Cultura
Efemérides | Un día como hoy nacía el escritor Amos Oz
Agencia AJN.- En 1988 recibió el Premio Israel en literatura, el máximo galardón literario israelí; tres años después fue designado miembro de la Academia de la Lengua Hebrea.

Agencia AJN.- Amos Oz, posiblemente uno de los más afamados y multifacéticos escritores judíos de las últimas décadas, nació el 4 de mayo de 1939 en la ciudad de Jerusalem, con el nombre de Amos Klausner.
Hijo de un matrimonio de inmigrantes de la Unión Soviética en 1933, era descendiente de una familia de intelectuales. Su abuela Shulamit fue la que inauguró el primer salón literario hebreo de Odesa y su tío abuelo Joseph Klausner fue un reconocido historiador y profesor de de literatura hebrea en la Universidad de Jerusalem en los años ’30 del siglo XX y el principal redactor de la enciclopedia hebrea; mientras que su padre, Arieh Yehuda Klausner, era bibliotecario y hablaba 17 idiomas y su madre, Fania Mussman, cinco idiomas. Ambos eran sionistas revisionistas, identificados con la ideología de Zeev Jabotinsky, al igual que gran parte de los Klausner.
Luego del suicidio de su madre, cuando Amos Klausner tenía 12 años, comenzó a separarse de la ideología sionista paterna y a interesarse en la sionista socialista, y siguiendo ese ideario decidió ingresar al kibutz Julda, a los 15 años, momento en que cambió su apellido por Oz, que significa en hebreo fortaleza.
En el kibutz completó sus estudios secundarios e ingresó a Tzhal, el Ejército de Defensa de Israel, de donde egresó como oficial y participó en la Guerra de los Seis Días, en 1967, y en la Guerra de Iom Kupur, en 1973.
En el kibutz permaneció como miembro hasta 1986, cuando se trasladó a Jerusalem.
En la Universidad de Jerusalem estudió filosofía y literatura hebrea, realizó curos en la Universidad de Oxford y fue profesor de Literatura en la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en la ciudad de Ber Sheva.
Identificado con el partido político Meretz, sionista socialista, y sostenedor de que Israel debe retirarse de los territorios de Yehuda y Shombron (Judea y Samaria, la denominada Cisjordania) y reubicar a los colonos judíos que viven en ese territorio, es un acérrimo pacifista, uno de los fundadores en los años ’70 del siglo pasado de Shalom Ajshav, paz ahora, que considera que el Estado de Israel debe firmar la paz con los palestinos.
Hasta los 22 años, Amos Oz había publicado colaboraciones en los medios de su movimiento ideológico, pero a partir de ese momento inició su destacada carrera como escritor, tanto de novelas, cuentos, ensayos, poesías y colaboraciones periodísticas (tiene editadas más de 450 y publicados 18 libros) que no sólo le valieron ser galardonado con una importante cantidad de premios, sino que lo convirtieron en uno de los más prolíferos autores israelíes que utilizan la lengua hebrea. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas, entre ellos el castellano, pues su prestigio ha trascendiendo las fronteras de su país al mundo entero.
En 1988 recibió el Premio Israel en literatura, el máximo galardón literario israelí; tres años después fue designado miembro de la Academia de la Lengua Hebrea; en 1992 le otorgaron el Friedenspreis des Deutschen Buchhandels (Premio por la paz otorgado por los libreros alemanes); en 1997, el gobierno de Francia lo nombró Caballero de la Cruz de la Legión de Honor; Noruega le otorgó el premio Libertad de Expresión; en el 2005 recibió el Premio Goethe de la ciudad de Fráncfort del Meno y en el 2007 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras; que es concedido por el Reino de España desde 1981, a la persona, grupo de personas o institución cuya labor creadora o de investigación represente una contribución relevante a la cultura universal en los campos de la Literatura o de la Lingüística.
