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Opinión. La razón más importante para asociarse con Israel es la bíblica

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Por Miguel Muñoz Valeriano*

Asociarse a Israel es crucial para que un país sea bendecido de manera particular por Dios. Mi corazón se conmueve a la luz de las implicaciones bíblicas acerca de la necesidad de apoyar apasionadamente a Israel.

La historia muestra, en un sentido de “siembra y cosecha”, que las naciones pueden prosperar maravillosamente si una base cultural proviene de todo lo que Israel ha proporcionado históricamente en relación con la verdad bíblica. Como nación podemos tomar prestado efectivamente del Israel histórico. No hay duda de que las verdades bíblicas del Israel histórico proporcionan los amarres culturales para una nueva e histórica Honduras. En resumen, podría llamarse a esto la unión filosófica con Israel.

En otro sentido, La Palabra de Dios contiene una promesa clara y absoluta en relación con el Pacto Abrahámico de Génesis 12:3a: “Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan…” La historia traza vívidamente esta verdad. Ya sea que haya sido bendecido por apoyar a Israel, o exponerse a maldición por intentar destruirlo. Una cosa es segura: este pueblo y este país son muy especiales, separados por Dios de todos los demás. Ningún otro país se compara.

Dada la reciente apertura de la oficina diplomática de Honduras en Jerusalén, como extensión de su Embajada ubicada actualmente en las cercanías de Tel Aviv, pensé que este sería un buen momento para proporcionar una introducción bíblica de por qué usted y nuestra nación deberíamos asociarnos con el Estado de Israel, sus instituciones y con el pueblo judío en particular.

En 1948 Israel se convirtió en una nación cuando 160 países lo reconocieron. Honduras, sin embargo, bajo el gobierno del Gral. Tiburcio Carías Andino y el Dr. Plutarco Muñoz como presidente del Congreso Nacional de la República, se abstuvo de votar a su favor en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Setenta y un años después, con el reconocimiento público de Jerusalén como capital de Israel que hiciera el Presidente Juan Orlando Hernández, y su posterior decisión diplomática de abrir una oficina de cooperación y comercio en Jerusalén, se puede decir que de alguna manera Honduras busca “revertir” aquella abstención y convertirla en un “voto de respaldo” al Estado de Israel.

¿Por qué lo habría hecho? Sin duda habrá tenido que considerar todo aspecto político, social y comercial, escuchando a diversos sectores, y adoptando convicciones y posiciones al respecto. En este contexto, la Confraternidad Evangélica de Honduras por muchos años y con varios gobiernos había venido planteado su posición bíblico-teológica sobre el reconocimiento de Jerusalén, apoyo al pueblo judío y lucha contra el antisemitismo. El Presidente Hernández y la Primera Dama han escuchado la petición de la gran mayoría de los cristianos evangélicos del país sobre el Estado de Israel y su pueblo.

¿Debe Honduras asociarse a Israel? La razón más importante por la cual un país o estado debería asociarse a Israel no es la económica, ni la social, ni la política –éstas sin duda son objeto de beneficio, pero no causa o razón. La razón más importante para asociarse con Israel es la bíblica. Lo que sigue es un estudio original de Capitol Ministries (el cual he traducido, adaptado y contextualizado) sobre tres capítulos bíblicos principales, que cuando se analizan juntos exclaman por qué cada gobernante, legislador, líder gubernamental, empresario, líder social, ciudadano y ser humano debería hacerse amigo de Israel. Esos tres capítulos son Génesis 12, Romanos 11 y Apocalipsis 7 y son los principales impulsores de convicción con respecto al apoyo inquebrantable a Israel.

GÉNESIS 12
En Génesis 12: 1-2 Dios hace un pacto con Abram. Pero antes de examinar eso con cierto detalle, es importante entender todo el Génesis. Hay dos divisiones principales en el libro, cada una con 4 subpuntos. La primera parte (1-11) trata sobre los comienzos: la creación, la caída, el diluvio y la dispersión. La segunda parte (12-50) del libro trata de los Patriarcas: Abraham, Isaac, Jacob y José. Es al inicio de la segunda parte, donde Dios elige a un hombre a partir del cual generará una familia, una tribu y luego una nación entera: la nación de Israel, una nación distintiva según lo describe Dios mismo en Éxodo 19: 6 y Deuteronomio 7:6-8

“Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y un pueblo santo.”

