Agencia AJN.- Estas segundas elecciones del año en Israel parecían las más calmas y casi que aburridas de su historia. El verano, con buena parte de la gente fuera del país u ocupada en otras cosas, presagiaba una campaña electoral signada por la apatía y el hartazgo.

Sin embargo, nada parece más lejos de la realidad hoy, a menos de 40 días de los comicios y con las alianzas selladas y las campañas electorales en marcha.

“Binyamin Netanyahu: El único candidato que hay y habrá”

En las últimas horas los políticos del Likud se vieron envueltos en una situación que generó tantos comentarios como críticas y burlas. Los 39 candidatos que integran la lista electoral del partido a partir del segundo puesto debieron firmar un “compromiso de lealtad a Binyamin Netanyahu”.

Fue el parlamentario David Bitán quien envió a los miembros del Likud una declaración –a través de WhatsApp y que todos ellos confirmaron – en la que se comprometen a no destituir a Binyamin Netanyahu como jefe del partido después de las elecciones, independientemente de su resultado y a no ceder a la presión de otros partidos para ello ni permitir ningún dictamen externo.

«Independientemente del resultado de las elecciones, el primer ministro y líder del Likud, Binyamin Netanyahu, es el único candidato del Likud para primer ministro y no habrá ningún otro», reza el texto.

Los analistas políticos en Israel coinciden en que este movimiento realizado ayer en el Likud es una reacción a recientes declaraciones del líder de Israel Beitenu, Avigdor Liberman, quien en varias ocasiones se refirió a la posibilidad de formar “un gobierno de unidad nacional, pero sin Netanyahu”.

Y no sólo Liberman, sino también de algunos líderes de Azul y Blanco y del partido de Ehud Barak, insisten en que Netanyahu debería evitar un nuevo fracaso en el intento de volver a formar gobierno y dedicarse a demostrar su inocencia en las causas en las que se lo investigó por sospechas de delitos de corrupción.

Pero además, muchos de ellos señalan que dentro del partido Likud hay críticas hacia Netanyahu, y Liberman llegó a mencionar al actual presidente del Parlamento, Yuli Edelstein, como candidato a sucederlo.

“El motivo por el cual Netanyahu necesitaba esta declaración de compromiso es porque en el Likud hay gran cantidad de quejas en el sentido de que Netanyahu se ha convertido en una carga para el partido”, declaró esta mañana el número dos de Azul y Blanco, Yair Lapid. “Yo lo digo en los medios, ellos sólo lo dicen en reuniones cerradas y conversaciones telefónicas”, agregó.

Una declaración “estilo Corea del Norte”, signo de “debilidad”

En las últimas horas, y en declaraciones a todos los medios, los rivales de Netanyahu coincidieron en interpretar esta declaración de lealtad que sus compañeros de partido debieron firmar como un signo de debilidad.

El propio Liberman declaró que «los delirios y acusaciones de Netanyahu reflejan por sobre todo su falta de resistencia a las presiones y pérdida de autocontrol».

«La vergonzosa firma de la declaración al estilo de Corea del Norte da cuenta de la desconfianza total de Netanyahu en sus compañeros de partido», sentenció.

Por su parte, Yair Lapid también calificó la medida de “signo de tremenda debilidad de Netanyahu. Sólo una persona presa del pánico hace firmar a todos una declaración de cuán maravilloso y grande es y cuánto todos creen en él”.

El parlamentario Eli Avidar, también de Israel Beitenu, señaló también, como un factor relacionado con la firma del compromiso de lealtad y la situación en el Likud, lo que calificó de «culto a la personalidad» y señaló que “se trata de un fenómeno peligroso”.

Netanyahu, por su parte, agradeció ayer a quienes firmaron la declaración de lealtad por la «muestra de unidad en el partido». Sin embargo, fuentes del Likud indicaron que ya se escuchan críticas internas, en el sentido de que la firma de esta declaración muestra que las teorías conspirativas rigen hoy en día el partido, que denotan inseguridad y desconfianza y que, a largo plazo, es una medida que lejos de ayudar a Netanyahu lo perjudicará. «Caímos en la trampa y la manipulación de Liberman», dicen algunos.

Sin embargo, el ministro Yariv Levin negó rotundamente que esto sea cierto y acusó a los rivales políticos de presentar la situación de una manera falsa y tendenciosa.

“Comprendo el deseo de burlarse y ridiculizar y cuánto les molesta ver que el Likud está unido y respalda en forma unánime a Binyamin Netanyahu, a pesar de todos los intentos por lograr lo contrario”, aseguró Levin.

Asimismo, Levin acusó a Liberman, Lapid y Benny Gantz, de armar “una especie de campaña orquestada y bien coordinada cuyo objetivo es generar una sensación de que no es grave y está bien no votar por el Likud, porque de todos modos después el partido reemplazará a Netanyahu y entonces Liberman podrá generar la creación de una especie de gobierno de unidad y todo tipo de cosas de las que habla y que no tienen nada que ver con la realidad”.

Mientras tanto, el pulso de la realidad política lo marcan las encuestas, que indican que ninguno de los dos bloques – ni la derecha ni la izquierda – logran sumar suficientes escaños como para formar gobierno sin hacer alianzas con al menos un partido de oposición.

Por el momento, los sondeos de intención de voto muestran que la carrera electoral israelí se encuentra nuevamente en un callejón sin salida.