Israel ocupa el primer puesto en investigación y desarrollo de alta tecnología y es el segundo país del mundo en innovación en esa área (detrás del Silicon Valley en California).
Además, con el objetivo de aumentar la competitividad, los israelíes formulan asociaciones con estadounidenses y actualmente tercerizan algunos trabajos a India y China.
Pero la nueva tendencia es que compañías israelíes y sucursales de multinacionales instaladas en el Estado hebreo tercericen trabajo a palestinos.
Aunque esta posibilidad resultaba complicada por problemas de seguridad, los israelíes “encontraron una solución”, según indicó la cancillería israelí en un comunicado.
“Nos dimos cuenta que en vez de pelearnos entre nosotros y tirarnos bombas necesitamos trabajar en conjunto”, señaló Jonathan Levy, gerente general de Winbond (manufacturera de chips).
Durante un encuentro de una organización de jóvenes presidentes de compañías, Levy conoció a Murad Tahboub, el director de Tecnologías Asal, en Ramallah, quien esta a cargo de un equipo de 47 programadores.
Tahboub señaló las cualidades que hacen “deseables” a los programadores palestinos: la relación costo-beneficio, el hecho de trabajar en la misma zona horaria (que Israel), la existencia de mano de obra con buen dominio del idioma inglés y los altos índices de productividad.
El director de Tecnologías Asal aseguró que los programadores no solo son requeridos por el Estado hebreo sino también por otros países.
“Pero esto no solo ocurre en los territorios palestinos, sino en todas las áreas donde hay inestabilidad política”, sostuvo Tahboub, que estudio en una universidad estadounidense en Europa.
“Si la gente tuviera buenos trabajos, si sus hijos estuvieran recibiendo educación, tratamiento médico y los adultos cobraran seguros de retiro, entonces no pensarían de manera radical y tratarían de mejorar lo que tienen”, reflexionó Tahboub.
“Contratar ingenieros palestinos -remarcó Tahboub- es una inversión en la paz”.
Zvi Schreiber (de “Ghost” Global Hosted Operating System) es un ejemplo de cómo los lazos económicos pueden ser líderes en la construcción de confianza y prosperidad.
El personal de la compañía está compuesto por ciudadanos de Israel y de la Autoridad Palestina que se encuentran y colaboran virtualmente a través de videochats y conferencias on-line, dado que las restricciones de seguridad complican los encuentros cara a cara.
La oficina de G.ho.st en Ramallah (en la zona de Cisjordania) tiene alrededor de 40 empleados, y muchos de sus desarrollos se efectúan allí, mientras un equipo más reducido trabaja en la ciudad israelí de Modiin, y esta a cargo del marketing de la empresa.
Schreiber aseguró que las comunicaciones no se limitan a cuestiones laborales, aunque sean los temas predominantes.
“También se habla de política, especialmente cuando hay algún suceso que afecte las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina”, explicó.
BK-ND