Hay tres promesas unilaterales que Dios hace con Abram: una tierra, una descendencia y una bendición, como se evidencia en este pasaje (12: 1-2).

Pero el Señor le había dicho a Abrán: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una nación grande. Te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

Aquí es donde comienza el caso de ser pro-Israel. Es digno de mención aquí la promesa de Dios de una tierra que se conoce como la tierra de Canaán. Nuevamente, la promesa de una tierra es crítica para el estudio que sigue porque en el siguiente versículo (citado anteriormente en el prólogo) (12: 3) Dios declara las consecuencias de no ser un aliado de su pueblo y su tierra:

Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan; y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.

Este pasaje a primera vista parece bastante sencillo, excepto por esto. ¿Las promesas que Dios hizo a Israel se “evaporan” para siempre debido a su rechazo del Mesías, Jesucristo? Hay algunos evangélicos hoy que responderían afirmativamente. Razonan que, debido al rechazo de Israel a Jesús, Dios la ha reemplazado con la Iglesia. Esto se llama Teología de Reemplazo y viene en muchas versiones. La Teología del Reemplazo afirma que los pactos aquí hechos a Israel son nulos e inválidos y espiritualmente se acumulan para la Iglesia en el Nuevo Pacto del Nuevo Testamento, y se cumplen más en un sentido espiritual de comprensión que físico.

Hay muchos pasajes que se encuentran en toda la Biblia que indican que Dios no ha terminado para siempre con Israel. Observe, para empezar, los siguientes pasajes en Génesis que usan palabras como “descendencia”, “para siempre” y “eterno” al describir la naturaleza de la promesa de la tierra. Primer aviso Génesis 12: 7:

Y el Señor se le apareció a Abrán, y le dijo:

«A tu descendencia le daré esta tierra.»

Y él edificó allí un altar al Señor, que se le había aparecido.

No hay un calificador o limitación relativa a la comprensión del significado de Dios de “descendencia” en el pasaje anterior. Lo mismo es cierto en 13:15 con respecto a territorio. Observe la palabra “para siempre”:

Toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre.

El 17: 7 entrena tus ojos en el “pacto perpetuo”:

Estableceré mi pacto contigo y con tus descendientes. Será un pacto perpetuo, y yo seré tu Dios y el de tu descendencia.

El derecho de Israel a aferrarse a la tierra se declara en 17:8

A ti y a tu descendencia les daré toda la tierra donde ahora habitas, la tierra de Canaán, como herencia perpetua, y yo seré el Dios de ellos.

En resumen, el primer punto del esquema es que no hay limitación o calificación para la promesa de Dios en relación con la tierra que Dios le dará a su pueblo Israel. Ningún pasaje de las Escrituras dice que “todas las promesas se cancelan para siempre si Mi pueblo rechaza Mi Mesías venidero … porque si lo haces, espiritualizaré estas promesas para siempre y las daré a la Iglesia”. Lo que estoy insinuando es esto: El caso para apoyar Israel hoy está basado sobre la inmutabilidad del Pacto Abrahámico.

SI LAS PROMESAS ABRAHÁMICAS ESTUVIERAN ANULADAS HOY, ENTONCES LA TEOLOGÍA DEL REMPLAZO SERÍA CORRECTA PARA DESMOTIVAR QUE HONDURAS APOYE A ISRAEL. ¡PERO ESTÁN VIGENTES!

Si el rechazo de Jesús anula el Pacto Abrahámico de Génesis 12, entonces es lógico que Israel no tenga futuro en la economía de Dios. Si Dios ha terminado con Israel, ¿por qué los demás no deberían hacerlo también? La verdad es que Dios no ha reemplazado a Israel para siempre con la Iglesia, y que tiene un gran plan futuro por delante para Israel; Sus promesas a Israel no se anulan, como se verá en estos pasajes del Nuevo Testamento.

ROMANOS 11
Este es un pasaje tremendamente informativo a la luz del tema. En el contexto de la epístola de Pablo a la Iglesia de los Gentiles en Roma, inserta lo que comúnmente se conoce como los capítulos entre paréntesis del 9 al 11 en su larga carta. Estos tres capítulos revelan el plan de Dios para Israel. Ellos deben leerse como un todo para capturar el impacto total, pero una vez dicho esto, he copiado algunas de las partes pertinentes para subrayar el punto: Dios tiene un futuro brillante para Israel.

Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso Dios desechó a su pueblo? ¡De ninguna manera! Porque también yo soy israelita, descendiente de Abrahán y de la tribu de Benjamín. Dios no desechó a su pueblo, al cual conoció desde un principio… Pregunto entonces: «¿Será que los de Israel tropezaron para caer?» ¡De ninguna manera! (Romanos 11:1-2, 11a)

En el gran plan de Dios, ha desviado temporalmente a su pueblo elegido. Lo hizo justo después de que rechazaran a su Mesías (cf. Mateo 27:51). Este pasaje deja en claro que ser desviado o haber tropezado gravemente debe distinguirse de haber sido rechazado o caído. Durante este período, Dios está “injertando” a los gentiles (cf. Ef. 2: 12-13). Note esa idea de nuestro pasaje:

Más bien, su transgresión redundó en la salvación de los no judíos, para que los israelitas se pongan celosos. Pues si su transgresión ha enriquecido al mundo, y su fracaso ha enriquecido a los no judíos, ¡mucho más será lo que logre su plena restauración! (11b-12)

Dios bendecirá enormemente a Israel en el futuro, cuando cumpla las promesas de su pacto. Pablo continúa en su razonamiento a los gentiles en Roma, llamando metafóricamente a los gentiles una rama de olivo silvestre injertada en el tronco.

Si la primera parte de la masa es santa, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Si algunas de las ramas fueron cortadas, y tú, que eras un olivo silvestre, fuiste injertado en su lugar y has venido a participar de la raíz y de la rica savia del olivo. (vrs. 16-17)

Esta es una gran imagen de palabras. Hablando más sobre los corazones endurecidos de Israel, un pueblo que previamente rechazó a Jesús, aún le queda mucha esperanza…

Y aun ellos pueden ser injertados, si no permanecen en su incredulidad, pues Dios es poderoso para volver a injertarlos. Porque si tú, que por naturaleza eras un olivo silvestre, contra la naturaleza fuiste cortado e injertado en el buen olivo, ¡con más razón éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo! (vrs. 23-24)

Parafraseando al Dr. Charles Ryrie, profesor principal en el Seminario Teológico de Dallas (un teólogo con una hermenéutica consistente), Israel se ha desviado mientras Dios se reúne en los gentiles. Sin embargo, al final de los tiempos, Dios volverá a encaminar a Israel, uniéndose al ahora mucho más grande tren celestial. Según el apóstol Pablo, durante este período de la historia bíblica, los corazones de Israel están, en su mayor parte, endurecidos:

Hermanos, no quiero que ignoren este misterio, para que no se vuelvan arrogantes. Parte de Israel se ha endurecido, y esto será así hasta que se haya incorporado la totalidad de los no judíos; y después de eso todo Israel será salvo. Como está escrito:

«El Libertador vendrá de Sión,

y apartará de Jacob la impiedad.

Y éste será mi pacto con ellos,

cuando yo quite sus pecados.»

Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de ustedes; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de sus antepasados. Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables. (vrs. 25-29)

Sí, actualmente Israel rechaza el Evangelio, pero por el bien de sus patriarcas Dios honrará a Israel en el futuro cuando ellos también vendrán a Cristo en masa. Dios está siempre atento a Sus promesas irrevocables; después de todo, Él es inmutable en su carácter.

En un momento futuro [Mateo 24:36] después de que Dios le devuelva a Israel su tierra, Él cambiará sus corazones hacia Jesús; Esto es evidente en el pasaje claro y poderoso de Ezequiel 36: 24-36:

Yo los recogeré de todas las naciones y países, y los traeré de vuelta a su tierra. Esparciré agua limpia sobre ustedes, y ustedes quedarán limpios de todas sus impurezas, pues los limpiaré de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo, y pondré en ustedes un espíritu nuevo; les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les daré un corazón sensible.

