P: ¿Qué balance puede hacer de las Macabeadas en Pinamar?
JS: Las Macabeadas, como siempre, fueron una gran fiesta judía de participación y hermandad.
P: Las Macabeadas son también un espacio de reunión comunitaria y de trabajo de la dirigencia, especialmente de las instituciones sociodeportivas. Sobre este aspecto, ¿cuál es su opinión?
JS: En lo referente a la tarea comunitaria, fueron muy enriquecedoras las reuniones programadas. Asistí al Encuentro Nacional de Askanut, que nos coloca cara a cara con las realidades de las comunidades que están más allá de la General Paz. Varias de ellas presentaron experiencias institucionales exitosas, que fueron ampliamente expuestas y debatidas, con el fin de convertirlas en un aporte a imitar por otras. También fueron importantes las reuniones que trataron temas de Hasbará y otras que se centraron en la discusión sobre la inclusión/exclusión y el análisis de qué factores condicionan la participación de la gente en las instituciones. Además, hubo muchas reuniones informales sobre diversos temas que nos preocupan, facilitados por el clima cordial que se vive en las Macabeadas.
P: Seguramente se habrá hablado de la situación política comunitaria y de las próximas elecciones de la AMIA.
JS: En este sentido hemos trabajado muy intensamente. Es conocida la decisión de la mayoría de la dirigencia de las sociodeportivas de involucrarse activamente en la política comunitaria. Ésta es una posición consensuada desde 2003 y que fue tomando cuerpo con el tiempo. AMIA es de Todos es una consecuencia directa de este proceso. Creemos que desde nuestras instituciones, en las cuales vive su vida judía buena parte de la comunidad, tenemos algo que ofrecer, sobre todo experiencia, capacidad de gestión y un profundo compromiso con el judaísmo y su continuidad. Es por eso que insistimos con que el próximo presidente de la Kehilá debiera ser un dirigente que provenga de las sociodeportivas.
P: Algunas agrupaciones están trabajando por un frente laico o uno no ortodoxo. ¿Adhieren a estas propuestas?
JS: Estamos trabajando desde hace varios meses en la conformación de un frente de unidad comunitaria. Quiero remarcar que estamos hablando de todas las corrientes de pensamiento que forman el mosaico de la comunidad judía, sin exclusiones. No hay otro camino. Separados sólo se logra conducciones débiles y poco representativas, y hoy el papel de la Kehilá es clave para el futuro comunitario. Estamos en una lucha muy dura contra la asimilación y la pérdida de los valores judaicos. Solamente todos unidos vamos a poder ganar la batalla. Hemos logrado principios de acuerdos sustanciales con varias agrupaciones y creo que vamos a llegar a un buen destino. Con todos los que hablamos hay consenso en la necesidad de unirnos y acerca de los temas básicos en los cuales se deberá enfocar la próxima conducción. Este frente se debe ir construyendo paso a paso, sin urgencias. La cuestión no es sumar partes, sino la coincidencia en las ideas fundamentales y la coherencia, el respeto y el compromiso con ellas.
P: ¿La dirigencia comunitaria está dispuesta a apoyar a un frente, dejando de lado proyectos sectoriales o personales?
JS: Es indispensable que la dirigencia encuentre el camino que hoy parece imposible porque si no lo encuentra, no sólo está firmando el certificado de defunción de su propia representatividad, sino que está hundiendo a la comunidad en el pasado. Hasta hoy hemos tenido liderazgos marcadamente personalistas y necesitamos que sean las plataformas de los partidos y un proyecto común los que se encuentren representados por los líderes y no individuos que monopolicen en sus figuras la totalidad de las propuestas y la calidad del pensamiento partidario.
P: Una reflexión final.
JS: No busquemos motivos o causas ajenas a nuestras responsabilidades. Levantemos la mochila que nos toca sobre nuestras espaldas y asumamos nuestro compromiso por una comunidad unida.