Según informes, varias naciones árabes del Golfo están preparadas para mejorar los lazos con Israel si Jerusalem toma lo que ellos consideran como esfuerzos significativos para relanzar el estancado proceso de paz con los palestinos.

Como parte del proceso de normalización, los estados del Golfo estarían dispuestos a establecer líneas de telecomunicaciones entre los países, permitir que las empresas israelíes comercien con sus contrapartes árabes y permitir que aviones israelíes vuelen sobre su espacio aéreo. A cambio, Israel tendría que congelar la construcción de asentamientos y relajar las restricciones comerciales con la Franja de Gaza.

El informe surgió una semana antes de que el presidente estadounidense, Donald Trump, haga su primera visita a la región. El primer viaje de Trump al extranjero como presidente incluirá paradas en Arabia Saudita, Israel y el Vaticano.

Trump debía convocar a líderes del mundo árabe de toda la región junto con miembros de la familia real saudí en Riad. Se espera que en Jerusalem el presidente ofrezca por primera vez detalles sobre su visión de una paz global israelí-palestina. Luego se reunirá con el Papa Francisco en el Vaticano.

A finales de marzo, fuentes cercanas a la Casa Blanca expresaron que los miembros del gobierno de Trump están explorando si es factible organizar una conferencia histórica durante el verano que llevaría por primera vez a los líderes árabes del Golfo, al presidente de la Autoridad Palestina y al primer ministro de Israel.

Ningún evento ha sido planeado formalmente, y fuentes adicionales tanto de Israel como de Estados Unidos niegan que una cumbre sea el propósito de una reciente ráfaga de actividad diplomática estadounidense en la región. Sin embargo, varios discutieron la idea como un objetivo concreto de una administración que busca una victoria trascendental en materia de política exterior.

En los últimos meses, el primer ministro Binyamin Netanyahu ha aludido a la normalización de los lazos con los estados árabes moderados de la región. En marzo, habló de la amenaza que Irán plantea a la región, afirmando que los esfuerzos para contrarrestar a Teherán podrían abrir las puertas para que Israel establezca relaciones con otros países árabes con excepción de Egipto y Jordania, con los que Jerusalem ya tiene vínculos.

«Creo en fomentar estos intereses. Si actuamos con prudencia, podría ayudarnos a normalizar los lazos con los países de la región y abrir nuevos flujos diplomáticos -que podrían ser más eficientes- entre nosotros y los palestinos», expresó el primer ministro.