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Entrevista. El ex canciller israelí, Shlomo Ben Ami dio su punto de vista sobre la crisis en Israel

Agencia AJN.- El diplomatico israelí Ben Ami dio a conocer su punto de vista sobre la crisis que atraviesa Israel atraviesa, la cual es calificada como una de las más graves desde su creación.

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Agencia AJN.- En Israel miles de personas manifiestan contra una reforma de la Corte Suprema, que podrá ser controlada por los diputados y el Ejecutivo que ejerce el premier Benjamin Netanyahu y su gobierno ultraderechista. La iniciativa provocó tal crisis, que una semana atras el primer ministro israelí debió hacer “una pausa” ante «el temor a una guerra civil».

Pero esta reforma ha abierto una “caja de Pandora“ entre esta coalición de gobierno ultraderechista, religiosa y la Israel liberal, ilustrada, que mantiene a los ortodoxos que no trabajan, no hacen la guerra y aumentan demográficamente el país con un promedio de siete hijos por familia. La Israel religiosa ultraderechista y de los colonos contra una Israel liberal, que quiere otro país, otros valores y otras políticas.

El ex canciller Shlomo Ben Ami es uno de los más prestigiosos intelectuales israelíes. Este político, diplomático y escritor de origen marroquí, emigró a Israel en 1955 y fue canciller y ministro de seguridad por el Partido Laborista. Fue el primer embajador israelí en España entre 1987 y el 2001 y se graduó en la Universidad de Tel Aviv y el el St. Antony College de la Universidad de Oxford.

¿Es real la pausa de Benjamin Netanyahu en la crisis o una excusa para una nueva embestida? Echará al ministro de Defensa Yoav Gallant, que denunció su reforma y advirtió los problemas de seguridad o lo dejará, tras haberlo despedido? ¿Se dividirá el Likud? ¿Se ha dividido Israel entre los liberales y los religiosos, que viven a su costa?

Shlomo Ben Ami durante una entrevista con Clarín dio a conocer su punto de vista sobre la actual crisis en Israel. A continuación los detalles más destacados de la entrevista.

-¿Cómo puede llegar a terminar esta crisis por esta reforma judicial que pretendía Netanyahu? ¿Puede haber una crisis del gobierno de Netanyahu hacia el interior del partido?

Ben Ami: No sé si es posible, porque yo, francamente, veo muy difícil que se pueda llegar a un acuerdo entre las partes. Eso suponiendo que los políticos representan genuinamente el sentido, el sentir de la protesta, el de la actitud colectiva de las protestas en las calles. Estas protestas no están lideradas por los políticos. Es algo que surge desde abajo. No es una imposición o una movilización desde arriba. Por lo cual es difícil saber qué va a surgir de estas negociaciones entre los políticos, ¿no? En mi opinión, va a ser imposible llegar a un acuerdo. La cuadratura del círculo es totalmente imposible porque el meollo de la iniciativa del gobierno de Benjamin Netanyahu es el de llegar a un control de la Corte Suprema por los políticos. Si no alcanza en estas negociaciones que se están llevando a cabo en la residencia del Presidente, si no alcanza un acuerdo en el que se garantiza el control del Gobierno sobre la el Tribunal Supremo, pues no puede haber gobierno. El gobierno no puede. El Likud se va a dividir entre los más radicales, que es el ministro de Justicia, que es el mayor promotor de esta reforma. Si no hay control de la Corte Suprema, este hombre dimitirá. Esta decisión puede causar una crisis interna. Eso me imagino.

-¿Quiere decir que va a dimitir Netanyahu? ¿Y qué puede pasar en ese sentido?

BA: No, no, no. Para Netanyahu, el poder es su aroma sexual. No hay manera que este hombre dimita. El que puede dimitir es el Ministro de Justicia. Eso puede llevar a una crisis del gobierno. Y es posible que, el ala más radical del gobierno, pues se desvincule o se retire del gobierno. Y eso puede llevar a la formación de una nueva coalición en el mismo Parlamento o de nuevas elecciones.

-Los que marchan en Israel denuncian que si se aplica esta reforma, Israel va a la dictadura. ¿Usted considera que la democracia hoy está en peligro en Israel?

BA: Tenemos aquí dos factores que convierten la democracia israelí en algo bastante comprometido, francamente. Uno es la ocupación de los territorios palestinos, porque realmente hoy no existe frontera entre el Israel propio y los territorios. Es todo un espacio judeo-árabe, donde la parte judía está siendo más y más minoritaria en términos demográficos y controla a la mayoría árabe en la parte palestina. Pues es un sistema que hay que reconocer que es un sistema apartheid. Y ese no es el caldo de cultivo apropiado para una democracia sólida. Ese es un elemento que no tiene nada que ver con la reforma judicial. Pero después, si le añades este intento de un gobierno de nombrar a los jueces, en su defensa, el gobierno suele decir: “Ah, miren, en otras partes también son los políticos los que nombran a los jueces. Por ejemplo, en los Estados Unidos”. Pero lo que se olvidan de mencionar o prefieren ignorar es el hecho de que en Estados Unidos hay dos cámaras y en Estados Unidos hay una Constitución.

