Agencia AJN.- Se ha presentado una queja ante la Oficina de Derechos Humanos del Departamento de Educación de Estados Unidos contra la Facultad de Derecho de la Universidad de Berkeley, California, por la decisión de agosto de 2022 de al menos nueve grupos de estudiantes de adoptar un estatuto que excluye a los oradores sionistas.

Gabriel Groisman, ex alcalde de Bal Harbour y abogado, y Arsen Ostrovsky, abogado en Israel y director ejecutivo del Foro Legal Internacional presentaron la denuncia conjunta.

La denuncia alega que el estatuto representa una “discriminación antisemita profundamente arraigada” contra los estudiantes, profesores y personal judíos de la Facultad de Derecho de Berkeley. Se presentó de conformidad con el Título VI de la Ley de Derechos Civiles (1964), que prohíbe que los beneficiarios de fondos federales discriminen por motivos de “raza, color y origen nacional” y solicita a la Oficina de Derechos Civiles que abra una investigación contra la facultad, deje sin efecto el estatuto y adopte remedios adicionales.

En octubre, varios grupos de estudiantes de Derecho de la Facultad de Derecho modificaron sus estatutos, prometiendo nunca invitar a un orador que apoye al sionismo o Israel, al comienzo del año académico, según un informe de The Jewish Journal.

La Asociación de Estudiantes Judíos de Derecho de Berkeley escribió en respuesta: “Los estudiantes no deben verse obligados a elegir entre identificarse como ‘pro palestinos’ y, por lo tanto, ‘anti-Israel’ o ‘pro Israel’ y, por lo tanto, ‘antipalestinos’. Los estudiantes pueden defender a los palestinos y criticar las políticas israelíes sin negar a Israel el derecho a existir ni atacar la identidad de otros estudiantes”.

“No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras los estudiantes judíos son discriminados en la Facultad de Derecho de Berkeley”, dijeron Groisman y Ostrovsky.

Agregaron que “el Título VI de la Ley de Derechos Civiles está destinado a proteger a los estudiantes del tipo exacto de acciones discriminatorias que se han implementado en Berkeley. Es por ello que presentamos la presente denuncia. Los grupos que han implementado esta política discriminatoria intentan ocultar su discriminación contra la comunidad judía excluyendo a los ‘sionistas’. Este velo delgado es completamente transparente ya que el sionismo es un elemento integral, indispensable y central de la identidad judía. No puede haber equívocos: el antisionismo es antisemitismo”.

Los dos explicaron que “al decir efectivamente ‘los sionistas no son bienvenidos’, estos grupos de estudiantes, y por extensión la Facultad de Derecho de Berkeley, están excluyendo, marginando y silenciando a los judíos y solo exacerbando lo que ya es un ambiente profundamente hostil para los estudiantes, profesores y personal judíos.»

La denuncia especifica que “el reclamo en cuestión se refiere al antisemitismo profundamente arraigado y la discriminación racial, étnica y religiosa dirigida contra estudiantes, profesores y personal judíos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Berkeley, California, por la exclusión forzada y prohibición de su participación en actividades del campus por parte de al menos nueve organizaciones estudiantiles reconocidas, sobre la base de su identidad étnica, religiosa, racial y/o nacional judía”.

Groisman y Ostrovsky afirman que rechazar a los que se identifican como sionistas, “que son una gran y abrumadora mayoría de los judíos”, no es diferente a “excluir a cualquier otra persona en función de su fe, ascendencia compartida u origen nacional”.

“La denuncia reconoce que el decano de la Facultad de Derecho de Berkeley, Prof. Erwin Chemerinsky, ha condenado el estatuto adoptado, señalando que, según su marco, a él también se le prohibiría hablar porque apoya la existencia del Estado de Israel, sin embargo, se alega que no ha tomado ninguna medida significativa en respuesta a este atroz acto de discriminación, como lo exige el Título VI de la Ley de Derechos Civiles”, dijeron.