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Sobreviviente de la Kristallnacht: ‘‘Mi corazón se acelera cada vez que suena el timbre’’

Marx tenía 11 años la fatídica mañana del 10 de noviembre de 1938, cuando sonó el timbre y se llevaron a su padre Yitzhak. Pasaron dos meses antes de que Yitzhak volviera a casa desde Dachau. Su hijo lo describiría como «un hombre roto».

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Berlin, NS-Boykott gegen jüdische Geschäfte

Agencia AJN.- Durante casi 70 años, el reconocido antropólogo israelí Emanuel Marx nunca habló de su experiencia durante la Noche de los Cristales, el acontecimiento que marcaría el inicio del Holocausto en el que más de 1.000 sinagogas fueron destruidas y al menos 7.500 negocios de propietarios de origen judío fueron saqueados. Oficialmente, 91 judíos fueron asesinados durante «la noche de los cristales rotos» -el primer acto de violencia antisemita organizado que se llevó a cabo bajo el régimen nazi-, pero se cree que el número real fue significativamente mayor.

Marx tenía 11 años la fatídica mañana del 10 de noviembre de 1938, cuando sonó el timbre y se llevaron a su padre Yitzhak. Pasaron dos meses antes de que Yitzhak volviera a casa desde Dachau. Su hijo lo describiría como «un hombre roto».

«Hasta el día de hoy, el corazón me da un vuelco cada vez que suena el timbre de una puerta y, quizá una extensión de ese miedo, cuando oigo sonar un teléfono», escribe Marx, un preeminente antropólogo israelí, en su estudio recientemente publicado sobre la violencia patrocinada por el Estado en la Alemania nazi, que surgió de este trauma infantil.

«De manera infantil, supe entonces que la Kristallnacht no era sólo una escalada más en la serie de prohibiciones y restricciones que llovían rápida y furiosamente sobre los judíos y que pretendían expulsarlos de Alemania. Anunciaba un cambio fundamental en nuestro destino que yo no podía comprender».

Pasaron 30 años antes de que volviera a tratar el tema de la violencia, e incluso entonces fue casi por accidente. «Durante muchos años, no pude ni siquiera tocar el Holocausto», cuenta Marx, de 94 años, en una entrevista reciente. «Me negaba a pensar en él y a escribir sobre él».

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Emanuel Marx.

Pero hace unos 15 años, un colega le invitó a participar en un taller académico mensual sobre el Holocausto, organizado por el Instituto Van Leer de Jerusalem, y Marx aceptó. Fue allí donde se ofreció a hablar, por primera vez, sobre sus recuerdos de la Kristallnacht.
«Creí que, como miembro de este grupo, podría estudiar mis recuerdos de la infancia a distancia, por así decirlo», escribe en la introducción de su último libro. «Sin embargo, pronto me vi abrumado por los recuerdos y las reflexiones, que poco a poco maduraron en un impulso irresistible por comprender el periodo nazi».

Describe el estudio final en el que se embarcó como «un subproducto de mi largamente postergada confrontación con los traumas de la infancia».

El libro, que le llevó 10 años de investigación y redacción, se centra en tres ejemplos clave de violencia patrocinada por el Estado bajo el régimen nazi entre noviembre de 1938 y agosto de 1941: La Noche de los Cristales, la invasión de Polonia y la invasión de la Rusia soviética.

Hasta que los nazis subieron al poder, la familia del padre de Marx había vivido en Alemania durante más de 300 años. La familia de su madre era de Polonia. Emanuel Marx nació y pasó su infancia en Múnich, donde su padre trabajaba en una compañía de seguros y su madre tenía una tienda de artículos de cuero. Su padre fue despedido sumariamente en 1935, justo antes de que se promulgaran las leyes raciales de Nuremberg.

Tiene vívidos recuerdos del día en que se llevaron a su padre. «Había dos policías, eran alrededor de las siete de la mañana y dijeron que mi padre tenía que acompañarlos. Todavía estaba en pijama y preguntó si podía ponerse algo más presentable. Aceptaron, pero le siguieron hasta el baño para que no perderlo de vista. Y luego se fue’’.

Para no alarmarlos a él y a su hermano Shimon, su madre, Rebecca, insistió en que siguieran como siempre. «Nos dijo que nos vistiéramos y fuéramos a la escuela, y así empezamos a caminar, como todos los días. Estaba a unos 10 minutos a pie de nuestra casa, y cuando nos acercamos a la escuela, que era una escuela judía, de repente vimos enormes llamas que envolvían la sinagoga adyacente y mucho humo», cuenta Marx.

«Alguien nos paró y nos dijo que debíamos dar la vuelta y volver a casa. No teníamos ni idea de que las sinagogas de todo el país estaban siendo quemadas ni de que 30.000 hombres judíos ya habían sido detenidos y llevados a campos de concentración», añade.