-¿Y en Israel hay una sola?

BA: Israel no tiene dos cámaras en la que una de las dos pueda pueda moderar los extremismos de la otra y más aún. Aquí el Parlamento realmente no es una entidad que controla las políticas del gobierno, porque siempre el Ejecutivo tiene mayoría. Al momento que el Ejecutivo tiene mayoría, pues el Parlamento como tal no existe como entidad independiente. Por lo tanto, en vez de que existan tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, lo que va a existir es un solo poder. El Gobierno controla el Parlamento, cosa que ya existe y ahora quiere controlar también la judicatura. Pues nada, yo creo que eso es lo que es una dictadura, ¿sí o no?

-Ahora, los que mayoritariamente se oponen a la reforma fueron los pilotos militares, los agentes secretos, los reservistas y el ministro de Defensa, que dijo que era una amenaza a la seguridad nacional. ¿Por qué?

BA: Primero es verdad lo que usted dice. Pero cuando hablamos de los pilotos, de los servicios de inteligencia, etcétera, lo que estamos diciendo es que esto es realmente una lucha de clases. ¿Por qué? Porque estos elementos militares que usted acaba de mencionar son elementos de élite social. Los pilotos aquí son medio divinos, son dioses los pilotos de combate. Los servicios de inteligencia son las unidades más sofisticadas de jóvenes, de oficiales de ciberseguridad y demás. Ellos son el reflejo de la protesta en la calle. Es una protesta de clase media y clase media alta.

-¿Por qué?

BA: Aquí la izquierda no se define en términos económicos como, digamos en la visión socialista marxista. Aquí la izquierda es la burguesía y la alta burguesía y los bien educados, y los académicos y los intelectuales ¿Quién vota a Netanyahu? Pues las minorías, entre comillas, no necesariamente minorías demográficas, sino minorías, minorías culturales. Por ejemplo los ortodoxos, ortodoxos sefardíes, los ortodoxos ashkenazis, los colonos. La periferia social es la extrema derecha. En Europa tampoco el proletariado nunca quiso ser salvado por los marxistas. Al final quiere ser salvado por la extrema derecha. Eso es lo que estamos viendo aquí históricamente. Desde una perspectiva histórica, la clase realmente revolucionaria, con todo el respeto a los orígenes de mi familia, nunca fue el proletariado. Fue la clase media. Lo dice el propio Marx en el Manifiesto Comunista. En 200 años de dominio de la burguesía -escribe Marx en un manifiesto comunista- la burguesía ha creado los bienes y más que toda la historia anterior. ¿Y quiénes eran los del Politburó de Lenin? Eran todos burgueses intelectuales.

-¿Cómo hay que analizar el comportamiento militar?

BA: Lo que quiero decir es que el comportamiento de la jerarquía militar no se puede definir, digamos. Es una especie de golpe de estado, si quiere usted. Pero no lo es realmente, porque los golpes de estado lo que intentan hacer normalmente es cambiar la situación. Aquí es un golpe de estado a favor del status quo. No mueven las cosas. Dejen las cosas como están. ¿Eh? No controlan. Ahora no hay control de los políticos sobre la judicatura. Pues déjenlo así. Y además es el reflejo de la sociedad liberal de la calle. Eso es lo que ocurre aquí. Ha estallado.

-¿Y Netanyahu?

BA: Nadie se fía de él. Francamente, aquí nadie se fía que esta suspensión sea algo definitivo. Alguna experiencia militar ha tenido este hombre. Y en los colegios o en las academias militares, te enseñan que a veces hay que retirarse para contraatacar, ¿no? Y eso es lo que está haciendo él. Le da fuerza. Es una retirada táctica. Es esa suspensión para después ver cómo me busco la vida de sacar adelante esta reforma. Netanyahu es un superviviente. Políticamente, es lo único que verdaderamente le ocupa.

-¿Le preocupa?

BA: Mire, normalmente los estadistas forman las coaliciones que necesitan para sacar adelante su visión estratégica. Netanyahu hace lo contrario. Él define su estrategia según la coalición que es capaz de formar. Eso siempre ha sido así. Cuando podía formar, cuando podía crear coaliciones de izquierda, llegó incluso a proponer al presidente (palestino) Abbas en el 2014 la retirada de las fronteras de 1967. Eso no es ningún secreto.

