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Hace 153 años nacía Theodor Herzl, fundador del Movimiento Sionista y visionario del Estado judío

AJN.- El 2 de mayo de 1860 nació en Pest, en el imperio austrohúngaro, Theodor Herzl, un idealista y visionario que en agosto de 1897 vislumbró el establecimiento del Estado judío, pues convocó al Primer Congreso Sionista en Basilea, donde se fundó el Movimiento Sionista, que 50 años después concretó el sueño ancestral de millones de judíos al fundar el Estado de Israel.

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AJN.- El 2 de mayo de 1860 nació en Pest, en el imperio austrohúngaro, Theodor Herzl (foto), un idealista y visionario que en agosto de 1897 vislumbró el establecimiento del Estado judío, pues convocó al Primer Congreso Sionista en Basilea, donde se fundó el Movimiento Sionista, que 50 años después concretó el sueño ancestral de millones de judíos al fundar el Estado de Israel en Éretz (Tierra de) Israel, que de acuerdo a la Torá, el Creador le otorgó al Am (Pueblo de) Israel.
Creció en el seno de una familia acomodada de la parte oriental de Budapest (entonces separada de Buda por el río Danubio) que se asimiló a la cultura alemana, lo cual era común por esos años en Europa Central, si bien hasta los 10 años estudió en un escuela judía.
En 1878, luego de fallecer su única hermana, la familia Herzl se trasladó a Viena, donde Theodor se inscribió en la Facultad de Abogacía y en 1889 se casó con Julia Naschauer, descendiente de una familia judeohúngara, con quien tuvo tres hijos.
Herzl ejerció la abogacía poco tiempo, pues descubrió que su vocación era el periodismo, tarea a la cual se abocó con ahínco -ingresó a la redacción de uno de los más prestigiosos diarios vieneses, el Neue Freie Presse-, a la vez que escribía obras de teatro, en muchas de las cuales estaba presente la temática judía, en especial la relacionado a la necesidad de asimilarse a la cultura circundante.
Esos trabajos literarios tuvieron un éxito discreto, mientras que sus artículos periodísticos fueron muy ponderados y la dirección del diario lo envió a diversos lugares de Europa para describir y analizar los acontecimientos que allí ocurrían.
En 1891, Herzl fue designado corresponsal en París, donde permaneció cinco años, hasta que fue llamado de vuelta a Viena, pues había sido designado director de la sección literaria del Neue Freie Presse, cargo que mantuvo hasta su muerte.
La problemática judía siempre le interesó, como también la política: fue miembro activo de la asociación de estudiantes nacionalistas alemanes Albia, a la cual renunció cuando el antisemitismo reinante en ella hizo que prohibieran que ingresaran nuevos miembros de origen judío; sentía que pertenecía a un pueblo que era odiado y perseguido.
En París, Herzl debió cubrir las alternativas del “Caso Dreyfus”, un capitán del ejército francés que fue falsamente acusado de traición y condenado a degradación y prisión; lo que observó -que la población francesa, considerada una de las más progresistas de Europa, daba por sentado que era un traidor por el solo hecho de ser judío- lo impactó de sobremanera.
Si bien era consciente de la existencia del antisemitismo, hasta ese momento entendía que el mismo se eliminaría con el progreso, pero el hecho que se actuara de esa forma en el país que había establecido los Derechos del Hombre lo llevó a plantearse que era imposible que se aceptara a los judíos, a quienes consideraban extranjeros, y que por lo tanto debía existir una alternativa: que tuvieran su propio país, un Estado judío.
Hombre eminentemente racionalista, Herzl desarrolló la idea e intentó lograr el apoyo de los grandes filántropos judíos de la época, los barones Hirsch y Montefiore.
Como éstos no estuvieron de acuerdo con su proyecto, lo plasmó en un libro, “Der Judenstaat. Versuch einer modernen Lösung der Judenfrage” (El Estado judío. Una solución moderna a la cuestión judía), que se publicó en Viena, en 1896.
