Cinco palestinos murieron este miércoles como consecuencia de los ataques lanzados por la Fuerza Aérea de Israel (FAI) a la Franja de Gaza, y 40 misiles Qassam cayeron al oeste del desierto del Neguev, en nuevos golpes de violencia que debilitan el proceso de paz abierto para Medio Oriente.
El ataque se intensificó tras las declaraciones del ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, quien llamó a acrecentar la ofensiva militar como respuesta a los misiles palestinos.
Según Hamas, organización que controla la Franja de Gaza, los cohetes israelíes destruyeron un automóvil, mataron a sus dos ocupantes y dejaron al menos tres heridos. Las Fuerzas de Defensas de Israel (FDI) confirmaron el ataque y dijeron que el vehículo transportaba armas.
Temprano en la mañana, otros tres civiles palestinos, un adolescente, su padre y su tío, fueron muertos por la FAI, también en Gaza.
Por su parte, Jaled Mishal, el líder de las milicias de Hamas, aseguró en una conferencia de prensa que los ataques de hoy en Gaza "no bajan el precio" pedido para la liberación del soldado israelí Guilad Sahilt (secuestrado en junio de 2006), que es el de la recuperación de los prisioneros en cárceles israelíes.
Si el "enemigo piensa que por sus ataques hará que renunciemos a nuestra exigencia, está errado", afirmó Mishal en referencia a la escalada israelí sobre Gaza en los últimos días.
La FAI informó que redujo el número de civiles asesinados en ataques aéreos de un 50 por ciento en 2002 y 2003 a un 2 o 3 por ciento en 2007.
Mientras tanto, militantes palestinos lanzaron al menos 40 misiles Qassam desde Gaza a Israel, causando daños y algunos heridos. La Jihad islámica se atribuyó los ataques luego de que el ejército israelí matara a su líder.
Salid Abeide Abú al-Kassam, murió este miércoles en un tiroteo con soldados israelíes que intentaron detenerlo en su casa de Cisjordania.
Voceros del Ejército de Israel aseguraron a la prensa local que Al-Kassam buscó resistirse y que los militares lo abatieron. Además, poco más de una veintena de militantes de la organización fueron apresados en diferentes operativos realizados en la región.
El jefe de la Jihad Islámica tenía 40 años y vivía en la localidad de Kabatya, en el norte de Cisjordania, la zona que domina el partido Al Fatal, encabezado por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
La jornada del martes también resultó en extremo violenta luego de que al menos 19 palestinos, en su mayoría militantes de la organización islámica Hamas, fueron muertos por el ejército israelí.
A su vez, un francotirador disparó desde Gaza hacia Israel y mató a Carlos Andrés Mosquera Chávez, un voluntario ecuatoriano que trabajaba en el kibbutz Ein Shalosha.
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