El sector ortodoxo que accedió a la presidencia de la AMIA tras una acuerdo entre las principales agrupaciones políticas de la comunidad judía deberá “ganar consenso” al frente de la institución, opinó Sergio Berensztein, director de la consultora Poliarquía.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el analista también consideró que en la Argentina el “fracaso del Estado abre espacios a las religiones” para tomar decisiones políticas. “No se desgastan por la lucha de liderazgos y llegan con más recursos”, dijo.
Berensztein afirmó que la actitud “más militante” de los sectores ortodoxos, sumada a la “fragmentación” que sufrió la línea conservadora de la comunidad judía, les permitió a “ganar espacio” en la interna de la AMIA.
“Cuando se fragmenta un sector, las minorías ganan. Pero también hay que decir que no se impusieron por el 80 por ciento de los votos, por lo que tienen que ganar consenso” en la administración, comentó Berensztein, doctor en Ciencia Política de la Universidad de North Carolina, en Estados Unidos.
Para el consultor, la llegada de Guillermo Borger a la presidencia de la mutual, cargo que ocupará a partir del 12 de junio próximo, demuestra “una oportunidad para aprender que tiene que haber alternancia” en la gestión.
El triunfo de los ortodoxos genera “prejuicios por miedo a las diferencias, a los fundamentalismos. Los judíos conservadores tienen la idea de que son ‘el Opus Dei paisano’, pero es una simplificación de la realidad, expresó.
Berensztein dijo que los dirigentes del Bloque Unido Religioso “ganaron legitimación” y aprovecharon que “en la Argentina hay un retorno de la importancia de las instituciones religiosas en la medida que fracasa el Estado y los partidos políticos”.
“Aparecen figuras religiosas como (monseñor) Jorge Bergoglio, Luis Palau y otras  mediáticas como (el rabino Sergio) Bergman. Tienen buena oratoria y un nivel cultural superior a la clase política. La elocuencia y articulación de la palabra y los pensamientos religiosos llaman la atención”, afirmó el analista.
Berensztein se lamentó por la derrota de la candidatura de Abraham Kaul y reconoció que el ex presidente de la AMIA “es joven y debería seguir participando en política” porque “no sobran liderazgos”.
Y finalizó: “En la comunidad judía los partidos tradicionales también sufren el desgaste frente a instituciones permanentes, que no se desgastan por la lucha de liderazgos, llegan con más recursos, menos desgaste. En el caso de Avodá este panorama es notorio”.
LM-GT