En retrospectiva, dice, la Noche de los Cristales marcó un cambio importante en la política nazi hacia los judíos. «Hasta entonces, lo único que querían era que los judíos abandonaran el país. Pero a partir de la Kristallnacht, eso no les bastó», señala Marx. «El mensaje de la Kristallnacht fue que los judíos también debían ser explotados económicamente».

Más allá de eso, los acontecimientos de esa semana demostrarían que «a los nazis ya no les importaba lo que el resto del mundo pensara sobre lo que estaban haciendo, y que podían hacer lo que quisieran».

Yitzhak Marx nunca volvió a ser el mismo después de regresar de Dachau. «Al principio hablaba constantemente de las cosas horribles que vivió allí, pero nunca obtuvo la respuesta adecuada de nosotros», dice su hijo. «¿Cómo podía hacerlo? Éramos niños. Y mi madre tampoco podía entenderlo».

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Emanuel Marx.

Marx cuenta que una mañana, pocos meses después de volver de Dachau, su padre subió a su habitación, se sentó en su cama y se puso a llorar. «No sabía cómo responder», dice. «Mi padre siempre había sido la figura de autoridad en nuestra casa, y yo era sólo un niño. No había forma de consolarlo».

Después de eso, Yitzhak dejó de hablar de sus experiencias en el campo de concentración. «Y nunca más volvió a hablar de ellas», dice su hijo.

Unos meses más tarde, Emanuel y Shimon fueron puestos en un tren y enviados al Reino Unido, como parte del esfuerzo de rescate del Kindertransport (nombre con el que se lo conoce al traslado de unos 10.000 niños judíos, sin sus padres, desde Alemania, Polonia, Austria y Checoslovaquia, al Reino Unido, con el objeto de ponerlos a salvo de las criminales políticas contra los judíos del nazismo). Pasarían el año siguiente al cuidado de sus familiares británicos. Sus padres, mientras tanto, pudieron obtener certificados especiales para salir de Alemania hacia Palestina, y tan pronto como se establecieron hicieron que sus hijos fueran enviados allí.

Emanuel Marx luchó en la Guerra de Independencia de Israel de 1948 a 1949 y más tarde fundó el departamento de antropología de la Universidad de Tel Aviv, donde se jubiló en 1995.

Reconoce que su exploración de la violencia estatal en la Alemania nazi no le aportó nada. «Me di cuenta de que padecía un síndrome postraumático incurable y que ahondar en sus fuentes no aliviaría mis sufrimientos», escribe en el capítulo final de su libro. En cambio, se lamenta: «El trabajo en este estudio ha dejado en mí un residuo de tristeza y desesperación».

Fuente: Haaretz

Guerra

Sobreviviente de la Shoá: «No pensé que iba a tener que esconderme de nuevo con temor por mi vida en el kibutz que fundé»

Agencia AJN.- Jaim Raanan y Rut Haran, de Beeri, experimentaron dos veces las atrocidades más horrendas contra los judíos.

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Raanan Jaim

Agencia AJN.- Rut Haran, sobreviviente de la Shoá, del kibutz Beeri, apenas duerme por las noches. A veces sueña con ella misma corriendo sin aliento ni dirección, sin saber de quién huye ni por qué. Hace una semana algo cambió y por primera vez soñó con su hijo mayor, Avshalom, asesinado el 7 de octubre.

«Mi hijo me dijo que no está en el ataúd donde lo enterraron y todavía no puedo entender el sueño», se le quebró la voz. «Cuando me desperté, no comí ni bebí en todo el día. Los terroristas asesinaron a Avshalom y abusaron de su cuerpo. Lo extraño mucho. Lo extraño cuando pregunta: ‘Mamá, ¿qué está pasando?’. Su foto está frente a mí y hablo con él todo el tiempo.»

Como ella, otro miembro del kibutz que sobrevivió a la Shoá, Jaim Raanan, experimentó el 7 de octubre a los 89 años. «D’s mío», dice, «no pensé que, como sobreviviente de la Shoá, tendría que volver a esconderme con temor por mi vida en el kibutz que fundé. La masacre acabó con alrededor del diez por ciento de los 1.000 residentes del kibutz. Más de 100 residentes fueron asesinados o secuestrados y llevados a la Franja de Gaza ese día. Desde mi punto de vista personal, hubo una gran diferencia entre el Shabat Negro y la Shoá: durante la Shoá no conocí personalmente a los seis millones que perecieron, pero en la masacre del kibutz Beeri conocía a casi todas las personas que fueron asesinadas ese día.»

Las vidas de Rut y Jaim están entrelazadas con tragedias. Son dos de los aproximadamente 865 israelíes del sur del país que vivieron de primera mano, dos veces, las atrocidades más horrendas contra los judíos. Según datos del Ministerio de Bienestar Social, unos 2.000 sobrevivientes de la Shoá de todo el país fueron evacuados de sus hogares a causa del Shabat Negro.

