Agencia AJN.- En las últimas semanas los ojos del mundo apuntaron al Instituto de Investigaciones «Migal», un pequeño laboratorio en Tel Jai, en Galilea, que desde hace años concentra sus esfuerzos en enfermedades respiratorios en gallos. Recientemente anunciaron que cuentan con cuatro años de trabajos en una vacuna para otro tipo de corona, más precisamente, la aviar, la cual no es transmitida a los seres humanos.

«Entendimos rápidamente que teníamos que hacer la adaptación. Enseguida nos pusimos a trabajar, armamos una lista y chequeamos que teníamos que hacer para poder cumplir con esto. A partir de ahí, todo se desencadenó muy rápido», contó Itamar Iedid, doctor en Bioquímica, que se desempeña en Migal, informó el canal 12 de Israel.

Otra destacada figura del centro de investigación es la doctora Nadia Grozdev, quien es la representante de Migal en el mundo. La científica explicó cómo trabaja en el laboratorio para encontrar la vacuna tan deseada por todos. «Actualmente estoy cultivando las bacterías que nos van a producir la proteína que se utilizará en la vacuna», indicó, aclarando que se trata de una importante cantidad de proteínas.

Laboratorio en el norte de Israel en donde trabajan a contrarreloj para una vacuna contra el coronavirus. Foto Noticiero canal 12 de Israel.

El corona es una «familia criminal» grande y amplia, que cuenta con parientes similares en mayor y menor medida. Desafortunadamente, el corona aviar no es de la misma subfamilia del virus que estalló en China. El doctor Ehud Shahar, quien se desempeña como director del Departamento de Inmunología de Migal, explicó cómo trabaja la vacuna en los pollos.

«En principio, el sistema inmunitario nuestro y el de la aves de corral, y por supuesto el de otros mamíferos, e incluso los peces, están compuestos por los mismos elementos básicos, los cuales son muy similares. El concepto de vacunación es muy parecido. Tomás e introducís una sustancia extraña que imita al causante de la enfermedad», explicó para luego añadir que el resultado es que el sistema inmunológico es estimulado a formar anticuerpos.

No obstante, no todos los científicos están trabajando en una vacuna, también los hay quienes buscan un remedio. Tal es el caso de Shai Arkin, profesor de Bioquímica Estructural en la Universidad Hebrea de Jerusalem. En su laboratorio hay un robot que alimenta cultivos de bacterías en proteínas del virus corona y si de todas maneras comienzan a crecer, es probable que la proteína del corona se retrase, estemos frente al inicio de un remedio.

Mientras tanto, en Japón, la farmacéutica Takeda está trabajando en otra solución, que no es exactamente una vacuna, ni tampoco un remedio precisamente, sino que se trata de una inmunización pasiva.

Foto: Reuters.

Es decir, no una vacuna que le enseñe al cuerpo a producir sus propias defensas, sino que directamente inyecte los anticuerpos en el organismo. La doctora israelí, Moran Barak, expresó a N12 que la firma japonesa cuenta con una vasta experiencia en productos de plasma y ésto acortará el proceso a un tiempo que oscilará entre los nueve meses y un año y medio.

Finalmente llegará lo que todos estamos esperando, capacidades hay, pero tomará un tiempo. No hay aquí una vacuna como en la gripe, de la que conocemos todo el proceso, y solo debemos cambiar una cepa. Aquí es necesario un proceso de desarrollo completo.

Ahora, ante la pregunta sobre qué llegará primero: una vacuna, una cura o simplemente la desaparición del virus, tal como sucedió con su igual de repugnante hermano SARS, nadie puede decirlo. Solo esperamos que lo que sea, llegue rápido.