Partiendo de este pasaje, no debe haber ninguna duda: Dios no ha terminado con Israel. Antes de examinar el cumplimiento de estas promesas en el libro profético de Apocalipsis, es importante enfatizar que Romanos 7 y Ezequiel 36 descuentan aquí para siempre la Teología de Reemplazo. Es evidente aquí que Dios será fiel a su propio pacto unilateral de Génesis 12. Por lo tanto, es lógico pensar que su pacto bidireccional “si-entonces” de 12: 3 también permanece inmutable. Es decir: la promesa de bendecir o maldecir a quienes bendicen o maldicen a Israel permanece intacta hoy, lo que más que insinúa e informa, grita en voz alta, sobre lo que la política exterior hondureña debería ser con relación a Israel.

APOCALIPSIS 7
Este pasaje de la Escritura revela que habrá 144,000 evangelistas judíos que anunciarán la Segunda Venida del Mesías. ¡Qué gran cambio enorme ocurrirá en Israel entre ahora y entonces! En este momento, los corazones endurecidos descriptivos de Israel en Romanos 11 y Ezequiel 36 están obviamente ausentes:

Pude oír que el número de los que fueron sellados era de ciento cuarenta y cuatro mil, tomados de entre todas las tribus de los hijos de Israel… (Ap. 7:4)

Varios pasajes hablan del renacimiento de Israel y su herencia de Jerusalén en conjunción con la Segunda Venida del Mesías. Estos pasajes importantes incluyen Zacarías 12:10; Salmos 132: 13-14; 2 Crónicas 12: 13b; 33: 4 y 7b; 1 Crónicas 23:25; 1 Reyes 11: 36b y 2 Reyes 21: 7b. El significado simple de estos textos indica que Israel no solo volverá a heredar la tierra, sino que su corazón habrá cambiado y el Mesías venidero bendecirá a toda la tierra mientras Él reina en perfecta majestad desde Jerusalén como Rey de Reyes y Señor de Señores.

Una avalancha de personas depositará su fe en el Mesías durante estos últimos tiempos (cf. Mateo 24:14).

Después de esto vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero, y vestían ropas blancas; en sus manos llevaban ramas de palma. (v. 9)

La salvación es el tema principal debido a la efectividad de los 144,000 evangelistas judíos en todo el mundo:

y a grandes voces gritaban: «La salvación proviene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» Todos los ángeles estaban de pie, alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y delante del trono inclinaron el rostro y adoraron a Dios. Decían: «¡Amén! A nuestro Dios sean dadas la bendición y la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, y la honra, el poder y la fortaleza, por los siglos de los siglos. ¡Amén!» (vrs. 10-12)

¡Qué escena tan gloriosa! Lo que sigue es el Reino Milenario de la cultura judía de 1000 años, donde Jesús reinará sobre toda la tierra desde Jerusalén, ¡en donde en el Pacto Abrahámico se cumplirá literal y finalmente!

CONCLUSIÓN
Dado que Dios no ha terminado con Israel, y dado que Dios tiene un gran plan futuro para Israel, es lógico, basado en el temor saludable que todos deben poseer en relación con Génesis 12: 3, que todas las personas y todas las naciones deben estar seguras del lado de Israel ¡Amén!

*director de la Oficina de Comercio y Cooperación de Honduras en Jerusalem

Fuente: http://www.miguelmunoz.info/

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Opinión

Análisis: Mientras Israel lucha contra Irán, ¿dónde están los aliados terroristas de Teherán en su momento de necesidad?

Teherán desarrolló una red terrorista regional para aislarse de la guerra, pero ahora que está bajo ataque, Hezbollah y otros se sienten demasiado débiles o demasiado intimidados para unirse a la batalla.

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Foto: Una bandera iraní yace en el suelo a la entrada de la embajada iraní, que fue dañada por combatientes de la oposición en Damasco, Siria, el 8 de diciembre de 2024. (AP/Hussein Malla)

Por Nurit Yohanan

Cuando Israel anunció la Operación «León Ascendente» en la madrugada del viernes, marcó la primera vez en más de 50 años que el país declaraba la guerra contra un Estado soberano, en lugar de contra una organización terrorista que opera desde territorio extranjero, Cisjordania o Gaza. Un número considerable de estas organizaciones a las que Israel se ha enfrentado a lo largo de los años fueron y son apoyadas, financiadas o incluso controladas directamente por Irán, el país que ahora se encuentra en la mira de Israel.

