El Ministro del Máximo Tribunal Eugenio Zaffaroni afirmó ayer que”finalmente, los censurados, los que no comen, los perseguidos y los desposeídos serán quienes le ahorren a la Tierra el eliminarnos”, en la inauguración de un ciclo cultural dedicado a difundir la producción de destacados compositores alemanes, austríacos y checoslovacos cuya trayectoria fue interrumpida por el nazismo.
En la mesa redonda realizada en la Biblioteca Nacional, denominada “Prohibiciones ordinarias y prohibiciones extraordinarias”, Zaffaroni participó como invitado especial y compartió un trabajo de su autoría con Noé Jitrik (coordinador del debate), Ricardo Forster (integrante del Espacio Carta Abierta), José Milmaniene (médico psiquiatra) y Horacio González (Director de la Biblioteca Nacional).
El jurista señaló que la sociedad moderna dejó de lado las costumbres sencillas de nuestros abuelos que sabían “en base a su conciencia moral” las cosas que debían hacer o dejar de hacer.
“Utilizaban como guía de prohibiciones los 30 o 40 delitos tipificados en el Código Penal y una libretita para pagar sus deudas y nunca necesitaron de una prohibición para no emborracharse y manejar un auto o para no fumar en lugares cerrados perjudicando a quienes no fuman”, enfatizó.
En este sentido, sostuvo que “los empresarios morales instalaron un sistema de técnicas omisivas de prohibir, al describir lo que se debe hacer y convertir a los ciudadanos en garantes de los bienes comunes sociales, contra los irrespetuosos, irresponsables, asesinos y enfermos que son peligrosos para la sociedad y que igualmente transgreden las normas”.
También dijo que a medida que las prohibiciones avanzan, la sociedad cae en una sobreabundancia de normas y de prohibiciones omisivas que no sirven para lograr un mundo más solidario, “donde la mitad de la población no come”.
Por último, vaticinó un futuro hipotético donde “la aplicación de la nanotecnología o de la genética transforme a los humanos en autómatas, hormigas o integrantes de un panal de abejas, bajo un principio de igualación biológica”.
Por su parte, el filósofo Ricardo Forster, expresó, en base a las palabras de Zaffaroni, que la Argentina es un país “anómalo”, donde hay una relación directa entre prohibición y hambre y las garantías de los derechos son para unos pocos, “provocando que los que no están incluidos entre esos pocos, se transformen en pobrecitos”.
Al respecto, recordó un texto de Primo Levi, sobre un niño de tres años llamado Urbinek que era fruto del campo de concentración, “símbolo del despojo y la miseria humana, que nos mira en silencio y nos atraviesa a todos”.
El intelectual también comparó a los campos nazis como los lugares donde se expropiaba “hasta de la propia muerte” a los judíos y advirtió que en la Europa actual, se están viviendo tiempos de horror, fascismo y nazismo, y están activándose “máquinas ideológicas peligrosas”.
Auspiciado por la Secretaría de Cultura, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Amijai y otras empresas e instituciones, el ciclo durará hasta mediados de julio y constará de conciertos de Cámara y emisión de películas, con creaciones musicales y cinematográficas censuradas y condenadas por el régimen nazi que hoy se transformaron en clásicos de la cultura judía y mundial.
La iniciativa es una idea de Bárbara Civita y Haydée Seibert, bajo la coordinación de Diana Margulis de Gutman.
PDR-ND