Esta semana se cumplirán 19 años de que aquella fuerte bomba que destruyó el edificio de siete pisos, ubicado en el centro de Buenos Aires. En medio de los escombros de la Asociación de Ayuda Mutual Israelita Argentina (AMIA) – la principal organización judía argentina – fueron encontrados 85 muertos, Judios y no Judios, de edades de entre 18 a 73 años. En tanto, otras 300 personas resultaron heridas.

Los principales líderes políticos del país definieron la explosión como un ataque perpetrado en territorio argentino. Asimismo, se comprometieron a detener y llevar ante la justicia a los responsables del atentado. Para los Judios de todo el mundo, este mortífero ataque terrorista contra un objetivo judío fuera de Israel desde la Segunda Guerra Mundial, fue un presagio del terrorismo que estaba por venir, muchos de ellos procedentes de un Irán decidido a extender el alcance global de su ideología islamista extrema.

La Justicia ha sido negada desde aquel 18 de julio de 1994. La investigación del atentado contra la AMIA tuvo problemas desde el principio, y ni los autores locales, ni los intelectuales en el extranjero han sido capturados al día de hoy. A pesar de las promesas de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, y su antecesor y esposo, el presidente Néstor Kirchner, se identificaron unos pocos sospechosos, pero no hubo ningún detenido.

El único avance concreto lo ha conseguido fiscal de la Causa AMIA, Alberto Nisman. Nombrado por el gobierno en 2005, Nisman mostró coraje, tenacidad y casi sin ayuda de nadie trató de exponer la verdad sobre el atentado a la AMIA.

A pesar de muchos obstáculos, entre ellos algunos colocados por el gobierno argentino, el fiscal concluyó de manera inequívoca que los funcionarios iraníes eran culpables. En 2008, la Interpol, sobre la base de las conclusiones de Nisman, emitió las famosas "alertas rojas" contra cinco funcionarios iraníes, uno de los cuales es el actual ministro de Defensa. La sexta "notificación roja" le corresponde a un operativo de Hezbollah en el Líbano.

Durante años, Cristina y Néstor Kirchner se presentaron ante la Asamblea General de la ONU instando a Irán a confiar en la imparcialidad de la justicia argentina y a extraditar a los cinco funcionarios para ser interrogados. Irán, que proclama su inocencia, ignoró estas peticiones. A nivel internacional, sólo el gobierno de los EE.UU. apoyó verbalmente la búsqueda de Argentina por la justicia.

Luego, a principios de 2013, Argentina socavó su propia determinación proclamada de buscar la justicia. La presidenta Cristina Kirchner firmó un memorando de entendimiento con Irán para establecer una "comisión de la verdad", la cual en conjunto se diponía a investigar el atentado a la AMIA. Mientras que la legislatura de Argentina aprobó rápidamente el acuerdo, el parlamento de Irán aún no se ha pronunciado. Si se implementa la "comisión de la verdad" de acuerdo a esta, cualquier interrogatorio de los acusados iraníes se llevará a cabo en Teherán, acabando con cualquier posibilidad de resolución del caso AMIA.

Inexplicablemente, Argentina también ha impedido recientemente a Nisman viajar a Washington para comparecer ante el Congreso de EE.UU., donde iba exponer sobre su reciente informe sobre la red terrorista de Irán en el hemisferio occidental. "El atentado a la AMIA no constituyó un hecho aislado", escribió Nisman en el informe de 500 páginas. "Tiene que ser investigado y comprendido como parte de un esfuerzo mayor por parte de Irán para infiltrarse en América Latina", agregó.

Nisman detalló cómo Teherán ha colocado metódicamente agentes terroristas en varios países, en embajadas de Irán, mezquitas locales y empresas de fachada vinculadas a la Guardia Revolucionaria iraní para formar "estructuras de inteligencia" que pueden atacar cuando sea necesario.

Sin embargo, determinados esfuerzos de Irán por extender su alcance en América Latina podría estar frenándose. Un informe del Departamento de Estado de EE.UU. entregado al Congreso el mes pasado llegó a la conclusión de que la influencia iraní en América Latina y el Caribe está disminuyendo debido a la eficaz diplomacia de EE.UU., la creciente fuerza de los aliados de Estados Unidos, los esfuerzos internacionales de no proliferación, una política de sanciones fuertes y el mal manejo iraní de sus relaciones exteriores.

Al mismo tiempo, el informe del Departamento de Estado señala que el penetración de Irán en América Latina sigue siendo una preocupación constante. Además señala que Irán ha "fallado en cumplir con sus obligaciones internacionales y es un estado patrocinador del terrorismo."

Casi 20 años después de que Irán y sus aliados terroristas salieran con la masacre en Buenos Aires, la resolución del caso AMIA sigue siendo una tarea urgente.

Dina Siegel Vann es director del Instituto del Comité Judío Americano de Asuntos Latinos y latinas.