Desde la Revolución iraní, el régimen de Teherán ha invertido importantes esfuerzos en difundir su ideología entre las poblaciones chiítas de Medio Oriente, a la vez que ha construido una red de organizaciones terroristas en toda la región, incluyendo grupos suníes.

La Fuerza Quds, una unidad especial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, se ha centrado en las últimas décadas en apoyar a estas organizaciones mediante ayuda financiera, el suministro de armas y municiones, e incluso entrenamiento, a veces realizado en territorio iraní.

Para Irán, la red terrorista era tanto una proyección de poder como un escudo: los grupos hostigaban continuamente a los dos mayores enemigos de la República Islámica, Estados Unidos e Israel, mientras que este se mantenía aislado de las represalias. Y la existencia de una liga de ejércitos de apoyo, listos para defenderse en caso de guerra, ayudó a disuadir cualquier idea occidental de invasión o cambio de régimen.

Después del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque devastador contra Israel, desencadenando la guerra en Gaza, la amplitud del arsenal iraní quedó en evidencia, con grupos respaldados por Teherán, desde el Líbano hasta Yemen, atacando a Israel en lo que el entonces ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, denominó una guerra de siete frentes.

Pero ahora que el poder de fuego de Israel se dirige contra el propio Irán, esos aliados desaparecen repentinamente. Algunos, como Hezbollah, se han visto gravemente debilitados por Israel debido a los intentos de respaldar a Hamás. Otros parecen haber sido convencidos por sus países anfitriones para mantenerse al margen de la lucha.

Irán se encuentra ahora en una posición sumamente inusual e incluso peligrosa, obligado a depender principalmente de su propio poder militar en territorio iraní. Hasta ahora, esto ha consistido principalmente en sucesivas rondas de misiles balísticos disparados por la fuerza aérea del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, que han causado gran destrucción, pero han hecho poco por debilitar la potencia de fuego de Israel.

Mientras tanto, Irán ha visto cómo su territorio se ha convertido en un campo de batalla al intentar hacer frente a los ataques israelíes desde Teherán hasta Tabriz, lo que representa una vulnerabilidad estratégica para un país que prefiere dejar que sus aliados hagan el trabajo sucio en territorio extranjero.

Hezbollah, en la cuerda floja

El apoyo de Irán a grupos terroristas en el extranjero se estima en miles de millones de dólares anuales provenientes de las arcas estatales. Esta ayuda ha continuado en los últimos años a pesar de la grave situación económica de Irán, que incluye una devaluación sostenida de la moneda y escasez de energía.

Una buena parte de ese dinero ha ido a parar al grupo terrorista libanés Hezbollah, el principal cliente de Irán.

Sin embargo, tras sufrir grandes pérdidas y una creciente oposición en el Líbano, ahora se encuentra gravemente debilitado y reacio a enfrentarse a Israel.

Hezbollah, fundado en 1983 con el respaldo de Irán, ha sido durante las últimas dos décadas la principal herramienta militar de Irán contra Israel, armado con misiles de largo alcance e incluso armas guiadas de precisión.

Sin embargo, desde que Israel comenzó a atacar dentro de Irán el viernes, lo único que ha lanzado Hezbollah han sido palabras. Esta moderación es aparentemente una consecuencia directa de su guerra con Israel, durante la cual el grupo lanzó ataques casi diarios contra Israel desde octubre de 2023 hasta que acordó un alto el fuego en noviembre de 2024.

En los últimos seis meses de la guerra, y en particular a partir de septiembre, el grupo sufrió importantes reveses militares. Casi todo su alto mando fue eliminado por Israel, incluyendo al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah.

Justo antes, los ataques israelíes con buscapersonas y walkie-talkies explosivos causaron daños físicos y psicológicos generalizados entre las fuerzas terrestres del grupo. Unas 4.000 personas resultaron heridas en la operación encubierta, según informes libaneses, la gran mayoría de ellas miembros de Hezbollah.

El otrora formidable arsenal de misiles del grupo parece haberse agotado o destruido en gran medida, y Siria ya no es una ruta conveniente para el contrabando.

En octubre de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel estimaron que Hezbollah conservaba menos del 30 por ciento de su potencia de fuego anterior a la guerra.