-Unos y otros hablan de un escenario de guerra civil. Incluso él dice “hago una pausa porque el país va a la guerra civil”. ¿La guerra civil sería entre quienes?

BA: Si quieres entrar en detalle, los partidos religiosos y los colonos contra el resto de este Israel liberal, que quiere ser libre y que quiere ser democrático. Pero la guerra civil es una expresión un poco exagerada. Las guerras civiles no ocurren cuando la sociedad se divide. Ocurren cuando el ejército se divide. Si el ejército no se divide, no hay guerra civil. Lo hemos visto en España en el 1936. Lo hemos visto en Estados Unidos, en la Guerra Civil americana. Y aquí el ejército no se va a dividir. El ejército, las capas superiores han protestado, pero no van a salir a la calle a luchar contra la otra media parte del ejército. Es totalmente inverosímil. Lo que hay es una -lo que los alemanes llaman- culture camp: una guerra, un choque de culturas. Quiero decir, entre los ortodoxos y los colonos, por una parte, y la Israel liberal. Eso puede llevar a crisis políticas continuas, incluso a enfrentamientos entre civiles. Pero francamente, yo no creo que este sea el escenario de una guerra de dos partes del ejército israelí. Eso es algo que uno se puede imaginar. No va a existir. No lo creo. Pero estamos en una situación en la que son cosas muy difíciles para la Israel liberal de digerir. El hecho de que tenemos aquí en torno a 1 millón de ortodoxos, cuyos varones no trabajan y viven de subvenciones. Es una situación increíble. Imagínese usted 1 millón de señores que viven de las subvenciones, que vienen de los impuestos de la Israel liberal. Ahora que están en el gobierno, los ortodoxos quieren suprimir su modo de vida, el modo de vida de quien les financia.

-¿Cómo va a terminar?

BA: Cuando usted me pregunta cómo va a terminar esto o si va a haber un acuerdo sobre la reforma judicial. Lo importante es que la reforma judicial ya no es el centro del debate. Es lo que le acabo de decir. El centro del debate está en este choque de culturas entre la Israel liberal y aquellos que quieren cambiar el modo de vida del país. Por ejemplo, ahora han pasado una ley, que si usted va a visitar a un enfermo en el hospital durante la fecha de las fiestas de Pascua, no puede llevar en el bolsillo o en la mano lo que es Hamed. Hamed es el tipo de alimentos que está prohibido comer en la Pascua y que la abrumadora mayoría de los israelíes no lo apoya, no la gente de aquí. Pues sí, hay quien lo respeta y hay quien no, pero los que están financiados por la mayoría liberal, no pueden imponer sobre la mayoría liberal su modo de vida. O sea que ya la reforma judicial es importante, pero ya no es la única razón de esta protesta.

-¿Se abrió una grieta completa?

BA: La reforma judicial del Gobierno ha abierto una caja de Pandora y ha abierto todos los demonios, que han estado suprimidos a lo largo de los años. Pero ahora la Israel liberal ha abierto toda esta cuestión y quiere saber. Vamos a ver a dónde vamos. ¿Vamos a dejar a los ortodoxos religiosos seguir imponiéndonos su modo de vida? ¿Vamos a dejar a los colonos creando estas escaladas en los territorios ocupados , con un ministro de Finanzas que declara públicamente que quiere prender fuego y quemar a todo un pueblo palestino?

-¿Cree que estamos frente a un escenario en el que deberá convocar a elecciones y el gobierno colapsa por las peleas internas? ¿Es posible?

BA: No, no, no se puede descartar. Los últimos sondeos dan una derrota al actual gobierno si hay elecciones. Por lo tanto, yo creo que no se intentará de sobrevivir hasta que haya condiciones más favorables para su coalición. Pero por el momento, no creo que tenga interés. Pero, en fin, la disolución o la desintegración del gobierno no es imposible. Sí.

Autora: María Laura Avignolo

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El expresidente, Donald Trump, culpó a Netanyahu por el ataque del 7 de octubre

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Agencia AJN.- En una amplia entrevista concedida a la revista Time, el ex presidente de Estados Unidos y actual aspirante del Partido Republicano, Donald Trump, tiene duras palabras para el primer ministro Benjamin Netanyahu y para los dirigentes de guerra israelíes, pero promete «proteger a Israel» si es reelegido en noviembre.

El 7 de octubre «ocurrió bajo su vigilancia», dice Trump, y añade que Netanyahu ha sido criticado con razón por no haber impedido el ataque de Hamás.

«Tienen el equipo más sofisticado», dice Trump de Israel. «Tenían todo lo necesario para impedirlo. Y mucha gente lo sabía, ya sabes, miles y miles de personas lo sabían, pero Israel no lo sabía, y creo que él está siendo culpado por eso muy fuertemente, siendo culpado.»

