El  18 de julio de 1994, terroristas llevaron a cabo en este lugar algo oscuro y terrible que no debió ver jamás la luz del día. Un atentado que nos hace pensar que sobre la Tierra sólo prima la caprichosa demencia de la muerte absurda.

Desde ese día, hace hoy 19 años, el tiempo empezó a transcurrir de forma cíclica y así comenzó algo que parece no tener fin: exigencia de Justicia-impunidad, Memoria-impunidad, dolor-impunidad.

La impunidad no decayó en ningún momento en todos estos años, mantuvo su reinado alimentada por los culpables, los cómplices y los encubridores.

Es difícil entender qué significa estar atrapado en esta situación, ser etiquetado y juzgado bajo el peso de algo que uno nunca eligió.

19 años que nos valemos de la Memoria como una forma de Justicia. Pero la Memoria es como el vidrio. Los muertos siguen siendo visibles, cercanos, pero ya no hay posibilidad de contacto.

“INJUSTICIA” es una falta de acción y es una palabra. 85 muertos están más allá del poder de las palabras. La injusticia nos cachetea directamente a los vivos.

Hoy vuelven a aparecer en nuestra memoria los sueños de Paola, de ser abogada y de tener dos hijos a los que ya les había dado nombre. Los de Yanina, de ser mejor abogada que su papá, los de Andrea, de educar a sus alumnos en los valores éticos y humanos que transmiten los maestros, los de Naum, de ser cada día mejor padre y esposo y todos los demás sueños que no pudieron concretarse.

Cuando miramos hacia atrás y repasamos las cosas que pasaron en estos 19 años, los argentinos de bien tenemos la sensación de que la bomba no sólo destruyó vidas y bienes, sino que también destruyó dos derechos básicos que debe tener el ser humano: el derecho a la Verdad y el derecho a la Justicia.

Sabemos claramente que todos los que tienen algo que ver con las investigaciones estarán atentos para saber qué opinamos los familiares de las cosas que se hicieron bien este último año, las que se hicieron mal y las que se debieron haber hecho y no se hicieron.

Es  bueno recordar lo sucedido el 25 de septiembre de 2007 en la Asamblea General de las Naciones  Unidas, cuando el presidente Néstor Kirchner denunció a la  República Islámica de Irán por no respetar la decisión de la Justicia Argentina, ni su jurisdicción, ni sus reclamos.

Hoy recordamos que uno de los principales sostenedores de esa postura del Gobierno Nacional, a la que calificó como valerosa e INCLAUDICABLE, repito INCLAUDICABLE, y que surgía de principios básicos que correspondían a un país atacado por el terrorismo internacional, era el hoy canciller Héctor Timerman.

También recordamos que muchos familiares que en ese momento sostenían que con los asesinos no se negocia y hasta pedían que Argentina rompiera relaciones diplomáticas y comerciales con Irán, porque “LA SANGRE DE NUESTROS MUERTOS NO SE VENDE”, hoy aplauden el “Memorándum  firmado entre los dos países.

Señor Canciller, Señores Familiares:

¿Qué cambió desde el 2007 hasta ahora?

Existe una sola respuesta: la dirección del viento.

Muchas veces denunciamos que no entendíamos el comportamiento de muchos países cuando se les pedía colaborar con las investigaciones que se hacían en nuestro país, en el marco de los atentados que sufrimos los argentinos.

Decíamos que todos los países que firmaron tratados para combatir el azote del terrorismo internacional, estaban obligados jurídica y éticamente a compartir información y datos y luchar juntos contra ese flagelo, y eso le cabe también a nuestro país por haber sido firmante de esos tratados.

Dra. Gils Carbó: usted no tuvo en cuenta esas obligaciones que tiene el  Estado argentino del cual usted forma parte, cuando prohibió que el fiscal de la Causa AMIA cumpla con esos tratados y el intercambio de información. Es un hecho preocupante.

¿Cómo nos sentiríamos los argentinos si esa misma investigación se hubiese dado en otro país, si se hubiese detectado que en Argentina se producían situaciones como las que menciona el fiscal Alberto Nisman y que ese país negara la comparencia del Investigador ante un requerimiento de nuestro Parlamento? Obviamente no nos hubiese gustado.

Para enfrentar al terrorismo asesino, los países democráticos deben luchar mancomunadamente y no aislarse.

¿Qué hizo Irán? Rechazó el Dictamen del fiscal y lo acusa de tener un historial de carácter sionista y dice que factores extranjeros y sionistas fueron los verdaderos causantes del atentado a la AMIA.

No les preocupa todo lo que se les imputa ni tratan de presentar pruebas para demostrar su inocencia. Para ellos la judeofobia es la mejor defensa.

No nos agacharemos ante Irán ni permitiremos que siga escupiendo sobre la memoria de nuestros muertos.