Allí, Herzl hace un análisis de la situación que vivían las diversas comunidades judeoeuropeas y propone mantener conversaciones con los principales líderes políticos del mundo para conseguir que cedieran un territorio donde pudieran instalarse los judíos, así como la creación de diversas instituciones que permitieran la concreción del proyecto.
Este trabajo, de poco más de 100 páginas, fue de inmediato traducido al inglés, el francés y el ruso, a la vez que tuvo una amplísima difusión entre las masas judías de Europa Oriental.
Si bien ya existían corrientes de pensamiento que postulaban el sionismo -la inmigración de los judíos a Éretz Israel-, su motivación se fundamentaba en aspectos tradicionales y no políticos; es por eso que al proyecto de Herzl se lo denomina “sionismo político”, además del hecho que en “Der Judenstaat” no se plantea que el Estado judío debería estar ubicado en la Tierra Prometida, sino en el territorio que se consiguiera.
Con la finalidad de darle una organización estable a su propuesta, el visionario invitó a las diversas comunidades judías a participar en una asamblea que tenía la intención de realizar en la alemana Múnich, pero la oposición de los rabinos lo obligó a trasladarlo a la suiza Basilea, donde del 27 al 31 de agosto de 1897 se llevó a cabo el Primer Congreso Sionista, con la asistencia de 204 delegados, muchos de ellos representantes de pequeños shtetlej (aldeas) del imperio zarista.
Durante las deliberaciones se aprobó la creación del Movimiento Sionista y el programa que habría de regirlo, denominado “Programa de Basilea”, en el cual se establecía la necesidad de fundar un Estado judío, que por presión de los congresales debía estar ubicado en Éretz Israel, la patria ancestral del pueblo judío, y se eligió a Herzl como presidente de la organización recién creada.
Concluido el Primer Congreso Sionista, escribió en su diario: “En Basilea fundé el Estado judío. Esto no lo puedo decir en público porque se reirán de mí. Aunque se posea un territorio, el Estado es siempre algo abstracto e invisible para la mayoría”.
Cincuenta años después, ese Estado “abstracto e invisible para la mayoría” se convertiría en realidad.
Herzl, que con anterioridad al congreso ya había mantenido conversaciones con diversos líderes mundiales, redobló sus gestiones diplomáticas y se entrevistó con el sultán de Turquía, el Káiser Guillermo y el Papa, entre otros, con el propósito de convencerlos de que apoyaran su proyecto y le concedieran al Movimiento Sionista el territorio que necesitaba para establecer un Estado judío.
Meses antes, en junio, de su propio peculio fundó el periódico Die Welt (El Mundo), que luego se convertiría en el vocero del Movimiento Sionista.
En 1902, Herzl visitó Éretz Israel por primera y única vez, y a su regreso escribió su novela utópica Altneuland (La Vieja Nueva Tierra), en la cual describe cómo sería el Estado judío en 1922: un país moderno, democrático y próspero.
El líder sionista presidió los siguientes cinco congresos, en los cuales informó de las gestiones diplomáticas que realizaba y se decidieron aspectos relacionados con la marcha del movimiento; entre otros, la fundación de un banco, el Jewish Colonial Trust, con sede en Londres, y del Fondo Nacional Judío, Keren Kayemet Israel.
Las múltiples ocupaciones, los viajes y la permanente tensión deterioraron la salud de Herzl, quien falleció el 3 de julio de 1904 (20 de tamuz de 5664, según el calendario hebreo), en Edlach.
En su momento había expresado una póstuma voluntad: “Quiero ser enterrado en el panteón junto a mi padre y descansar allí hasta que el pueblo judío me conduzca a Éretz Israel”.
En 1949, sus restos fueron trasladados a Jerusalem, capital del flamante Estado de Israel, y enterrados en el monte que lleva su nombre.
EACh-CGG

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Israel

Primer ministro Netanyahu, en Yad Vashem: «Hamás se guía por los mismos objetivos que los nazis, pero ahora podemos defendernos»

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Agencia AJN.- Ocho décadas después del final del Holocausto, Israel se enfrenta de nuevo a un enemigo «despiadado y brutal» que busca su destrucción, declara el primer ministro Benjamin Netanyahu en la ceremonia oficial estatal de conmemoración de Yom Hashoah en Yad Vashem.

