Agencia AJN.- A las 21.05 de la noche de hoy, cuando Tel Aviv apenas comenzaba su actividad nocturna y la gente ya comienza a vivir el fin de semana, se escucharon las alarmas. Durante los primeros instantes se vivieron momentos de incertidumbre y miedo, pero los pobladores rápidamente comprendieron que había que entrar a los refugios y así lo hicieron.

No hubo heridos, aunque sí cientos de personas debieron ser atendidas por ataques de pánico.

Resulta especialmente llamativa la diferencia entre esta escalada y todas las anteriores en las que, los disparos comienzan por las ciudades y poblaciones israelíes aledañas a la Franja de Gaza, Sderot, Ashkelon, Ashdod e incluso Beer Sheva. Sólo cuando la escalada se convierte en guerra, Tel Aviv y el centro del país entran en escena y las agrupaciones terroristas de la Franja saben que la respuesta israelí es diferente, de mayor contundencia. En esta ocasión, los responsables del lanzamiento de los misiles cambiaron las reglas del juego.

Este grave incidente se produce en momentos en que una delegación de funcionarios egipcios se encontraba en la Franja de Gaza negociando con Hamás la renovación del cese de fuego con Israel. En esta misma semana, Hamás había suspendido la actividad de sus unidades de hostigamiento nocturno y redujo el lanzamiento de globos incendiarios y explosivos, para dar una chance a estas negociaciones.

Al mismo tiempo, esta tarde se registró en la Franja  una manifestación multitudinaria de pobladores  que salieron a protestar contra Hamás por la situación económica y la carestía de vida y fueron violentamente reprimidos por las fuerzas de seguridad de la organización. La agrupación, mientras tanto, busca recuperar el subsidio de Qatar y conseguir nuevas fuentes de financiación, por lo cual la estimación en Israel era que en Hamás no estaban interesados en una confrontación armada, al menos no a corto plazo.

Lo sucedido también coincide con un creciente conflicto que se vive en la Franja de Gaza entre Hamás y la organización Jihad Islámica. En las últimas horas, la Unidad de Contención de Hamás arrestó a activistas de la Jihad Islámica y del grupo pro-chiita y pro-iraní denominado A-Sabrin, «por lanzar globos explosivos contra Israel sin permiso ni coordinación con Hamás». Esto significa que la Jihad estaba intentado boicotear los esfuerzos por lograr una tregua con Israel, debido a que no está de acuerdo con sus condiciones y términos.

Fuentes palestinas indican que los disparos constituyen un mensaje enviado por Irán a través de la Jihad Islámica – agrupación a la que apoya y sostiene económicamente – en contra de los intentos por lograr la mencionada tregua. Hamás, por su parte, ya ha comenzado a desocupar sus puestos militares y comandancias, a la espera de la reacción militar israelí.

Mientras tanto, del lado israelí, el primer ministro y ministro de Defensa Binyamin Netanyahu se encuentra en este momento reunido con los más altos mandos de seguridad y defensa del país, para decidir cuáles serán los pasos a seguir. En un momento más que delicado y extremadamente sensible – a menos de un mes de las elecciones – cualquier decisión que tome Netanyahu puede ser crítica, no sólo para el país y para el conflicto, sino también para su propio destino político y personal. Por primera vez, Netanyahu se enfrenta a rivales políticos poco comunes: tres ex comandantes en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, que combatieron en la Franja de Gaza y otros lugares, frente a los cuales no podrá decir que él es «el único» que puede resolver la situación y hacer que Israel recupere su poder de disuasión.

A ello se suma la presión desde la derecha, más a la derecha del Likud, sobre Netanyahu, para que reaccione contra Gaza con toda la potencia militar de Israel y no opte por «contener» la situación, para evitar una guerra. Sin embargo, una guerra puede dejarlo en peor situación ante la opinión pública y hacer que pierda votos de cara a las elecciones, especialmente si hay víctimas, tanto soldados como civiles.

No cabe duda que tendrá en cuenta todas estas consideraciones a la hora de tomar una decisión.