Más de 6.000 personas pertenecientes a la comunidad judía argentina pasaron en los últimos cinco años por un programa de empleo subsidiado, y al menos 1.400 consiguieron un trabajo fijo.
Se trata del Programa de Empleo Subsidiado (PES) que brinda el Servicio de Empleo de la AMIA junto a American Jewish Joint Distribution Committee, la Fundación Tzedaka y Jabad Lubavitch de Argentina.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), Verónica Albajari, a cargo del área de Orientación Laboral y Capacitación, comentó que el programa "nació a partir de la crisis de 2001 para atender la situación de vulnerabilidad de la población judía".
Albajari comentó que la Red Solidaria Judía de la República Argentina detectó, al momento de ponerse en marcha el plan, entre 25.000 y 30.000 miembros de la comunidad en "riesgo social".
Frente a esta crisis, se lanzó la propuesta de "convocar a empresas que tengan interés en incorporar personal", y a cambio se les otorgaba "un 30 por ciento de reintegro del sueldo del empleado durante el primer año".
Además, se le bonificaba el costo que demanda la búsqueda y la selección del personal.
"Cuando el programa empezó, en 2003, había más de 6.000 beneficiarios y hoy siguen, con empleos o subempleos, otros 1.500", precisó Albajari.
La directiva indicó que la idea del programa es captar "empresas con una gran responsabilidad y que tengan ganas de hacer una acción social".
"No son necesariamente compañías de origen judío, pero la gran mayoría tiene un dueño o un empleado que está vinculado a la comunidad", señaló Albajari en diálogo con esta agencia.
Los datos del PES confirman la reactivación de la economía argentina y del mercado laboral.
"La situación mejoró en los últimos años y entre 25 y 27 personas que están en el programa consiguen un empleo por mes. Además, se estima que 1.400 personas consiguieron un trabajo fijo en el transcurso del programa desde 2003", indicó Albajari.
No obstante, la responsable de Orientación Laboral y Capacitación aclaró que hay "casos de personas que reciben un subsidio pese a que tienen un trabajo fijo".
"Hace cinco años que venimos trabajando, si bien disminuyó la cantidad de personas en situación de riesgo, tenemos un gran trabajo", afirmó.
Desde el sector también se trabaja "en forma preventiva", porque "cuando una persona ingresa al servicio de empleo de la AMIA se  le ofrece sumarse al programa".
En cuanto al perfil de los postulantes, Albajari comentó que la mayoría de los candidatos al PES "tiene el secundario completo", aunque también "hay universitarios y estudiantes terciarios que buscan su primera experiencia laboral".
"Hay muchas mujeres que integran el programa, la mayoría viene de experiencias erráticas, ya que tiene una mayor inestabilidad laboral", resaltó.
El programa también prevé cursos de capacitación para determinados puestos.
Albajari comentó que el plan también está orientado al autoempleo y hay "un número importante" de personas a las que "se le facilita los medios" para su propia pyme.
GB-MP