Familiares de los dos soldados secuestrados en julio de 2006, Eldad Regev y Ehud Goldwaser, informaron a la prensa que el gobierno de Ehud Olmert envió una petición a las Fuerzas de la Defensa de Israel para "retrasar" la decisión acerca de declarar a los prisioneros como “Muertos en Acción” (KIA, según su sigla en inglés), pero el jefe de Estado Mayor, Tte. Gral. Gabi Ashkenazi, dijo que la solicitud fue rechazada y que el proceso continúa.
 La decisión del Ejército de clasificar a los soldados como KIA generó una dura respuesta por parte de sus familiares y amigos, que no han obtenido ningún tipo de señales de vida desde los secuestros, ocurridos hace ya dos años.
Benny Regev, el hermano de Eldad, calificó la medida de "humillante" mientras que Karnit Goldwasser, esposa de Ehud, dijo: "el lunes fue un día terrible para mí y una vergüenza para el Estado de Israel", en alusión a cuando se dieron a conocer las intenciones de las Fuerzas de Defensa de pedirle al rabino en jefe del ejército que sea él quien, luego de revisar los informes de inteligencia existentes "decrete" el status de KIA para ambos soldados.
Karnit, quien el martes se reunió con Olmert en un intento por evitar el cambio de status de su marido, advirtió, a través de sus abogados, que de no suspenderse la medida, apelaría a los "recursos legales".
Las especulaciones que giran en torno a esta decisión suponen que la declaración de los dos hombres como "muertos" permitiría a Israel reducir  el "precio" que debe pagar a Hezbolláh en las negociaciones de intercambio de prisioneros.
Sin embargo, el jefe del grupo terrorista, el jeque Hassan Nasrallah, declaró que "Hezbolláh no permitirá ningún chantaje por parte de Israel y no le hará ningún descuento en el trato", aún si  los soldados fuesen declarados KIA.
Según informa el diario israelí Haaretz, cuando Nasrallah se enteró de que Israel pondría en marcha el proceso para declarar los soldados KIA, declaró: "Si él (Olmert) declara que los soldados están muertos, entonces sabrá que mis exigencias son las mismas exigencias que presento hoy".
Por otra parte, el hecho de que no se les permita a los familiares ser, ellos mismos, quienes analicen los informes de inteligencia es otro de los aspectos que el Gobierno, el Ejército y las familias de los cautivos discuten por estos días.
Los abogados de ambas familias informaron, en declaraciones reproducidas por Haaretz, que "Nuestros clientes insisten en su derecho de ver los diversos documentos que se presentarán a los expertos para su examinación, o por lo menos, a que puedan establecer un grupo independiente que revise dichas pruebas", explicaron los letrados.
Por su parte, el ministro de Defensa, Ehud Barak, insistió en que "Israel tiene la responsabilidad de llevar a casa a los soldados secuestrados, aunque estén muertos" y aseguró que el eventual cambio de status "no debería tener ninguna incidencia" en los acuerdos con Hezbolláh.
Ayer por la noche familiares y amigos de los soldados secuestrados Goldwasser, Regev y Shalit reclamaron, frente a la residencia de Olmert, en Jerusalém, la pronta liberación de los prisioneros y el fin de las controversias en torno a sus destinos.
 
SJS-MP