Trump también dice que tuvo una «mala experiencia» con Netanyahu, acusándolo de abandonar la operación estadounidense para matar al líder del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, Qassam Soleimani, en enero de 2020.

«De repente, nos dijeron que Israel no lo iba a hacer. Y eso no me hizo ninguna gracia. Fue algo que nunca olvidé. Y me enseñó algo».

Preguntado por el ministro del gabinete de guerra y presunto rival de Netanyahu, Benny Gantz, Trump lo califica de «bueno», pero no dice que preferiría trabajar con él antes que con Netanyahu.

«No he hablado con él de eso. Pero hay gente muy buena que he llegado a conocer en Israel que podría hacer un buen trabajo», dice.

El 7 de octubre no habría ocurrido si él estuviera en el cargo, argumenta Trump. «Nunca habría ocurrido», insiste. «Nunca habría ocurrido. No habrías tenido-Hamas no tenía dinero».

«No teníamos terror… y nos deshicimos del ISIS al 100%. Ahora están empezando a volver».

Volviendo a los rehenes, Trump conjetura sin ofrecer pruebas que «os quedan muy pocos rehenes.»

«No creo que esta gente sea capaz o quiera ocuparse de la gente como negociaciones», dice, sin explicar si se refiere a los negociadores israelíes o a los de Hamás.

«Creo que los rehenes van a ser muchos menos de los que la gente piensa, lo que es algo muy triste».

Trump también dice que Israel ha hecho las relaciones públicas «muy mal».

«No creo que el Fondo de Defensa de Israel [sic] o cualquier otro grupo deba estar enviando todas las noches fotos de edificios cayéndose y siendo bombardeados con posiblemente gente en esos edificios cada noche, que es lo que hacen», dice el magnate de los negocios de 77 años.

Trump afirma que la solución de los dos Estados es ahora «mucho más difícil de conseguir» y que cada vez menos gente respalda la idea.

También cita la forma en que se educa a la juventud palestina: «Los niños crecen y se les enseña a odiar a los judíos a un nivel que nadie creía posible».

Trump dice que el público israelí le apoya de forma abrumadora.

«No ha habido ningún presidente que haya hecho lo que yo he hecho en Israel», asegura Trump. «Y es interesante. El pueblo de Israel lo aprecia. Tengo como un 98%: tengo los números más altos de aprobación».

«He sido muy leal a Israel, más leal que cualquier otro presidente», presume el 45º presidente de EE UU. «He hecho más por Israel que cualquier otro presidente. Sí, protegeré a Israel».

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Columbia suspendió a estudiantes que desafiaron el plazo para dejar las manifestaciones antiisraelíes

Agencia AJN.- La universidad afirmó que la medida tiene como objetivo “garantizar la seguridad en el campus”, después de que su presidente se negó a desinvertir en Israel y destacó la difícil situación de los estudiantes judíos.

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Agencia AJN.- La Universidad de Columbia, el epicentro de las protestas antiisraelíes que se extendieron en los campus universitarios en todo Estados Unidos, comenzó a suspender a los estudiantes que desafiaron el ultimátum para dispersar las manifestaciones.

La medida se produce tras casi dos semanas de protestas contra la guerra de Israel contra el grupo terrorista Hamás en Gaza, que en ocasiones han desembocado en antisemitismo e intimidación a estudiantes judíos, en instituciones de educación superior.

Las autoridades de la prestigiosa universidad de Nueva York exigieron que el campamento de protesta fuera desalojado antes de las 14.00 (hora local) o los estudiantes enfrentarían medidas disciplinarias.

El plazo, que anteriormente se había retrasado repetidamente, fue desafiado abiertamente.

“Estas repulsivas tácticas de miedo no significan nada comparadas con las muertes de más de 34.000 palestinos”, decía una declaración, leída por un estudiante en una conferencia de prensa después de la fecha límite, en referencia a una cifra de muertos emitida por Hamás en Gaza, que no diferencia entre miembros de grupos terroristas y civiles.

“No nos moveremos hasta que Columbia cumpla con nuestras demandas o… sean desplazados por la fuerza”, dijo el estudiante, que no quiso dar su nombre.

Unas horas más tarde, el vicepresidente de Comunicaciones de Columbia, Ben Chang, dijo que la universidad había “comenzado a suspender estudiantes como parte de esta próxima fase de esfuerzos para garantizar la seguridad en el campus”.

Chang aseguró que a los estudiantes se les había advertido que serían “suspendidos, no elegibles para completar el semestre o graduarse, y se les restringiría el acceso a todos los espacios académicos, residenciales y recreativos”.

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