Incluso después de la firma del alto el fuego, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han continuado sus operaciones regularmente en el Líbano, atacando a operativos de Hezbollah, principalmente en el sur del país. Israel ha atacado edificios en el distrito de Dahiyeh, en Beirut, en dos ocasiones, donde se encuentran plantas de fabricación y almacenamiento de drones, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Como resultado, Hezbollah se encuentra significativamente debilitado y su capacidad para representar una amenaza para Israel es mucho menor. La organización también se enfrenta a una creciente presión política interna, mientras el país aún se recupera de los fuertes ataques israelíes dirigidos a poner fin a los ataques de Hezbollah.

En los últimos seis meses, dos de los tres principales puestos de liderazgo del Líbano han sido ocupados por figuras consideradas «anti-Hezbollah», entre ellas el primer ministro Nawaf Salam y el presidente Joseph Aoun. Ambos han declarado su intención de desarmar a Hezbollah y afirman que la decisión de ir a la guerra debe recaer en el Estado.

En un discurso reciente con motivo de los primeros 100 días de su gobierno, Salam señaló que el Ejército libanés había desmantelado más de 500 depósitos de armas en el sur del país. Si bien no especificó a quién pertenecían, se cree que eran de Hezbollah

El viernes, horas después del inicio de la operación israelí, Hezbollah emitió un extenso comunicado condenando enérgicamente los ataques israelíes contra Irán, afirmando que Israel “solo entiende el lenguaje de la muerte, el fuego y la destrucción”.

El comunicado no mencionó si respondería ni cuándo, pero un funcionario de Hezbollah declaró a Reuters ese mismo día que el grupo no tomaría represalias por los ataques en Irán.

Las milicias iraquíes ceden ante la presión

Desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, Irán ha reforzado las milicias proiraníes y chiítas en el país para profundizar su influencia. Estos grupos atacaron principalmente a Estados Unidos, pero también apuntaron sus armas contra Israel después del 7 de octubre.

La creciente presión interna y externa ha paralizado estas operaciones.

Desde 2014, las milicias en Irak han operado bajo una organización paraguas conocida como las Fuerzas de Movilización Popular, disparando misiles contra las tropas estadounidenses estacionadas en la región y combatiendo al grupo terrorista Estado Islámico cuando esta organización yihadista tomó el control de partes de Irak.

Sin embargo, desde el 7 de octubre, las milicias también han participado en la guerra regional en múltiples frentes contra Israel, aparentemente con el respaldo de Irán. A lo largo de 2023 y 2024, lanzaron drones hacia Israel, principalmente contra los Altos del Golán y, en una ocasión, contra Eilat, al tiempo que atacaban bases estadounidenses en Irak. En octubre de 2024, dos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel murieron en un ataque con drones lanzado por milicias proiraníes en el norte de los Altos del Golán.

Sin embargo, incluso antes del segundo alto el fuego entre Israel y Hamás en diciembre de 2024, las milicias proiraníes de Irak acordaron detener los ataques contra Estados Unidos e Israel.

Fuente: Times of Israel

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Israel-Irán: Democracia bajo fuego, dictadura al desnudo

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Por Ariel B. Goldgewicht

¿Qué sucede cuando una democracia liberal enfrenta a una dictadura fundamentalista?

No estamos ante una guerra convencional, sino ante un choque de civilizaciones: entre quienes santifican la vida y quienes anhelan la muerte. La guerra entre Israel y el régimen iraní ‘ denominada ´León Ascendente´, no empezó esta semana, pero ahora ha alcanzado un nivel nuevo, un punto de no retorno.

Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán ha declarado abiertamente su hostilidad hacia Israel. Durante décadas, ha dirigido esta guerra por medio de terceros (Proxy) el eje chiita: Hezbollah en Líbano, Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen, milicias en Siria e Irak, entre otros. Irán ha sido el gran arquitecto del terrorismo moderno en el Medio Oriente, financiado con las inconmensurables riquezas de su petróleo. Su régimen de dictadura absoluta, liderado por los ayatolás, ha sido cómplice de atentados desde Buenos Aires hasta Beirut, dejando una estela de sangre y caos.

