La realización el domingo de un concierto en Buenos Aires en homenaje a Adolf Hitler mereció hoy el “repudio absoluto” de diferentes sectores de la comunidad judía, quienes reclamaron la aplicación de la ley antidiscriminatoria a los organizadores aunque resaltaron la complicación que significa dar con los organizadores, que utilizaron Internet como medio de difusión.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el presidente de la Fundación Memoria del Holocausto (FMH), Mario Feferbaum, calificó de “repugnante” la convocatoria, pero cuestionó que no exista “una tecnología capaz de ubicar a los sinvergüenzas” que organizaron el festival.
Feferbaum destacó la importancia de la “educación” como herramienta para evitar hechos discriminatorios: "Es el mejor sistema de protección", afirmó, y pidió que el estado "no se demore más" la introducción de la temática en la educación común.
"La inclusión correcta de este tema en el sistema educativo es lo que haría que este tipo de ensayos no se produzcan, porque habría un repudio generalizado inmediatamente", sostuvo.
Por su parte, Sergio Widder, representante para América latina del Centro Simon Wiesenthal, exigió hoy que se aplique la ley antidiscriminatoria a los promotores de un concierto realizado el fin de semana en Buenos Aires para conmemorar el natalicio de  Hitler.
En diálogo con AJN, Widder aseveró que los organizadores del recital “son grupos marginales”, aunque “peligrosos”, que “se escudan detrás del anonimato que da Internet” para convocar a una actividad que está prohibida por las leyes argentinas.
“Saben que están haciendo algo que puede ser alcanzado por la ley antidiscriminatoria, que reprime todo lo que son manifestaciones o divulgación de reivindicaciones a favor de Hitler o el nazismo”, comentó el representante del Centro Wiesenthal.
La difusión del concierto estuvo a cargo de al menos dos agrupaciones que reivindicaron su origen fascista y que lo hicieron por Internet. En diferentes mensajes electrónicos convocaron al festival pero no divulgaron públicamente el lugar en el que se hacía.
Los interesados, inclusive, debían enviar un mail a una casilla abierta especialmente y responder una serie de preguntas con consignas nazis para recibir la información necesaria, según pudo comprobar un periodista de AJN.
“Estos son grupos marginales en general pero no por eso dejan de ser peligrosos. La semana pasada cinco skinheads fueron condenados por el crimen de Iván Kotelchuk”, cometido en junio de 2005 en la puerta de un boliche, recordó Widder.
El Centro Wiesenthal trabaja desde hace más de una década “en el uso de Internet como vehículo para promover el odio”, expresó el dirigente. “Las leyes deberían alcanzar estos hechos en el mundo virtual tal como hacen en el terreno de lo real”, comentó.
Para eso, los representantes del Centro mantienen “contactos formales a nivel mundial” y apuntan sus objetivos “a castigar a los proveedores de Internet”.
En la Argentina, dijo Widder, tuvo “muchísimas reuniones con el ministro (de Justicia Aníbal) Fernández”, para quien “el tema debe ser abordado” y representa “un interés”.
“Hemos presentado informes sobre grupos neonazis que promueven el odio contra judíos pero también latinos y gays”, expresó Widder, quien consideró “saludable” el interés mostrado “por la primera línea del gobierno” argentino al anunciar hoy que se encuentra investigando la realización del recital.
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