Agencia AJN.- Nuevos episodios de violencia palestina se registraron anoche en la Margen Occidental.

Por un lado, dos palestinos fueron arrestados el martes por la noche bajo la sospecha de intentar atropellar a agentes de policía de Israel con su vehículo en las colinas del sur de Hebrón, dijo el portavoz de la policía de Israel.

Durante un operativo realizado por la Policía en la Ruta 60, un vehículo sospechoso aceleró hacia los policías e intentó embestirlos, quienes dispararon y detuvieron a los sospechosos.

Asimismo, revoltosos palestinos y fuerzas de seguridad israelíes se enfrentaron en las cercanías de la tumba de José en Nablus, en la Margen Occidental, el martes por la noche, según medios palestinos.

Los enfrentamientos involucraron disparos de ambos lados, según los informes.

Los alborotadores palestinos colocaron neumáticos en llamas en medio de las calles de la ciudad para impedir que las fuerzas israelíes y los visitantes judíos visitaran la Tumba de José esa noche.

Hace dos semanas, palestinos se enfrentaron con las fuerzas israelíes cerca de la Puerta de Damasco en la Ciudad Vieja de Jerusalem en algunos de los peores actos de violencia que la capital ha visto desde la guerra de Gaza en mayo.

La policía dijo que los palestinos arrojaron piedras a los vehículos que pasaban y rompieron las ventanas. No se reportaron heridos.

Los agentes de policía de Israel, junto con las fuerzas de la policía fronteriza, utilizaron medidas de control de disturbios en un intento de sofocar los disturbios. La policía informó que al menos 14 personas han sido arrestadas por presuntamente participar en los disturbios.

Los enfrentamientos, que se produjeron después de días de escaramuzas más pequeñas entre las fuerzas israelíes y los palestinos, estallaron poco después de que miles marcharan por Jerusalem Este en honor al cumpleaños del fundador del islam, Mahoma, según la tradición musulmana, encabezados por activistas locales del movimiento Fatah.

La policía les dijo a los estudiantes de la cercana Yeshivá Ateret Cohanim, que pasaban por la Ciudad Vieja de la capital, que tomaran una ruta alternativa alrededor del área, calificando la situación allí como «amenazante para la vida».

Los violentos enfrentamientos entre la policía y los palestinos en el área jugaron un papel clave en la escalada de tensiones en el período previo a la guerra de 11 días entre Israel y las facciones terroristas de la Franja de Gaza en mayo.

En tanto, la compañía de autobuses de tránsito Egged ordenó desviar todos sus autobuses fuera del área debido a los disturbios en curso, que han visto a palestinos arrojar piedras y cócteles Molotov a la policía.

Paralelamente, Hamás, el grupo que gobierna la Franja de Gaza, anunció que condenó a muerte a seis “informantes” palestinos por colaborar con Israel.

El tribunal militar de Hamás afirmó que dictó sentencias “contra varios informantes, incluidas seis sentencias de muerte y otras sentencias que varían entre cadena perpetua, trabajos forzados temporales y una absolución”.

Hamás mantiene un enfoque rígido hacia los colaboradores de Israel, que, junto con Egipto, ha puesto al enclave bajo bloqueo desde que el grupo tomó el poder en un sangriento golpe de Estado en 2007.

Hamás afirma que los colaboradores que se entreguen enfrentarán términos más indulgentes y destacó que las “sentencias emitidas han cumplido con todos los procedimientos legales”.

Los grupos de derechos humanos en Gaza han instado a Hamás a abolir el uso de la pena de muerte.

Por su parte, Israel aumentará el número de trabajadores palestinos que permite entrar en su territorio desde la Franja de Gaza, según anunció un organismo de defensa israelí, un gesto aparentemente destinado a reforzar la frágil calma entre las partes. El aumento forma parte de la política israelí de mejorar las condiciones de vida en el enclave asolado por la pobreza tras el conflicto de mayo con el grupo terrorista Hamás, pero «está condicionado al mantenimiento de la seguridad y la estabilidad», según un funcionario.

Los más de dos millones de residentes palestinos de Gaza viven bajo un asfixiante bloqueo israelí-egipcio desde que el grupo militante islámico Hamás arrebató el poder a la Autoridad Palestina en 2007, y el desempleo y la pobreza son generalizados.

Israel afirma que los cierres son necesarios para contener al grupo terrorista, mientras que los críticos los consideran una forma de castigo colectivo.

COGAT, el organismo de defensa israelí encargado de los asuntos civiles palestinos, dijo que se permitirá la entrada en Israel de otros 3.000 gazatíes para trabajar, con lo que el total de nuevos permisos anunciados recientemente asciende a 10.000.

El COGAT dijo que la decisión estaba «condicionada a la continua preservación de la estabilidad de la seguridad de la región a largo plazo».

Israel y Hamás libraron una brutal guerra en mayo, su cuarto gran enfrentamiento desde 2008. Hamás ha exigido la flexibilización del bloqueo como parte de un alto el fuego informal con la mediación de Egipto.

Israel ha levantado algunas restricciones desde el final de la guerra de mayo, de 11 días de duración, al tiempo que ha advertido que cualquier flexibilización más amplia depende de que continúe la calma.

La mitad de la población de Gaza vive en la pobreza, los viajes fuera del territorio están muy restringidos, el agua no es potable y los residentes sufren cortes de electricidad diarios que pueden durar varias horas. Casi 40.000 casas resultaron dañadas o destruidas en la última guerra, según el Ministerio de Obras Públicas.

Decenas de miles de palestinos de Cisjordania también trabajan en Israel, donde los salarios son mucho más altos, principalmente en la construcción y la agricultura.

Israel dejó de expedir permisos de trabajo a los gazatíes tras la toma del poder por parte de Hamás.

Unos cuantos miles de empresarios de alto nivel conservaron sus permisos de entrada a Israel y, en los últimos años, Israel ha ampliado discretamente ese programa para permitir que los palestinos de Gaza trabajen en la construcción, la agricultura y la fabricación.