El Centro Simon Wiesenthal aseguró estar "decepcionado" por el foro de la sociedad civil que finalizó hoy en Brasilia, en el marco del proceso preparatorio para la Conferencia de Durban II contra el Racismo que se realizará en abril próximo en Ginebra, bajo el auspicio de Naciones Unidas.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el director de Relaciones Internacionales Wiesenthal, Shimon Samuels, señaló que el foro en el que participaron organizaciones de la sociedad civil "es un umbral importante" para la conferencia que se realizará en Ginebra en 2009.  
"Entendemos que es difícil conseguir avances a nivel de las ONGs, pero tenemos la obligación de luchar y tratar de evitar una repetición de Durban II", expresó Samuels desde Brasilia.
Tanto Samuels como Sergio Widder, representante para América Latina, sostuvieron que no se pueden sacar conclusiones definitorias hasta que se realice la reunión gubernamental.
No obstante, remarcaron que el foro es "un umbral importante, porque muchos gobiernos tienen en cuenta el vox populi".
La reunión, que se está realizando bajo la organización de la Secretaría Especial de la Presidencia para la Integración Racial (SEPIR) empezó con un clima "bastante tranquilo" y con mucha presencia de grupos afro-americanos, la fuerza más importante entre los participantes, relató Widder a AJN.
Sin embargo, sobre el final del primer día, una comisión aprobó una moción propuesta por un representante de la Federación Palestina de San Pablo en la que se pedía una condena contra Israel por su negativa a dar un permiso de ingreso a brasileros de ascendencia palestina.
Si bien Widder dijo saber que lo reclamado es "mentira", por fuentes de SEPIR, la moción que "busca traer el conflicto de Medio Oriente" a la región se presentará en el plenario final para ser discutida.
"Nosotros teníamos claro que para buena parte de los grupos presentes la preocupación principal es la del continente americano, y no quieren que interfiera la problemática de Medio Oriente en lo que pueden ser avances para grupos afro-americanos", explicó Widder.
Asimismo, Widder y Samuels presentaron una propuesta "para equilibrar" en la que solicitaron la incorporación de un artículo en el que se manifestara la solidaridad con las víctimas latinoamericanas del terrorismo fundamentalista, haciendo mención explícita del atentado a la AMIA y la participación de Hezbollah como agente externo, que fue rechazada.
Por otro lado, Samuels destacó la poca presencia judía en el foro: "No hay que dejar un vacío que puede ser ocupado por nuestros adversarios", indicó.
Como representantes de la comunidad judía, se suma al centro la organización internacional B´nai B´rith, a través del director para América Latina Eduardo Kohn.
Asimismo, el Comité Judío Americano (AJC) también estuvo presente a través de su organismo afiliado UN Watch, con base en Ginebra y que se dedica sistemáticamente al monitoreo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y otros organismos multilaterales con sede en la misma ciudad.
“Hace unas semanas, UN Watch organizo un foro al que asistieron docenas de organizaciones judías para coordinar esfuerzos con respecto a Durban II”, comentó a AJN Dina Siegel Vann, directora del Instituto Latino y Latinoamericano del AJC.
"Es una lástima porque si pudimos decir en 2001 que no sabíamos, ahora ya pasamos por la experiencia de Durban, que tuvo que ser la alarma", se lamentó Samuels.
Por último, los representantes del Wiesenthal dijeron a AJN que es poco probable que la moción palestina llegue a la reunión plenaria porque "es un insulto a los organizadores" y a nivel de los representantes del gobierno de Brasil "están hartos de la injerencia del problema palestino".
En relación al foro de la sociedad civil que antecede a la reunión preparatoria propiamente dicha, Siegel Vann explicó que el AJC “viene llevando a cabo medidas preventivas” para evitar que “se torne una plataforma anti-israelí/anti-semita” como fue el caso del primero, en el que estuvo presente.
Es por eso que el Instituto Blaustein para los Derechos Humanos, asociado al AJC, y la Fundación Magenta, lograron que alrededor de 100 ONGs de todo el mundo se comprometieran a “evitar por todos los medios la politización del foro”.
La DAIA, entre otras, se sumó al manifiesto.
Entre el 17 y el 19 de junio se realizará la primera reunión preparatoria para América Latina y el Caribe, convocada por el Alto Comisionado para los Derechos Humans de la ONU, con la participación de cancilleres y dirigentes de la región.
Es propósito de los participantes emitir un documento conjunto para ir al encuentro de Ginebra, el año próximo, con una posición unificada.
En la conferencia de 2001 de Durban, un grupo de países árabes acusó al Estado de Israel de aplicar "políticas racistas y discriminatorias" contra los palestinos, lo que hizo que ese país y Estados Unidos abandonaran las deliberaciones.
También en este sentido el Instituto Latino y Latinoamericano del AJC ha estado “en comunicación permanente” con el gobierno brasileño y con los representantes de once comunidades judías de América Latina, según expresó Siegel Vann.
El AJC envió “materiales pertinentes” para que “compartan” con sus respectivas cancillerías para “sensibilizarlos” sobre el tema.
Tanto Canadá como Estados Unidos amenazaron con no concurrir a Ginebra, en previsión de que esos hechos puedan repetirse.
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