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Historias

Día Internacional de la Mujer. Golda Meir, la primera mujer en llegar al poder en Israel

Agencia AJN.- Golda Meir, líder sionista laborista, diplomática y gran dirigente político. Fue la primera mujer en asumir el cargo de Primer Ministro de Israel y segunda en el mundo en asumir tan alto cargo. Para ella el reconocimiento y homenaje en el Día Internacional de la Mujer que se conmemora este domingo.

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Agencia AJN.- Golda Meir, líder sionista laborista, diplomática y cuarto primer ministro de Israel, nació como Golda Mabovitch en Kiev (Ucrania) en 1898. Cuando tenía 8 años, su familia emigró a los Estados Unidos. Creció en Milwaukee, Wisconsin, se unió a un movimiento juvenil sionista, se casó con Morris Myerson y, en 1921, ambos emigraron a la Tierra de Israel, ingresando como miembros al kibutz Merjaviá.

En 1924, los Myerson se trasladaron a Jerusalem y Golda comenzó a desempeñar una serie de cargos como funcionaria de la Histadrut (Confederación General de Trabajadores), pasando a ser miembro de su “círculo interno”. Fue nombrada jefa de la Sección Política, destinada a emplear el creciente poder de la Histadrut para promover objetivos sionistas tales como la inmigración judía irrestricta.

Cuando, en 1946, la mayor parte de los altos líderes de la comunidad judía fueron detenidos por las autoridades británicas, Golda Meir reemplazó a Moshé Sharett como titular interina del Departamento Político de la Agencia Judía hasta el establecimiento del Estado de Israel, en 1948. De ahí en adelante se desempeñó tanto en la política sionista laborista interna como en los esfuerzos diplomáticos, incluyendo su infructuoso encuentro secreto con el rey Abdula de Jordania en vísperas del ataque árabe al Estado judío en 1948, en un intento por lograr un acuerdo y evitar la guerra.

En junio, Golda Meir fue nombrada primera embajadora de Israel en la Unión Soviética, cargo que cumplió durante menos de un año. Fue electa miembro de la Knéset en las elecciones de 1949 y sirvió como ministra del Trabajo y Seguro Nacional hasta 1956, en años de intranquilidad social y una alta tasa de desempleo, causados por la inmigración masiva. Implementó políticas de bienestar social, proporcionó vivienda subsidiada a los inmigrantes y orquestó su integración en la fuerza laboral del país.

Durante la siguiente década (hasta 1966), Golda Meir ejerció como ministra de Relaciones Exteriores. Inició la política israelí de cooperación con las recién independizadas naciones africanas, introduciendo un programa basado en la experiencia del desarrollo de Israel que continúa hasta el día de hoy. Al mismo tiempo, se esforzó por cimentar las relaciones con los Estados Unidos y estableció relaciones bilaterales con países de América Latina.

Entre 1966 y 1968 fue secretaria general de MAPAI, luego del recién creado “Alineamiento” (formado por tres facciones laboristas).

Después del fallecimiento del primer ministro Leví Eshkol en 1969, Golda Meir fue electa “candidata de consenso” para sucederlo, y en las elecciones de octubre condujo a su partido a la victoria.

Como primera ministra, Golda Meir concentró gran parte de sus energías en el frente diplomático, mezclando diestramente el involucramiento personal con el hábil manejo de los medios de comunicación. Dotada de una voluntad de acero, una cálida personalidad, una imagen de abuela, una retórica simple, pero muy efectiva, y una “lista de compras”, Golda Meir solicitó con éxito ayuda financiera y militar en cantidades sin precedentes.

Golda Meir demostró un fuerte liderazgo durante el sorpresivo ataque de la guerra de Iom Kipur, asegurándose un envío aéreo de armas estadounidenses y manteniéndose firme en los términos de las negociaciones de separación de fuerzas y la rápida devolución de prisioneros de guerra.

A pesar de que la Comisión Agranat la exoneró de responsabilidad directa por la falta de preparación de Israel para la guerra y de haber llevado a su partido al triunfo en las elecciones de diciembre de 1973, Golda Meir respondió a lo que consideró que era “el deseo del pueblo” y renunció a su cargo a mediados de 1974.

Se retiró de la vida pública y comenzó a escribir sus memorias, pero estuvo presente en la Knéset para saludar al presidente egipcio Anwar Sadat en su histórica visita a Jerusalem, en noviembre de 1977.

