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Hannah Arendt: se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento

Agencia AJN.- En 1951 se nacionalizó estadounidense y trascendió el ámbito universitario con su trabajo titulado “Los orígenes del totalitarismo”.

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Hannah Arendt

Agencia AJN.- Hannah Arendt, filósofa y cientista política judía alemana, nació el 14 de octubre de 1906 en Linden-Limmer, Hannover. A través de sus abuelos conoció el judaísmo reformista alemán de principios del siglo XX, y si bien no perteneció a ninguna comunidad religiosa, siempre se consideró judía, aunque estudió en profundidad el cristianismo.

En 1924 ingresó a la universidad de Marburgo (Hesse) y durante un año asistió a las clases de Filosofía de Martín Heidegger y de Nicolai Hartmann, y a las de teología protestante de Rudolf Bultmann, además de griego.

Arendt mantuvo un romance con Heidegger, padre de familia de 35 años, que tuvieron que mantener en secreto. A comienzos de 1926, al no soportar más la situación, ella decidió cambiarse de universidad y se trasladó durante un semestre a la universidad Albert Ludwig, en Friburgo, para aprender con Edmund Husserl. A continuación, estudió Filosofía en la universidad de Heidelberg (Baden-Wurtemberg) donde se doctoró en 1928 bajo la tutoría de Karl Jaspers, con la tesis “El concepto del amor en San Agustín”, el primer libro que publicó un año después en Berlín. A su vez estableció una importante relación de amistad con Jaspers, que duraría hasta la muerte de él.

En Berlín se relacionó con el filósofo Günther Stern (que se llamaría más tarde Günther Anders), con quien se casó poco después. También comenzó a escribir notas periodísticas sobre su especialidad, la filosofía, mientras participaba de seminarios dictados por Paul Tillich y Karl Mannheim y se interesaba cada vez más por cuestiones políticas.

Analizó la exclusión social de los judíos, a pesar de la asimilación, en base al concepto de «paria», empleado por primera vez por Max Weber. A este término opuso “parvenu” (advenedizo), inspirada por los escritos de Bernard Lazare. En 1932 publicó en la revista Geschichte der Juden in Deutschland (Historia de los judíos en Alemania) el artículo «Aufklärung und Judenfrage» (La Ilustración y la cuestión judía), en el que desarrolla sus ideas sobre la independencia del judaísmo, enfrentándolas a las de los ilustrados Gotthold Ephraim Lessing y Moses Mendelssohn y el precursor del Romanticismo Johann Gottfried Herder.

Con el acceso al poder de Alemania del nazismo, el 30 de enero de 1933, su esposo se trasladó a París, mientras que ella permaneció en Berlín y comenzó su actividad política, estudiando la persecución de los judíos, que estaba en sus comienzos. Su casa sirvió de estación de tránsito para refugiados y en julio de 1933 fue detenida durante ocho días por la Gestapo. Al ser liberada se trasladó a París, pasando por Checoslovaquia e Italia.

En Francia ayudó a jóvenes judíos a trasladarse a Eretz Israel y a denunciar la persecución que sufrían los judíos alemanes, por lo que se le retiró la ciudadanía alemana en 1937, convirtiéndola en apátrida. Ese año se separó de su marido y tres años más tarde se casó con Heinrich Blücher.

Al rendirse Francia a Alemania en 1940, ella fue internada con otros emigrados, pero consiguió huir y logró que se le permitiera ingresar en Estados Unidos, junto a su esposo y su madre. Allí colaboró en numerosas revistas y, tras haber sido invitada sucesivamente por las universidades, enseñó teoría política en la School for Social Research de Nueva York.

En 1951 se nacionalizó estadounidense y trascendió el ámbito universitario con su trabajo titulado “Los orígenes del totalitarismo”, en el que, mediante el análisis del imperialismo del siglo XIX y de los regímenes totalitarios del XX, intentaba reconstruir las vicisitudes histórico-políticas que desembocaron en el antisemitismo.

Durante la década del ’50 del siglo pasado Hannah Arendt también modificó su apreciación sobre el sionismo, que había apoyado en los años ’30 y ’40 y también asumió una postura crítica sobre el Estado de Israel.

A partir de la publicación de sus crónicas en el New Yorker fue sumamente criticada por dos motivos: a) su opinión sobre Eichmann, a quien consideraba un hombre banal que estaba convencido de que su deber era cumplir estrictamente las órdenes recibidas, enviar la mayor cantidad de judíos a los campos de exterminio ubicados en el territorio polaco sin tener conciencia del mal que estaba llevando a cabo y b) la acusación a los “dirigentes judíos” en los ghettos por no haber actuado correctamente al aceptar elaborar las listas para las deportaciones que le solicitaban los nazis.

No se debe olvidar que a principios de la década del ‘60 todavía era común escuchar que los judíos, en su gran mayoría, “fueron como corderos al matadero”, algo completamente falso. Hoy sabemos que la industrialización de la deshumanización primero y de la muerte a continuación, implementada por los nazis generó esa falsa impresión, como también que fue justamente el juicio a Eichmann el que inició el cambio de actitud hacia los sobrevivientes y las víctimas de la Shoá, que se acentuó a partir de los testimonios de aquellos que padecieron en carne propia el horror.

Estos hechos que Arendt no tomó en cuenta generaron que muchos de quienes habían sido sus amigos por años decidieran dejar de serlo, pues consideraron inaceptable en una intelectual de su categoría los ignorara. También fue criticada por su relación con de Martin Heidegger, no por la mantenida en su juventud, sino por haberla renovado en 1950, cuando visitó Alemania.

