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El uso de fuerza del presidente sirio, Bashar al-Assad, contra su propio pueblo está precipitando su caída, dijo el ministro de defensa israelí, Ehud Barak, ayer, y agregó que Israel no debería temer los cambios en Damasco.

“Creo que Assad se está acercando al momento en el que perderá su autoridad. La creciente brutalidad lo está acorralando, mientras más gente es asesinada, menos oportunidades tiene Assad de escapar”, dijo Barak en una entrevista televisiva en Canal 10.

“No creo que Israel deba alarmarse por la posibilidad de que Assad sea reemplazado. El proceso que se está llevando a cabo en Medio Oriente mantiene una gran promesa e inspiración a largo término para nuestros hijos y nietos”, dijo.

Los funcionarios israelíes se habían mantenido callados previamente sobre los levantamientos en Siria y los medios locales habían informado que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, les había dicho a los ministros que no discutieran el tema en público para evitar acusaciones de interferencia.

Los grupos de derechos humanos dicen que al menos 560 civiles han sido asesinados por las fuerzas de seguridad de Assad desde que comenzó un levantamiento en la ciudad sudeste de Deraa el 18 de marzo.

El gobierno sirio, condenado por Occidente por su represión, ha culpado a “grupos terroristas armados” por la violencia. El país de 20 millones de personas ha estado bajo el Partido Baath autoritario desde 1963.

Barak dijo que los cambios en todo Medio Oriente estaban terminando con los regímenes autocráticos pero que llevaría tiempo producir democracias estables. “En el corto plazo uno espera que las democracias occidentales emerjan aquí”, dijo.

También agregó que si Assad les ordenara a las tropas que dejen de usar la fuerza para reprimir las demonstraciones probablemente sería muy tarde para que se agarre al poder por un período extenso. “Si deja de asesinar gente no puedo ver un destino que se renueve para él. No sé si terminará con su rol en un mes o dos, podría recuperarse, pero no creo que sea lo mismo y me parece que su destino está yendo en el mismo sentido que los otros líderes árabes”, dijo Barak.

A diferencia de Egipto, Siria nunca ha hecho la paz con Israel luego de la guerra de 1973, pero se ha apegado rigurosamente a sus compromisos de separación, estableciendo un statu quo de seguridad que ha beneficiado a ambos lados por años. Siria también apoya a dos de los enemigos más activos de Israel, Hezbollah en el Líbano y Hamas en la Franja de Gaza.

 

JC