a Teherán. ¿Por qué ahora?

La respuesta está en una conjunción de factores. La caída de Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, el debilitamiento de Hezbollah en el norte, la caída del régimen de Assad en Siria, el retroceso de los hutíes en Yemen: todos son frentes que el régimen iraní consideraba parte de su estrategia regional de expansión y dominación. Y todos han sido golpeados con fuerza por Israel en los últimos meses.

A esto se suma la presión internacional, el estancamiento ruso en Ucrania —que limita el apoyo logístico de Moscú a Teherán—, y el regreso de una política exterior estadounidense menos indulgente con Irán. La reciente advertencia del Presidente Trump, que impuso un plazo de 60 días para frenar el programa nuclear iraní, coincidió con el momento en que Israel decidió actuar: al día 61, los ataques comenzaron.

Israel no está reaccionando por impulsos ni venganza. Está respondiendo a una amenaza existencial. Porque si el 7 de octubre vimos de lo que es capaz un grupo terrorista armado con cohetes y fusiles, imaginemos lo que podría ocurrir si Irán —un régimen que ejecuta homosexuales, encarcela mujeres por no cubrirse la cabeza, y asesina opositores sin juicio— accediera a armas nucleares. Esa es la línea roja.

En estas horas, Israel vive bajo amenaza constante. El espacio aéreo cerrado, el sistema educativo paralizado, cientos de miles de ciudadanos atrapados fuera del país o confinados en refugios. El Domo de Hierro protege, pero no es infalible. Con un 95% de efectividad, basta una pequeña brecha para que un misil balístico impacte y cause destrucción. Ya lo hemos visto: muertos, heridos y un país en vilo. Pero, imagínese ¿y si esos misiles llevarán cabezas nucleares?

A pesar de todo, Israel no responde con barbarie. Tiene superioridad militar absoluta sobre los cielos de Irán, pero no ataca civiles. Ataca centrifugadoras nucleares, bases militares, centros de comando. Mientras el régimen iraní lanza misiles sobre poblaciones israelíes, Israel busca evitar víctimas inocentes. Porque los ciudadanos iraníes no son enemigos: son rehenes de una teocracia que lleva décadas reprimiéndolos. En esta guerra buscamos aniquilar el proyecto nuclear, pero los ciudadanos civiles inocentes de irán tiene otras esperanzas de este conflicto. Ellos esperan libertad.

En Irán, hoy se cuentan chistes oscuros: “Nadie sabe dónde está el ayatolá!!, excepto Israel”. Y no es sólo humor negro: es símbolo de un régimen que tiembla. La resistencia israelí no busca cambiar el régimen, ni interferir en la autodeterminación de los pueblos. Su único objetivo es impedir que un régimen fundamentalista con aspiraciones mesiánicas tenga capacidad nuclear.

Durante más de dos décadas, Irán ha invertido en cuatro pilares esenciales:

1. Desarrollo nuclear

2. Expansión militar y terrorista del eje chiita

3. Represión social interna —especialmente contra mujeres—

4. Hostilidad contra Israel

Muy poco en salud pública, ni educación, ni infraestructura. Un Estado que produce petróleo como si fuera agua, pero cuyas ciudades sufren apagones diarios, escasez de agua potable y servicios básicos. Toda su riqueza, volcada a la represión y la destrucción con el objetivo principal de consolidar su poder a la fuerza.

Lo que vemos hoy es el colapso de esa estrategia. Un castillo de naipes que se derrumba desde dentro. Como el viejo proverbio del efecto mariposa, la ola de terror del 7 de octubre encendió una cadena de reacciones que ha llevado a la desestabilización de todos los brazos armados de Irán en la región. Aún falta mucho para el final, y el sufrimiento no ha terminado, pero cuando caiga el telón, el mundo podría ser un lugar más seguro. Especialmente para los pueblos que hoy viven oprimidos por dictaduras fundamentalistas.

En pleno siglo XXI, no hay lugar para los extremismos. La historia ha demostrado —y está claro— que cuando las democracias se unen, pueden frenar incluso a las peores amenazas. Que no haya que esperar otro 7 de octubre para despertar. El momento de elegir entre luz y oscuridad, entre libertad y opresión, es ahora.

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