Los poderes públicos de nuestro país deben recordar  las palabras pronunciadas en el año 2005 por el rey de España cuando, en el marco de una reunión sobre terrorismo internacional, les dijo a los países democráticos que “las sociedades libres no pueden claudicar ni ceder ante la violencia terrorista, sino luchar unidas contra esa violencia y contra quienes la cubren o apoyan”.

Cuando nos enteramos que Argentina firmó un mal llamado Memorándum de entendimiento con la República Islámica de Irán, nos dimos cuenta que el título es incorrecto. Esto no es un Memorándum sino un pacto entre un país agredido y un país agresor.

La primera explicación del canciller Timerman fue que el Memorándum era el único camino para destrabar la Causa Amia. Fenomenal falacia.

Todos sabemos que en el caso de violación de los derechos humanos durante el Proceso, la justicia argentina pudo avanzar y dictar sentencias en muchos casos, pero en otros no pudo avanzar y mandar a juicio a los responsables.

Bajo la misma lógica que la explicación que el Sr. Canciller dió para justificar la firma del Memorándum, el único camino en los casos de esos juicios que no avanzaron sería acordar con los represores del proceso para destrabar en lo que no se pudo avanzar.

¿Usted aceptaría acordar con los genocidas del proceso, Sr. Ministro?

El Memorándum es pobre, tiene inconsistencias, omisiones, inexactitudes y violaciones a la Ley argentina, y el Sr. Canciller, ante esas críticas contestó que era todo lo que se pudo conseguir.

Si en un acuerdo una de las partes dice que es poco lo que consigue, está diciendo que la otra consiguió mucho. Eso lo dijo Ud. Sr. Canciller.

Cuando el Sr. Timerman manifestó en el edificio de la AMIA en forma contundente que las declaraciones de los Iraníes van a tener el carácter de Indagatoria y serán bajo jurisdicción Argentina, la primer pregunta que haría cualquier persona sería: Si esto es así ¿Por qué no se puso en el memorándum en forma clara y concreta?

¿Porque debe ser una interpretación del Sr. Canciller si era tan fácil escribirlo y no se hizo?

¿I si irán interpreta lo contrario?

Otra pregunta que surge es si Irán tiene la obligación de aceptar algo que el memorándum no dice porque un Ministro Argentino lo dice: Obviamente NO

El hecho de que eso no consta en el memorándum tiene una respuesta simple y contundente.

No se puso claramente porque Irán no puede firmar ningún acuerdo, memorándum o como se llame que viole su propia Ley.

Para Irán, como para cualquier país, en todo hecho que se produzca en su territorio se aplica la Ley Iraní e intervienen jueces iraníes.

Por lo cual, Sr. Canciller cuando usted dijo que se va a aplicar la Ley y la jurisdicción Argentina fue una generosa expresión de deseos pero no la realidad.

Por otro lado, el pacto argentino-iraní crea una pseudo comisión llamada “Comisión de la Verdad”, Muy creativo ese nombre que presupone que lo que hay no es verdad.

Esta comisión tendrá como función analizar lo actuado por la Justicia argentina  y emitir un informe que no es vinculante pero que deberá ser tenido en cuenta por las partes para acciones futuras. Hermosa contradicción.

Si lo que diga no es vinculante ¿Para qué se la nombra? Si puede interrogar a los acusados y al juez Canicoba Corral, éste será el primer juez en el Mundo que interrogará y será interrogado al mismo tiempo.

Se dijo que el Memorándum es una salida política a un problema judicial. Ninguna acción, ya sea política o judicial se debe hacer sin respetar la Ley y la Constitución Nacional.

Es una utopía pensar que Irán entregará a sus hombres o a admitir su responsabilidad en el atentado a la AMIA. Todo está hecho para garantizar la impunidad de los criminales.

Estamos en un torbellino que nos lanza hacia adelante y hacia atrás contra paredes opuestas, sentimos rabia y desilusión por el hecho de que los culpables sigan siendo hombres libres, que viven tranquilamente sus vidas.

Varias veces Irán  intentó torcer las decisiones de la justicia argentina, violando la Ley y el juez Canicoba Corral lo impidió.

Rechazó las pretensiones iraníes por no ajustarse a nuestra legislación, con argumentos claros y precisos. Las decisiones del juez dejaron siempre en claro que los procedimientos judiciales deben resolverse aplicando nuestra Ley y nuestra Constitución.

Ante la responsabilidad de declarar constitucional o no al Memorándum, le pedimos que recuerde que nada se puede hacer por fuera de la Constitución.

El fundamentalismo iraní es terrorista. Con ese país acordamos.

Como último queremos recordar con que país negociamos y que hizo y dijo Irán cuando el Dr. Kirchner dio su discurso en la Asamblea General De las Naciones Unidas en el año 2007.

Irán acusó al Presidente Kirchner de decir lo que dijo influenciado por la situación en nuestro país y bajo presiones de grupos sionistas.

También propuso formar un comité judicial y legal en conjunto con la Argentina, lo que fue rechazado en los hechos por nuestro gobierno.