A lo largo de su vida, Hannah Arendt, que falleció el 4 de diciembre de 1975 en la ciudad de Nueva York, publicó infinidad de artículos y más de 20 libros, entre ellos, además de los ya mencionados: Rahel Varnhagen: vida de una mujer judía, La condición humana, Crisis de la República, Sobre la violencia, Diario filosófico 1950-1973. Luego de su fallecimiento se publicó “Correspondencia, 1926-1969”.

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Cultura

El mundo celebró el Día Internacional del Falafel

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Agencia AJN.- El mundo celebró el 12 de junio el Día Internacional del Falafel y los festejos se extendieron a todo el mes.

El falafel, que es usualmente asociado a la cocina israelí, consiste en croquetas de garbanzos fritas servidas en una pita o laffa, un pan chato. Entre los acompañamientos más populares se incluyen la ensalada israelí (pepinos y tomates con sal, pimienta y cebolla), humus (pasta de garbanzos), tahina (pasta de sésamo) y papas fritas.

El blogger e innovador norteamericano-israelí Ben Lang lanzó esta celebración en 2011 tras el éxito del Día Internacional del Humus. “Como esto tuvo tanto éxito pensé por qué no intentarlo otra vez y ver si tenemos algún impacto”, expresó a Arutz Sheva. Su objetivo fue que el mundo hablara de la comida israelí.

A continuación, compartimos una receta de este plato tan popular en Medio Oriente:

Falafel (5-8 porciones)

Ingredientes:

– 1 ½ taza de garbanzos secos
– ¼ taza de perejil picado
– ½ cebolla picada
– 3 dientes de ajo picados
– 2 cucharaditas de semillas de cilantro
– 1 cucharadita de semillas de alholva (puede reemplazarse por más cilantro o comino)
– 3 cucharaditas de semillas de comino
– 1 cucharadita de polvo de chile
– 3 cucharadas de harina de trigo + ¼ taza
– ¼ cucharadita de ácido cítrico o 2 cucharadas de jugo de limón
– Aceite para freír
– Sal a gusto

Pasos:

– Poner los garbanzos en un bowl mediano. Llenarlo con suficiente agua para cubrirlos y un centímetro más. Dejar remojar al menos ocho horas.
– Escurrir y procesar en una máquina. Allí mismo agregar el perejil, el ajo, la cebolla, 1 cucharada de sal y 2 cucharadas de harina.
– Continuar procesando hasta que la mezcla esté molida pero no pastosa. Una vez que tenga buena consistencia transferir a otro bowl.
– Medir las semillas y tostarlas en una pequeña sartén. Dejar enfriar y moler con un mortero.
– Agregar a la mezcla de la procesadora las semillas, el chili, el cilantro, el resto de la harina, sal a gusto y ácido cítrico. Mezclar y dejar reposar en la heladera una hora.
– Preparar una olla para freir con diez centímetros de aceite. Calentar.
– Preparar las bolas de falafel. Armar del tamaño de una nuez grande. Pasar por harina.
– Una vez que el aceite esté caliente poner algunos falafel en la olla y dejar lugar entre ellos. Cocinar por 4 minutos.
– Quitar y freír el resto. Servir con humus tibio o frio y pita.

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Cultura

Aaron Lansky deja su cargo como presidente del centro que reúne 1,5 millones de libros en idish

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Agencia AJN.- Steven Spielberg ya había donado dinero al Centro del Libro Idish cuando preguntó si su fundador, Aaron Lansky, podría viajar a Los Ángeles y visitar su oficina.

El cineasta no suele reunirse con los beneficiarios de su filantropía, comentó Lansky recientemente, pero quería explicarles su apoyo a lo que ahora es la Biblioteca Digital Idish Steven Spielberg del YBC, una colección online de más de 12.000 títulos en idish.

“Tienes que entender que mi trabajo es contar historias”, recuerda Lansky que le dijo Spielberg. “La idea de que hay kilómetros de historias judías que aún no se han contado es simplemente irresistible para alguien como yo”.

Más de un visitante del campus del YBC en Amherst, Massachusetts, ha comparado las estanterías de libros en idish, rescatados de contenedores de basura, áticos y sótanos de lectores mayores, con el colosal almacén gubernamental que se ve en la escena final de “En busca del arca perdida”.

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Pero Spielberg también pareció comprender el motor de Lansky, quien se jubila este mes como presidente del centro. Lansky comenzó yendo puerta por puerta, pidiendo a los judíos mayores y a sus descendientes los libros que de otro modo habrían tirado.

El proyecto de rescate podría fácilmente haber quedado en un almacén de libros viejos, tesoros polvorientos que se pudren en la oscuridad, a los que ocasionalmente acceden académicos y aficionados.

En cambio, la colección de aproximadamente 1,5 millones de volúmenes es solo la base de una institución que ahora incluye clases de idish, becas académicas, un programa de formación para traductores, congresos académicos, una editorial de libros traducidos, un archivo de historia oral, un podcast y esa biblioteca digitalizada de libros idish, tanto clásicos como desconocidos.

“No se trata solo de coleccionar libros”, dijo Lansky, de 69 años, recordando que siempre tuvo una visión que iba más allá de almacenar libros sin leer. Es realmente toda una cultura, toda una civilización, toda una época histórica que necesita representación, que quiere contar su historia.

La decisión de Lansky de dejar su cargo es voluntaria (su sucesora es Susan Bronson, directora ejecutiva del centro durante los últimos 14 años) y gradual (anunció su jubilación hace 16 meses y permanecerá dos años más como asesor principal a tiempo parcial). Tiene muchas ganas de escribir, leer y reflexionar sobre el papel del idish en un mundo judío dominado por un Israel de habla hebrea y una Norteamérica de habla inglesa.

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