Agencia AJN.- Con menos de un año en el cargo, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, ya ha dejado una marca indeleble en el escenario mundial. En diciembre pasado, se convirtió en el primer premier israelí en visitar abiertamente los Emiratos Árabes Unidos; unos meses más tarde, hizo lo mismo en Bahréin. Luego, a principios de marzo, sorprendió al mundo al volar a Moscú, en Shabat, para reunirse con el presidente Vladimir Putin, un intento de mediar entre Rusia y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.

Bennett llamó la atención nuevamente, unas semanas después del viaje a Moscú, al celebrar la primera cumbre trilateral con los líderes de Egipto y los Emiratos en la ciudad turística de Sinaí, Sharm el-Sheikh. Durante los últimos 11 meses, también se reunió con el líder de Jordania, el rey Abdullah II, habló por teléfono con el presidente Recep Tayyip Erdogan de Turquía y fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Joe Biden, enfatizándole a este último clara pero cortésmente que Israel no aceptará un Irán con armas nucleares.

A medida que crece la presencia de Bennett en el ámbito internacional, muchos creen que el mérito de convertir a un político que alguna vez fue escandaloso en un estadista de clase mundial y una alternativa viable al antiguo primer ministro Benjamín Netanyahu debería recaer en Shimrit Meir, la experta pero a veces polémica jefa de asesores de política exterior. Poco después de asumir el cargo, Bennett designó a Meir como su persona de contacto en la Casa Blanca.

Después de una serie de victorias diplomáticas, ahora se dice que Meir, la primera mujer en ocupar este papel fundamental y una recién llegada a la diplomacia internacional de alto nivel, es la ayuda más cercana y confiable de Bennett. Meir, una solucionadora de problemas eficaz y una pensadora estratégica aguda con una gran comprensión de los asuntos regionales, según quienes conocen y han trabajado con la ex periodista, se ha convertido rápidamente en una de las personas más influyentes en Israel en la actualidad.

Sin embargo, incluso cuando la mujer de 42 años ayuda a Bennett a ganar reconocimiento en todo el mundo, en casa se ha enfrentado a una corriente de críticas y controversias, siendo etiquetada como una fuerza divisiva en la oficina principal de Israel.

“Una tormenta en la oficina del Primer Ministro: las controversias y los debates que amenazan el futuro de Bennett”, decía un titular reciente en el periódico de negocios israelí Globes. “La asesora de Bennett para todo, ¿quién eres, Shimrit Meir?”, se lee en ICE, una revista online.

El principal medio de comunicación de Israel, Mako, afiliado al Canal 12, publicó el mes pasado un artículo completo sobre Meir, analizando cómo terminó en un papel tan clave sin las credenciales habituales y señalando que todos aquellos que ocuparon el puesto en el pasado provenían del servicio exterior o del sector de seguridad.

El mes pasado, cuando la diputada Idit Silman, que es del partido derechista Yamina de Bennett, tomó al primer ministro con la guardia baja al abandonar repentinamente la coalición, algunos señalaron con el dedo a Meir como una de las desencadenantes de las afirmaciones de que el estratega estaba causando que Bennett ignorara las necesidades ideológicas de su base. Meir podría ser experta en asesorarlo sobre asuntos exteriores, dijeron algunos, pero sin experiencia política tangible y sin consideración por los partidarios derechistas de Bennett, la mayoría de los cuales provienen del bloque de asentamientos israelíes, no había entendido ni prestado atención a los tambaleantes cimientos de su frágil gobierno.