Seis años después lo logró.

Otra cosa que hizo Irán meses después de ese discurso y como provocación a nuestro país, fue emitir una estampilla homenajeando al terrorista Libanés Imad Moughnieh.

Todos sabemos quién era ese siniestro personaje, es el mismo que está acusado por la Justicia Argentina de ser uno de los ejecutores de los Atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA.

El homenaje a ese Asesino dejó en claro cuál es el lugar que ocupa Irán frente al terrorismo.

Con ese país acordamos, así nos va a ir.

Fue una pena que no hayamos podido recordar, cuando se firmó el pacto, que la otra parte es la misma que en el año 2007 insultó a la Argentina a través de la figura de nuestro presidente, que lo único que hizo fue reclamar lo que corresponde.

Muchas cosas mas se pueden decir sobre el memorándum y sus funestas implicancias, ya que esa firma impacta no solo sobre la causa judicial sino también sobre la credibilidad Internacional de nuestro país en el concierto de las naciones.

¿Qué pasa con el juicio por encubrimiento? No es un juicio para extranjeros, es para argentinos que taparon, encubrieron y ocultaron la verdad. Ser encubridores es ser cómplices y la complicidad se nutre de impunidad y de conductas sucias.

Tan grave como aislarse y equivocarse en la lucha contra el terrorismo, es notar que hay gobernantes que se dicen amigos de la Argentina y que con sus dichos justifican la violencia con un desdén cínico e indiferente. Hablamos de las hirientes palabras vertidas por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuando visitó nuestro país.

Sr. Correa, ¿usted hubiese dicho lo que dijo si los atentados se hubiesen producido en Ecuador?

Es una pena que usted no esté preparado para entender y razonar qué es el terrorismo asesino. Los familiares de los muertos en AMIA, la Embajada de Israel, Atocha, las Torres Gemelas, Bali, el subte de Londres y muchos más se lo podemos enseñar.

A Ud. le queremos repetir lo que dijo la Iglesia Católica Española a través de su Conferencia Episcopal en noviembre de 2002, cuando dijo que “El terrorismo es una realidad perversa en sí misma y que no admite justificación alguna apelando a otros males, reales o supuestos”

El pasado y el presente se entrechocan. Visiones que aparecen y desaparecen. El sonido de las ambulancias nunca se apagaron del todo, siguen ululando a través de las generaciones.

Fuimos golpeados y cargamos con una enorme mochila de dolor.

Los familiares de la Víctimas del Atentado a la AMIA debemos entender que esto no nos convierte en personas con derechos ilimitados y que  debemos ser respetuosos con los demás, estén o nó de acuerdo con nosotros.

Las ideas y las convicciones deben aplicarse con ética y coherencia. No se puede luchar por Justicia y por Memoria y al mismo tiempo compartir actos con Luis D Elía.

Somos familiares de las víctimas y somos independientes. Cada uno lucha desde su dolor, sin representantes, dirigentes, voceros ni terceros a los que tengamos que rendirles cuenta. En  nuestra lucha somos apolíticos, no nos manifestamos ni a favor ni en contra de ningún partido político.  El 18 de julio de 1994 nos afiliamos a un partido en el cual no hubiésemos querido militar, pero lo hicimos porque también somos víctimas de la bomba terrorista.

Trabajamos en el PARTIDO DE JUSTICIA PARA 85 VÍCTIMAS INOCENTES. A este partido se adhieren todas las personas solidarias, amantes de la Paz, defensores de la Vida y  de la Justicia y que rechazan la violencia y el terrorismo. Eso sí, tenemos una cláusula inviolable: “LOS MUERTOS NO SE NEGOCIAN”

19 años sin justicia. Los años se van inflando peligrosamente ¡vaya a saber hasta cuándo!

-¿Por qué? ¿por qué nos mataron? Los oímos todo el tiempo hacer la pregunta. Los oímos a veces entre los vivos, silenciosos, pero con una fuerza atormentadora. Los oímos susurrando desde las grises lápidas de sus tumbas. Y sabemos que, a menos que sepamos toda la verdad, ellos nunca sabrán la respuesta.

Nada estará definitivamente perdido mientras tengamos la ilusión de luchar por un país mejor que conserve la memoria de las desgracias que nos pasaron para que no nos vuelvan a pasar.

Debemos luchar para que el terrorismo, la impunidad y la falta de Justicia no nos ganen más.

Para que no volvamos a sentir que cada día que pasa es un día de dolor y que no seamos millones, víctimas de unos pocos violentos.

Debemos luchar por  Memoria y por Justicia,  para que de una vez por todas tengamos el país que los argentinos nos merecemos, sin distinción de razas, credos o condición social.

Sólo así, podremos decirle al terror, a la impunidad y a la falta de Justicia, algo que todos los argentinos guardamos de nuestro pasado reciente: ¡NUNCA  MÁS!