Rut, que sobrevivió a las atrocidades de los nazis en Rumania, emigró a Israel con el objetivo de poblarlo y se instaló en el sur del país. En ningún momento imaginó que a los 88 años, mientras vivía en la Tierra Prometida, se enfrentaría a una masacre espantosa. Los terroristas de Hamás no solo asesinaron a Avshalom, sino que también secuestraron a siete miembros de su familia, entre ellos su hija, nuera, nietas y bisnietas.

Hace tres meses, en el Día Internacional de la Shoá, Rut encabezó la campaña del Sistema de Información Internacional. Frente al edificio de las Naciones Unidas y en Times Square, de Nueva York, se colgaron enormes carteles con su rostro lleno de dolor, bajo la palabra «survivor», sobreviviente. Habló en un escalofriante video de la horrible similitud entre las acciones de los nazis y los terroristas de Hamas «en el momento que asesinan a bebés en sus camas, en el momento que violan a mujeres tras arrojarlas al césped y luego las asesinan brutal y diabólicamente asesinadas, sin haber cometido ningún delito».

«Siempre me preguntan qué conecta la Shoá de los nazis y el desastre del 7 de octubre y respondo que en ambos casos hubo un exterminio deliberado, sistemático, malvado y absolutamente satánico. La Shoá es la mancha más oscura en la historia del siglo XX. Un trauma para toda la humanidad, que provocó una devaluación del ser humano».

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Israel

Un pacto entre Israel y Hezbollah requiere primero un acuerdo sobre los rehenes en Gaza

Agencia AJN.- El eventual entendimiento haría que el grupo terrorista se retire de la frontera norte del Estado judío y les permita regresar a sus hogares a los civiles que han sido evacuados desde octubre.

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Bombardeo Hezbollah 2

Agencia AJN.- El Canal 12 de la televisión israelí informó que Israel y Hezbollah están cerca de llegar a un acuerdo que haría que el grupo terrorista se retire de la frontera norte de Israel y les permita a los civiles israelíes regresar a sus hogares en las comunidades del Norte que han sido evacuadas desde octubre.

El acuerdo que está sobre la mesa ha sido negociado por Estados Unidos y es similar a la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah y estipuló que el grupo terrorista debía retirarse de la frontera con Israel al norte del río Litani. Hezbollah ha violado una y otra vez esos términos a lo largo de los años.

El acuerdo negociado por el enviado estadounidense Amos Hochstein requeriría primero un acuerdo entre Israel y la organización terrorista palestina Hamas sobre los rehenes del primero en la Franja de Gaza, dijo el Canal 12.

Este citó a funcionarios israelíes que dijeron que el acuerdo con Estados Unidos es el único juego disponible y que los esfuerzos de Francia para negociar su propio acuerdo son perjudiciales y están motivados por el esfuerzo de París por demostrar relevancia diplomática.

Más temprano, aviones de combate de la Fuerza Aérea israelí atacaron posiciones de la organización terrorista Hezbollah en cuatro áreas diferentes del sur del Líbano, dijo el Ejército.

Los objetivos incluyeron edificios utilizados por el grupo terrorista en las zonas de Kafr Kila y Maroun al-Ras, junto con infraestructura adicional en Bint Jbeil y Aitaroun, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Asimismo, las FDI confirmaron ayer, jueves, que aviones de combate de la Fuerza Aérea israelí atacaron a varios terroristas de Hezbollah que fueron vistos entrando en edificios utilizados por el grupo terrorista en Ayta ash-Shab, al sur del Líbano.

Anteriormente se habían lanzado cuatro cohetes desde esos edificios contra la zona del monte Dov, al norte de Israel.

Las FDI señalaron que tres de los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa Cúpula de Hierro, mientras que el cuarto impactó en una zona abierta.

No se produjeron heridos ni daños materiales, confirmaron las FDI, que bombardearon el lugar del lanzamiento con artillería.

El martes, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel comunicó que aviones de la Fuerza Aérea atacaron infraestructuras militares de Hezbollah en el sur del Líbano, en algunas de ellas se alojaban miembros de la organización terrorista.

Además, tropas de las FDI atacaron varias zonas en el Líbano para eliminar la amenaza.

Anteriormente se habían identificado varios lanzamientos desde El Líbano hacia la zona de Metula.

La organización Hezbollah disparó misiles antitanques contra viviendas en la ciudad de Metula, al norte de Israel. No se informó de víctimas, pero sí de daños materiales.

Esa fue la tercera vez en 24 horas que Hezbollah disparó misiles antitanques contra Metula.

Desde el 8 de octubre -un día después de la masacre devastadora de Hamás-, Hezbollah viene intercambiando disparos con el ejército israelí en apoyo del grupo terrorista que controla la Franja de Gaza.

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