Las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, el deseo de aislar a Irán y el interés por moderar los precios del petróleo fueron los ejes de la agenda que desarrolló el presidente de Estados Unidos, George Bush, durante una extensa gira a Medio Oriente que terminó hoy en Egipto.
En el primer tramo de su gira, Bush celebró encuentros con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, en su empeño por consolidar la etapa de conversaciones para la paz abierta en noviembre pasado en Annapolis.
Bush pretende pasar a la historia como el hacedor de la paz en medio Oriente, una empresa en la que fracasaron sus antecesores, y para eso procura coronar las negociaciones con un acuerdo antes de dejar el poder, a principios de 2009. Le queda un año para ayudar a resolver un conflicto de seis décadas.
A los palestinos les exigió un compromiso mayor en la lucha contra el terrorismo que golpea a Israel con sus cohetes desde Gaza, mientras a Olmert le pidió que ponga fin a los asentamientos en los territorios ocupados.
Pero apenas Bush se alejó de Israel y los territorios palestinos quedó claro que la paz sigue siendo una tenue esperanza. Una escalada militar de Israel sobre Gaza dejó un saldo de más de 20 muertos, mientras Israel padece el alcance cada vez mayor de los cohetes en manos de Hamas.
Otro objetivo de Bush en este viaje fue el de conseguir el apoyo de los países árabes para aislar a Irán, su declarado enemigo en el Golfo Pérsico.
Bush mantuvo sus denuncias acerca del presunto interés iraní en desarrollar un programa nuclear con fines no pacíficos, pero no tuvo éxitos visibles en este punto.
Los países árabes, más allá de sus resquemores hacia Irán, no quieren ver a Estados Unidos en un despliegue de fuerzas militares como el que se observa desde hace casi cinco años en Irak, en una guerra que, incluso, minó la popularidad del presidente dentro de su país y también en el contexto internacional.
El petróleo, como todo el mundo preveía, no estuvo ausente en las conversaciones de Bush con las autoridades de los países productores del Golfo.
La Casa Blanca pretende que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aumente los niveles de producción para que bajen los precios de los barriles, que baten récord todas las semanas y llegó a superar el precio de los 100 dólares.
Apenas consiguió una declaración de Arabia Saudita, el mayor productor del mundo, sobre una disposición a aumentar la producción en caso de que sea necesario, una situación que será evaluada por la OPEP en febrero próximo.
MF