De los 18 libros que publicó en hebreo, han sido traducidos al castellano “Hasta la muerte” (1971) dos novelas cortas: “Amor tardío” y la que da nombre al volumen; “La colina del mal consejo” (1976) que reúne tres relatos: el que da título al libro, “El señor Levi” y “Nostalgia”;”La bicicleta de Sumji” (1978); “Un descanso verdadero” (1982); “Las mujeres de Yoel” (1985); “La caja negra” (1987); “Conocer a una mujer” (1989); “Fima” (1991); “No digas noche” (1994); “Una pantera en el sótano” (1995); “El mismo mar” (1998); “La historia comienza: ensayos sobre literatura” (1999); “De repente en lo profundo del bosque” (2005); “Contra el fanatismo” (2006); “Versos de vida y muerte” (2007) y “Escenas de la vida rural” (2009).
En sus obras trata las inquietudes y la diversidad ideológica de los israelíes de las diferentes tendencias políticas y espirituales que coexisten en Israel, la tensión y el delicado equilibrio de la sociedad en la que viven: entre el horror del pasado inmediato, anterior a la creación del Estado de Israel (la Shoá) y el presente e interminable conflicto con sus vecinos.
Su estilo es intensamente apasionado, de atmósfera casi febril en ocasiones y, por momentos, profundamente poético. Siempre comprometido con la realidad y sus personajes, subyace en los textos un desencanto que se advierte también en sus artículos periodísticos, en los que se aprecian, a partes iguales, retratos objetivos de la realidad de Medio Oriente y un permanente pesimismo sobre el futuro de la región.
Pese a ser uno de los primeros intelectuales israelíes que abogó por una solución de dos estados al conflicto palestino-israelí inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días; en oponerse a los asentamientos de colonos en Yheuda y Shombron; en alabar a los Acuerdos de Oslo y las negociaciones con la Organización para la Liberación Palestina (OLP); no se opone a la construcción de un muro que divida Cisjordania de Israel, sino que considera que debería ser más o menos a lo largo de la Línea Verde, la línea de cese del fuego establecida en 1948 que se mantuvo hasta la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967. En sus discursos y ensayos con frecuencia ataca a la izquierda no sionista, y siempre hace hincapié en su identidad sionista.
Falleció el 28 de diciembre de 2018 en la ciudad de Tel Aviv.
Cultura
El mundo celebró el Día Internacional del Falafel

Agencia AJN.- El mundo celebró el 12 de junio el Día Internacional del Falafel y los festejos se extendieron a todo el mes.
El falafel, que es usualmente asociado a la cocina israelí, consiste en croquetas de garbanzos fritas servidas en una pita o laffa, un pan chato. Entre los acompañamientos más populares se incluyen la ensalada israelí (pepinos y tomates con sal, pimienta y cebolla), humus (pasta de garbanzos), tahina (pasta de sésamo) y papas fritas.
El blogger e innovador norteamericano-israelí Ben Lang lanzó esta celebración en 2011 tras el éxito del Día Internacional del Humus. “Como esto tuvo tanto éxito pensé por qué no intentarlo otra vez y ver si tenemos algún impacto”, expresó a Arutz Sheva. Su objetivo fue que el mundo hablara de la comida israelí.
El mundo celebró el Día Internacional del Falafel @telaviv @Israel #Falafel #Hummus #pita #Food #TelAviv #Israel
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— ITON GADOL es Israel y las comunidades judias (@Itongadol) June 18, 2025
A continuación, compartimos una receta de este plato tan popular en Medio Oriente:
Falafel (5-8 porciones)
Ingredientes:
– 1 ½ taza de garbanzos secos
– ¼ taza de perejil picado
– ½ cebolla picada
– 3 dientes de ajo picados
– 2 cucharaditas de semillas de cilantro
– 1 cucharadita de semillas de alholva (puede reemplazarse por más cilantro o comino)
– 3 cucharaditas de semillas de comino
– 1 cucharadita de polvo de chile
– 3 cucharadas de harina de trigo + ¼ taza
– ¼ cucharadita de ácido cítrico o 2 cucharadas de jugo de limón
– Aceite para freír
– Sal a gusto
Pasos:
– Poner los garbanzos en un bowl mediano. Llenarlo con suficiente agua para cubrirlos y un centímetro más. Dejar remojar al menos ocho horas.