Golda Meir falleció en diciembre de 1978, a los 80 años.

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Kristallnacht. Para el sobreviviente Pedro Schmoller, «lo acontecido debe quedar grabado en la memoria de la humanidad»

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Agencia AJN/Itongadol.- Se cumple hoy un nuevo aniversario de la «Noche de los Cristales Rotos» y recordamos el diálogo mantenido en 2013 con Pedro Schmoller, sobreviviente del pogrom denominado «Kristallnacht», quien aseguró: «Agradezco su interés y su espacio. Con mis 93 años encima, es bueno saber que mis recuerdos no desaparecerán cuando no esté más presente en este mundo, y solo así, a través de la memoria mantendrán su vida por algún tiempo más».

La Kristallnacht dio inicio al Holocausto, diez meses antes de la Segunda Guerra Mundial. Schmoller contó en 2013 que él y su familia lograron salvarse de aquella trágica noche gracias a la secretaria de su padre que les ofreció refugio en su casa. «Nos escondimos en el pequeño departamento de la secretaria de mi padre, que era de fe protestante. Ella arriesgó su vida al darnos albergue ya que convivir con judíos era castigado con la pena de muerte», contó.

«Nos quedamos allí unos días hasta que volvió una relativa calma», relató y agregó: «Permanecimos encerrados en un ambiente muy chico, y en constante tensión. Llegué a fumar hasta 60 cigarrillos por día. Desde ese entonces no probé cigarrillo», añadió a modo de quiebre con su pasado oscuro. «Solo un mes y medio después pudimos escapar con destino Argentina», agregó.

El sobreviviente recordó que en su infancia vivió en «Berlín en un barrio de clase media alta y que actualmente sigue existiendo, Charlottenburg». «Recuerdo que en la planta baja de la casa de departamentos donde vivíamos había una librería que pertenecía a una familia judía, la misma fue totalmente destruida por una horda organizada. En la Kristallnacht, solo en Berlín, fueron incendiados una veintena de templos, y seguramente una centena en todo el país, junto con unos centenares de rollos de la Torá. En el caso de nuestro templo, el Friedenstempel, había más de 10 rollos, cada una con sus hermosos adornos artesanales», recordó.

Siempre en diálogo con la Agencia AJN, Schmoller expresó su deseo de contar una historia gratificante ante tanto horror, «se trata del arribo al templo NCI Emanu El de un rollo de la Torá, el mismo fue reconstruido y salvado en algún lugar de Europa». «Resulta que en uno de mis viajes a Londres, por casualidad me enteré de que existía un Comité de Reconstrucción de Torot (plural de Torá), donde escribas profesionales se dedicaban a reescribir las partes dañadas, para que puedan ser nuevamente usadas y enviados a países del tercer mundo a nuevos templos que carecían de rollos, o donde había pocos». Schmoller contó que «para solventar los gastos del Comité, buscaron donantes por sumas-no tan pequeñas- que tenían el privilegio de elegir el lugar, donde las Torot podían ser nuevamente usadas». Fue así que «juntando los ahorros de mi padre, mi hermano y los míos, pudimos donar la suma necesaria, y así llegó, por vía diplomática, una Torá a la Embajada de Israel en Argentina, y de allí partió al templo de Emanu El». «En un solemne servicio religioso, llevado por mi padre, y franqueado por mi hermano y por mí, la Torá fue introducida a su nuevo destino y hoy sigue estando en el templo de la calle Arcos, en la Ciudad de Buenos Aires».

En su relato, Schmoller no quiso dejar de mencionar a su padre quien, como muchos otros judíos alemanes, combatió durante la Primera Guerra Mundial en el ejército alemán y pese a haber sido condecorado con la Cruz de Hierro, años más tarde sería considerado un enemigo por el mismo país que le había reconocido su valor en el combate.

Respecto al negacionismo del Holocausto, Schmoller opinó: «Sólo un malvado, lleno de odio y resentimiento puede ignorar o negar lo ocurrido. Existen un sinfín de pruebas, fotos, películas y testimonios de sobrevivientes que no dejan duda alguna». Tras contar que en una visita a Berlín pudo ubicar la tumba de su bisabuelo en un cementerio, Schmoller expresó: «Los que niegan a la Shoá (Holocausto) son unos necios mentirosos. Es gente llena de un odio enfermizo». «Lo acontecido debe quedar grabado en la memoria de la humanidad, para que nunca vuelva a acontecer», dijo con un fuerte acento alemán.

