A cinco días de dejar su cargo como presidente en la AMIA, Luis Grynwald calificó de “desafortunadas y discriminatorias” las declaraciones de su sucesor, Guillermo Borger, quien expresó que "es una paradoja que se llame ‘judías’ a las escuelas que no son observantes de la religión".
En una entrevista concedida a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el dirigente explicó: “Se está hablando de judíos ‘genuinos’, poniendo en duda y no asumiendo que hay otros, entre los que me incluyo, que no somos menos de 200.000 habitantes de esta Capital Federal, que no somos "genuinos" y no tenemos una vida basada en lo que dictamina la Torá, según leímos en el diario Clarín”.
Hasta hoy, AMIA “es de todos los judíos que han querido integrarla, pero también hemos trabajado en pos de aquellos que no están institucionalizados”; después del 12 de junio –cuando asumirá la nueva comisión directiva- no lo será “de ningún modo”.
“Las pruebas están a la vista, así como un sugestivo silencio de todos sus integrantes que pregonaron una plataforma progresista y que ante los dichos del nuevo presidente sobre casamientos y matrimonios mixtos y qué significa ser judío, optaron hasta ahora por el silencio”, señaló Grynwald.
Consultado acerca de qué significa a su criterio ser judío, el presidente de la mutual judía dijo que es “honrar” a sus padres, “que llegaron a la Argentina huyendo del Holocausto, creyendo que llegaban a un sitio de libertad, trabajo y progreso.
“Eso encontraron y lo cuidaron dentro del marco comunitario de libertad y diversidad. O acaso, ¿le tengo que preguntar a mi mamá qué opina acerca de que algunos judíos me digan en el diario de la mañana que yo no soy judío porque vivo de un modo distinto mi judaísmo?”, se preguntó.
Y agregó: “Ser judío es darles a mis hijos y nietos mandatos de inclusión, pertenencia, respeto y honestidad. Escuchar la pregunta de mis hijos si son judíos genuinos no puede hacerme perder la historia de tres mil años. Cada uno lleva su judaísmo a su manera, y yo lo llevo con orgullo y a mucha honra, siendo el Estado de Israel, el centro de la vida judía en un lazo inquebrantable e indestructible que nos une con nuestra comunidad a través de todos los años”.
 Grynwald dijo que las declaraciones de Borges acerca de que la institución será representante de los judíos genuinos fueron “desafortunadas y discriminatorias”.
La AMIA “es de todos los judíos que han querido integrarla, pero también hemos trabajado en pos de aquellos que no están institucionalizados, brindándoles actividades culturales, asistencia social, con una red de empleo modelo en el país para el que lo necesitaba”.
Preguntado sobre si la mutual incluirá a todos los judíos en la próxima gestión, el dirigente respondió: “De ningún modo. Las pruebas están a la vista, así como un sugestivo silencio de todos sus integrantes que pregonaron una plataforma progresista y que ante los dichos del nuevo presidente sobre casamientos y matrimonios mixtos y qué significa ser judío, optaron hasta ahora por el silencio”.
“Se está hablando de judíos ‘genuinos’, poniendo en duda y no asumiendo que hay otros, entre los que me incluyo, que no somos menos de 200 mil habitantes de esta Capital Federal, que no somos "genuinos" y no tenemos una vida basada en lo que dictamina la Torá, según leímos en el diario Clarín”.
También Grynwald expresó que le “preocupa enormemente” el futuro de la institución tras las declaraciones de Borger.
En tal sentido, consideró que la elección del sector ortodoxo al frente de la mutual es “una situación muy delicada e inesperada” que tiene que llevar “velozmente a la autocrítica y a la revisión de discursos y estrategias para representar mejor a los 26 mil socios que tiene la AMIA”.
“Deseo con todas mis fuerzas que todo el trabajo realizado no quede inconcluso, anulado ni se fijen nuevos rumbos. Los logros están a la vista. Toda esta comisión directiva puede dar fe de lo actuado y el orgullo que significa haber pertenecido a esta gestión. Dejamos una AMIA de pie, sólida, lista para seguir creciendo, con mucha vida”, opinó Grynwald.
Entre los objetivos cumplidos de su gestión dijo que se logró “un avance importante en el caso AMIA en la justicia, con el objetivo de llegar a saber, a la brevedad, la verdad de lo sucedido el 18 de julio”.
“Los logros obtenidos hasta la fecha no alcanzan para decir que hemos arribado a la verdad. Hay que seguir luchando, pregonando y pidiendo justicia todos los días de nuestras vidas hasta saber la verdad”, comentó.
Y agregó: “Siempre quedan cosas por hacer, como la solución de los cementerios, las limitaciones para asociar conversos o parejas de matrimonios mixtos, afianzar más los presupuestos para la educación judía y generar las actividades necesarias para aglutinar a la generación que hoy tiene entre 30 y 45 años”.
“De todos modos, el balance es altamente positivo en todos los planos al interior de la comunidad y en relación a la sociedad argentina”, opinó.
Por último, ante la consulta sobre cómo interpreta que en una comunidad progresista en su mayoría, se haya dado un resultado como el que se dio en las elecciones de AMIA, Grynwald afirmó: “Me resultan incomprensibles estas alianzas. Quizás, el afán de protagonismo, la falta de diálogo, los personalismos, el egoísmo, la falta de proyectos y debates, permitieron estos resultados”.
“En una elección como esta, las personas se juegan mucho más que servir a la comunidad en forma desinteresada, se juegan la representación de una de las comunidades judías más importantes del mundo. Es una gran responsabilidad”, dijo.