– Escurrir y procesar en una máquina. Allí mismo agregar el perejil, el ajo, la cebolla, 1 cucharada de sal y 2 cucharadas de harina.
– Continuar procesando hasta que la mezcla esté molida pero no pastosa. Una vez que tenga buena consistencia transferir a otro bowl.
– Medir las semillas y tostarlas en una pequeña sartén. Dejar enfriar y moler con un mortero.
– Agregar a la mezcla de la procesadora las semillas, el chili, el cilantro, el resto de la harina, sal a gusto y ácido cítrico. Mezclar y dejar reposar en la heladera una hora.
– Preparar una olla para freir con diez centímetros de aceite. Calentar.
– Preparar las bolas de falafel. Armar del tamaño de una nuez grande. Pasar por harina.
– Una vez que el aceite esté caliente poner algunos falafel en la olla y dejar lugar entre ellos. Cocinar por 4 minutos.
– Quitar y freír el resto. Servir con humus tibio o frio y pita.
Cultura
Aaron Lansky deja su cargo como presidente del centro que reúne 1,5 millones de libros en idish

Agencia AJN.- Steven Spielberg ya había donado dinero al Centro del Libro Idish cuando preguntó si su fundador, Aaron Lansky, podría viajar a Los Ángeles y visitar su oficina.
El cineasta no suele reunirse con los beneficiarios de su filantropía, comentó Lansky recientemente, pero quería explicarles su apoyo a lo que ahora es la Biblioteca Digital Idish Steven Spielberg del YBC, una colección online de más de 12.000 títulos en idish.
“Tienes que entender que mi trabajo es contar historias”, recuerda Lansky que le dijo Spielberg. “La idea de que hay kilómetros de historias judías que aún no se han contado es simplemente irresistible para alguien como yo”.
Más de un visitante del campus del YBC en Amherst, Massachusetts, ha comparado las estanterías de libros en idish, rescatados de contenedores de basura, áticos y sótanos de lectores mayores, con el colosal almacén gubernamental que se ve en la escena final de “En busca del arca perdida”.
Pero Spielberg también pareció comprender el motor de Lansky, quien se jubila este mes como presidente del centro. Lansky comenzó yendo puerta por puerta, pidiendo a los judíos mayores y a sus descendientes los libros que de otro modo habrían tirado.
El proyecto de rescate podría fácilmente haber quedado en un almacén de libros viejos, tesoros polvorientos que se pudren en la oscuridad, a los que ocasionalmente acceden académicos y aficionados.
En cambio, la colección de aproximadamente 1,5 millones de volúmenes es solo la base de una institución que ahora incluye clases de idish, becas académicas, un programa de formación para traductores, congresos académicos, una editorial de libros traducidos, un archivo de historia oral, un podcast y esa biblioteca digitalizada de libros idish, tanto clásicos como desconocidos.
“No se trata solo de coleccionar libros”, dijo Lansky, de 69 años, recordando que siempre tuvo una visión que iba más allá de almacenar libros sin leer. Es realmente toda una cultura, toda una civilización, toda una época histórica que necesita representación, que quiere contar su historia.
La decisión de Lansky de dejar su cargo es voluntaria (su sucesora es Susan Bronson, directora ejecutiva del centro durante los últimos 14 años) y gradual (anunció su jubilación hace 16 meses y permanecerá dos años más como asesor principal a tiempo parcial). Tiene muchas ganas de escribir, leer y reflexionar sobre el papel del idish en un mundo judío dominado por un Israel de habla hebrea y una Norteamérica de habla inglesa.
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