Consultado sobre el genocida fallecido, Erich Priebke, el sobreviviente opinó que «debe dejarse de hablar de él». «Que no quede recuerdo alguno de sus hazañas criminales. Que quede totalmente olvidado. Que haya un total silencio. Como si nunca hubiera existido», puntualizó.

En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, hordas nazis llevaron a cabo, con la anuencia de las autoridades alemanas y austríacas y ante la total inacción policial, el pogrom denominado “Kristallnacht”. Sobre esos días, Schmoller reflexionó: «Cada año hay menos gente que lo haya vivenciado en forma consciente».

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Por Mario Sinay. El Tranvía del Gueto de Varsovia fue completamente restaurado para convertirse en un objeto central del nuevo Museo

Montados con una estrella de David sobre la cabina del conductor en lugar de la línea de la ruta, la vista de estos vagones rodando por las calles llenas de gente se convirtió en uno de los recuerdos perdurables del Gueto.

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Agencia AJN.- “Trato de imaginar a las personas por las que este tranvía habría pasado alguna vez en el gueto y simplemente no puedo. Todos los días, este tranvía fue testigo de un enorme sufrimiento y una inmensa tragedia”.

Reconocido como el único de su tipo en el mundo, el tranvía de antes de la guerra que alguna vez recorrió el Gueto de Varsovia ha sido completamente restaurado y actuará como uno de los elementos centrales del futuro Museo del Gueto de Varsovia.

Se cree que el tranvía, data de 1907, construido en Alemania, se construyó originalmente en un momento en que Varsovia dependía de los tranvías tirados por caballos.

La introducción de este tranvía en la ciudad se produciría después de que Varsovia electrificara su transporte público.

Sin embargo, fue el tiempo de guerra lo que finalmente elevaría la importancia de este modelo de tranvía Tipo A.

Aunque la población judía de Varsovia se encontró encerrada en el Gueto en noviembre de 1940, la inmensidad del área exigía que fuera atendida por sus propias líneas de tranvía.

Montados con una estrella de David sobre la cabina del conductor en lugar de la línea de la ruta, la vista de estos vagones rodando por las calles llenas de gente se convirtió en uno de los recuerdos perdurables del Gueto.

Partiendo desde la plaza Muranowska, sus paradas programadas cubrían Muranowska, Dzika, Dzielna, Karmelicka, Leszno, Żelazna y Chłodna.

Sin embargo, la brutalidad de la represión del Levantamiento del Ghetto, junto con su posterior destrucción metódica, significó que pocos de estos vehículos sobrevivieran; de hecho, solo se sabe que uno ha sobrevivido hasta el día de hoy.

Indiscutible en su valor histórico, los historiadores creen que la última vez que este tranvía habría funcionado habría sido en julio de 1942; lo más probable, habría sido utilizado para transportar judíos a la Umschlagplatz mientras esperaban la deportación a las cámaras de gas de Treblinka.

Después de la guerra, los historiadores han teorizado que se utilizó para almacenar materiales necesarios para la reparación de tranvías. En años posteriores, quedó simplemente abandonado en medio de una maleza enmarañada.

Ahora que recibe una segunda vida, el trabajo de restauración se llevó a cabo por primera vez el año pasado. El proyecto, que involucró a 100 personas y costó 250.000 Zlotys, se llevó a cabo siguiendo una documentación de diseño que data de más de un siglo.

Además, los ingenieros que trabajaron en el chasis utilizaron las mismas técnicas que habrían estado disponibles para los trabajadores en ese período.

Llevado a cabo en la planta de reparación T3 de Varsovia, el óxido se eliminó minuciosamente mientras que los elementos faltantes se reemplazaron utilizando exactamente el mismo tipo de materiales que se habrían utilizado anteriormente.

Además, el tranvía se pintó de rojo y se adornó con una bocina de Varsovia en su exterior.

Financiado por el Ayuntamiento de Varsovia y la autoridad local de tranvías, el tranvía se colocará frente al Museo del Gueto de Varsovia una vez que se inaugure.

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