Tras la controversia generada por las polémicas declaraciones del ministro de Economía, Amado Boudou, en las que banalizó el alcance del Holocausto, los principales líderes de la comunidad judía argentina se encontrarán esta noche con la presidenta Cristina Kirchner y parte de su gabinete en la 3ª Cena Anual que organiza la AMIA para fortalecer su reputado Servicio de Empleo.
Ciertamente han de ser pocos los que esta noche en el Hotel Hilton de Buenos Aires sólo vayan a comer a la 3ª Cena Anual que organiza la AMIA para fortalecer su reputado Servicio de Empleo.
En rigor, será un acontecimiento político nacional y comunitario de altísimo nivel, en vísperas de sendos años electorales, en el cual aliados y adversarios, ocasionales o enconados, compartirán una velada bajo el paraguas aglutinador de la AMIA, a 16 años del macabro atentado que marcó un antes y un después en las vidas del país y del judaísmo mundial.
En principio se destaca la asistencia de la presidente Cristina Kirchner como invitada de honor, flanqueada por varios integrantes de su gabinete, incluido el ministro de Economía, Amado Boudou, tras su “metáfora inapropiada” que banalizó la Shoá, y el canciller Héctor Timerman, un hombre ligado a la comunidad judía y que supo colaborar en gran medida desde distintos cargos en el gobierno.
Por el lado del gobierno de la ciudad de Buenos Aires están confirmadas las asistencias del jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, y del Director de Relaciones Institucionales, Claudio Avruj.
Ambas partes compartirán este evento benéfico a un año de las elecciones presidenciales.
La presencia gubernamental también será significativa si se tienen en cuenta los últimos escarceos que involucraron a la comunidad judeoargentina, ya sea la ausencia de la AMIA en el brindis de Rosh Hashaná (Año Nuevo judío) en la Casa Rosada y en las Naciones Unidas, cuando el discurso de la Presidenta ante la Asamblea General, o las recientes declaraciones de Boudou y la enigmática reacción de la DAIA, con su doble comunicado.
También será interesante observar cuál será la reacción de los presentes cuando se nombre la presencia del titular del Palacio de Hacienda, así como su opinión respecto de lo ocurrido ayer en la DAIA.
Esta institución tampoco atraviesa tiempos tranquilos, si bien no coinciden con campañas proselitistas; léase renuncia de la Tesorería en pleno o el enfrentamiento con el rabino ortodoxo Samuel Levin, quien llegó a pedir la misma dimisión de su presidente, Aldo Donzis.
En cambio, la propia AMIA sí está transitando el proceso preelectoral, que muy pronto cobrará gran impulso si se tiene en cuenta que los comicios serán en abril y que es difícil que haya demasiados movimientos entre diciembre y marzo.
Se encontrarán, entonces, oficialistas y opositores, ortodoxos y no tanto, ex presidentes y demás dirigentes “jubilados” o desesperados por volver a sillones que los hacían sentirse importantes.
Y también habrá familiares de víctimas del atentado, que en estos años -e incluso en los últimos tiempos- tuvieron altibajos con la dirigencia central, incluidos sus vínculos con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
Todos los nombrados y casi un millar de personas más estarán esta noche bajo un mismo techo, cobijados bajo un temporal manto de paz que mostrará cuán bello es que los hermanos estén unidos en pro de una causa común: dar trabajo, que para el sabio Maimónides es la mejor forma de hacer beneficencia o justicia social.