Más de 700 personas, entre educadores, jueces, historiadores, y periodistas participaron de la sexta conferencia internacional sobre el Holocausto, que en su edición 2008 se denominó “Enseñando el Holocausto: luchando contra el racismo y los prejuicios”.
En el seminario, que organizó el Museo de Yad Vashem en Jerusalem entre el 7 y el 10 de julio, también estuvieron sobrevivientes del genocidio nazi y representantes del gobierno y la sociedad israelí como el rabino israelí Mijael Malkior y el ex prisionero y ex ministro de Israel, Natán Sharansky.
El museo de Yad Vashem, es el más grande del mundo sobre el Holocausto y reúne 68 millones de páginas de documentos, 300 mil fotografías y los nombres de 3.2 millones de víctimas que perecieron bajo el régimen nazi.
Los asistentes a la conferencia eran representantes de 52 países del mundo entre ellos, Sudáfrica, Polonia, Alemania, Grecia, Turquía, China, Ucrania, Estados Unidos, Rwanda, Japón, Corea, Reino Unido, Serbia y España, que contó con una delegación de 30 miembros.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), el director del departamento de Habla Hispana del museo Yad Vashem, Mario Sinay, señaló que la conferencia “fue muy exitosa, en primer lugar por los contenidos, y en segundo lugar por el intercambio entre los integrantes de los 52 países”.
“El sentimiento de los asistentes fue que la conferencia estaba muy preparada y que dejó todo un camino para seguir trabajando”, sostuvo Sinay.
Entre los Estados que fueron parte de la conferencia, 12 eran latinoamericanos, entre ellos, Brasil, Panamá, Chile, México, Guatemala y Argentina.
Sinay aseguró que la delegación argentina estuvo integrada por 32 participantes, entre los que, recalcó, había “judíos y no judíos”.
En ese sentido, el juez argentino Daniel Rafecas disertó sobre la problemática del antisemitismo en el país y nombró algunos casos que atendió.
Durante la conferencia se realizaron talleres de trabajo en inglés, francés, ruso y español en los que se trataron temas como el Holocausto en Rwanda (la masacre de Darfur) y el reto de enseñar el genocidio judío a estudiantes con antecedentes musulmanes.
 
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