Artículo publicado por Yonah Jeremy Bob en The Jerusalem Post

Agencia AJN.- La ausencia de un acuerdo con Irán podría significar un peligro nuclear más inminente para Israel y sus aliados, según indicaron fuentes israelíes de inteligencia a The Jerusalem Post, aunque tanto los gobiernos de Benjamín Netanyahu como de Naftali Bennett se opusieron al acuerdo.

Algunos miembros de los servicios de inteligencia y de defensa consideran que no llegar a un acuerdo es mucho peor que un mal acuerdo.

El razonamiento de estas fuentes es que Irán podría saltar al 90% de uranio armificado en cuestión de semanas.

Además, al sumar los diferentes niveles de enriquecimiento que Irán acumuló, podría llegar no sólo a una bomba nuclear sino, según algunas estimaciones, hasta cuatro.

Es cierto que Irán aún no domina una serie de cuestiones de armamento relacionadas con la detonación y el lanzamiento de una bomba nuclear. Sin embargo, los miembros de los servicios de inteligencia y defensa del Estado judío que están a favor de un mal acuerdo frente a un escenario sin acuerdo dicen que este último podría envalentonar a Irán para tratar de dominar esas habilidades, incluso a riesgo de un posible ataque de Israel o Estados Unidos.

Por el contrario, si hay un acuerdo nuclear con todas sus debilidades, estas fuentes dicen que Irán tiene un claro historial de posponer el tema de la fabricación de armas para evitar el riesgo de un ataque israelí o estadounidense.

Ante las críticas de que el nuevo acuerdo nuclear emergente no retrasaría el programa de armas nucleares de Irán en 15 años, como ocurrió en 2015, sino posiblemente sólo en dos años y medio, estos funcionarios dicen que hay que aprovechar cualquier cantidad de tiempo que se pueda ganar para retrasar el salto de la República Islámica.

La mayoría de estos funcionarios también creen que los ayatolás nunca utilizarían realmente un arma nuclear, sino que simplemente quieren tenerla para reforzar su capacidad de lograr la hegemonía regional.

Algunas fuentes sugieren incluso, de forma provocativa, que Occidente no hizo lo suficiente para aliviar las sanciones a Irán durante el periodo 2015-2017 de la administración Obama. En su narrativa alternativa, Irán es un mal actor, pero puede ser alentado por una mezcla de incentivos positivos y negativos para retrasar indefinidamente el cruce del umbral nuclear.

Esta fórmula mantuvo a Teherán en su lugar durante unos 25 años, dicen. No es que a este grupo le guste el pacifismo ingenuo. Aprobarían golpes como el del domingo contra un alto funcionario del CGRI, atribuido a Israel.

Pero desean obtener algún beneficio, aunque sea temporal, de la diplomacia estadounidense, y si ésta fracasa, pronostican tiempos mucho más oscuros que el gobierno.