Hoy, sin embargo, algo ha cambiado. Por primera vez en la historia, Israel ha atacado directamente a Teherán. ¿Por qué ahora?

La respuesta está en una conjunción de factores. La caída de Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, el debilitamiento de Hezbollah en el norte, la caída del régimen de Assad en Siria, el retroceso de los hutíes en Yemen: todos son frentes que el régimen iraní consideraba parte de su estrategia regional de expansión y dominación. Y todos han sido golpeados con fuerza por Israel en los últimos meses.

A esto se suma la presión internacional, el estancamiento ruso en Ucrania —que limita el apoyo logístico de Moscú a Teherán—, y el regreso de una política exterior estadounidense menos indulgente con Irán. La reciente advertencia del Presidente Trump, que impuso un plazo de 60 días para frenar el programa nuclear iraní, coincidió con el momento en que Israel decidió actuar: al día 61, los ataques comenzaron.

Israel no está reaccionando por impulsos ni venganza. Está respondiendo a una amenaza existencial. Porque si el 7 de octubre vimos de lo que es capaz un grupo terrorista armado con cohetes y fusiles, imaginemos lo que podría ocurrir si Irán —un régimen que ejecuta homosexuales, encarcela mujeres por no cubrirse la cabeza, y asesina opositores sin juicio— accediera a armas nucleares. Esa es la línea roja.

En estas horas, Israel vive bajo amenaza constante. El espacio aéreo cerrado, el sistema educativo paralizado, cientos de miles de ciudadanos atrapados fuera del país o confinados en refugios. El Domo de Hierro protege, pero no es infalible. Con un 95% de efectividad, basta una pequeña brecha para que un misil balístico impacte y cause destrucción. Ya lo hemos visto: muertos, heridos y un país en vilo. Pero, imagínese ¿y si esos misiles llevarán cabezas nucleares?

A pesar de todo, Israel no responde con barbarie. Tiene superioridad militar absoluta sobre los cielos de Irán, pero no ataca civiles. Ataca centrifugadoras nucleares, bases militares, centros de comando. Mientras el régimen iraní lanza misiles sobre poblaciones israelíes, Israel busca evitar víctimas inocentes. Porque los ciudadanos iraníes no son enemigos: son rehenes de una teocracia que lleva décadas reprimiéndolos. En esta guerra buscamos aniquilar el proyecto nuclear, pero los ciudadanos civiles inocentes de irán tiene otras esperanzas de este conflicto. Ellos esperan libertad.

En Irán, hoy se cuentan chistes oscuros: “Nadie sabe dónde está el ayatolá!!, excepto Israel”. Y no es sólo humor negro: es símbolo de un régimen que tiembla. La resistencia israelí no busca cambiar el régimen, ni interferir en la autodeterminación de los pueblos. Su único objetivo es impedir que un régimen fundamentalista con aspiraciones mesiánicas tenga capacidad nuclear.

Durante más de dos décadas, Irán ha invertido en cuatro pilares esenciales:

1. Desarrollo nuclear

2. Expansión militar y terrorista del eje chiita

3. Represión social interna —especialmente contra mujeres—

4. Hostilidad contra Israel

Muy poco en salud pública, ni educación, ni infraestructura. Un Estado que produce petróleo como si fuera agua, pero cuyas ciudades sufren apagones diarios, escasez de agua potable y servicios básicos. Toda su riqueza, volcada a la represión y la destrucción con el objetivo principal de consolidar su poder a la fuerza.

Lo que vemos hoy es el colapso de esa estrategia. Un castillo de naipes que se derrumba desde dentro. Como el viejo proverbio del efecto mariposa, la ola de terror del 7 de octubre encendió una cadena de reacciones que ha llevado a la desestabilización de todos los brazos armados de Irán en la región. Aún falta mucho para el final, y el sufrimiento no ha terminado, pero cuando caiga el telón, el mundo podría ser un lugar más seguro. Especialmente para los pueblos que hoy viven oprimidos por dictaduras fundamentalistas.

En pleno siglo XXI, no hay lugar para los extremismos. La historia ha demostrado —y está claro— que cuando las democracias se unen, pueden frenar incluso a las peores amenazas. Que no haya que esperar otro 7 de octubre para despertar. El momento de elegir entre luz y oscuridad, entre libertad y opresión, es ahora.

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