El atentado de Hamás del 7 de octubre «no fue un Holocausto, no por ausencia de intención de aniquilarnos, sino por ausencia de capacidad», afirma, insistiendo en que el grupo terrorista palestino tenía la «misma intención» de aniquilar al pueblo judío que los nazis.

«Los asesinos de Hamás se guían exactamente por el mismo objetivo», insiste, señalando que, a diferencia de lo que ocurrió durante el Holocausto, hoy Israel «tiene una fuerza que puede defenderlo».

Israel «completará la eliminación de las capacidades [de Hamás]» y liberará a los rehenes, promete.

«Nuestros enemigos cometieron un grave error. Pensaron que éramos una sociedad débil. Se equivocaron. A la hora de la verdad, nos mantuvimos hombro con hombro, llenos de determinación, resistencia y poder. Nuestra prueba es continuar y permanecer unidos hasta alcanzar la victoria, porque estos son días aciagos y esta es la única forma de garantizar nuestra existencia y nuestro futuro.»

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Israel. El gobierno votó para cerrar el medio de noticias qatarí, Al Jazeera

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Agencia AJN.- El Consejo de Ministros de Israel votó el domingo por unanimidad el cierre de las operaciones del canal de noticias qatarí Al Yazira en Israel, casi seis meses después de haber anunciado por primera vez su intención de hacerlo por motivos de seguridad relacionados con la guerra entre Israel y Hamás.

La decisión, que requiere una nueva certificación cada 45 días, incluye el cese de las emisiones de Al Jazeera en árabe e inglés, el cierre de las oficinas de Al Jazeera en Israel, la incautación de los equipos utilizados para sus emisiones y la limitación del acceso a sus sitios web.

El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, firmó una orden ejecutiva poco después de que se aprobara la votación, por lo que entró en vigor inmediatamente.

Los vídeos del domingo por la tarde mostraban a las fuerzas del orden llegando a las oficinas de Al Jazeera en Jerusalén, en el Hotel Ambassador. HOT, uno de los principales proveedores de servicios de televisión de Israel, anunció que había interrumpido las emisiones de Al Yazira. Otro proveedor, YES, publicó el siguiente mensaje en el canal apagado: «De acuerdo con la decisión del gobierno, se han interrumpido las emisiones de la cadena Al Jazeera en Israel».

En una declaración conjunta tras la votación, Netanyahu afirmó que «los corresponsales de Al Yazira han perjudicado la seguridad de Israel y han incitado contra los soldados de las FDI. Ha llegado el momento de expulsar de nuestro país al portavoz de Hamás».

Karhi añadió: «Tomaremos medidas inmediatas contra quienes utilicen la libertad de prensa para atentar contra la seguridad de Israel y de los soldados de las FDI, e inciten al terrorismo en tiempo de guerra. No habrá libertad de expresión para los portavoces de Hamás en Israel».

Al Jazeera condenó la decisión, calificándola de «acción criminal».

«La supresión por Israel de la libertad de prensa para encubrir sus crímenes matando y deteniendo periodistas no nos ha disuadido de cumplir con nuestro deber», ha declarado.

El Gabinete de Seguridad Nacional de Israel tenía previsto celebrar la votación ya el jueves, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu la retrasó por temor a que no se aprobara. Según un portavoz del partido Unidad Nacional del ministro sin cartera Benny Gantz, esto se debió a que el jefe del Mossad, David Barnea, pidió al gobierno que lo retrasara unos días para evitar posibles ramificaciones diplomáticas negativas en relación con Qatar, mediador entre Israel y Hamás en las negociaciones para un acuerdo de liberación de rehenes israelíes. La decisión requería la aprobación del Gabinete de Seguridad Nacional (CSN) del gobierno o del gabinete general, y Netanyahu optó por seguir adelante el domingo en el gabinete general.

Los tres ministros de Unidad Nacional no estuvieron presentes en la reunión y no participaron en la votación. El partido declaró en un comunicado que sus ministros «apoyan el cierre de las emisiones de Al Jazeera e incluso anunciaron que apoyarían su cierre en la reciente reunión del gabinete (de seguridad nacional)».

Sin embargo, «adelantar el tema esta mañana para someterlo a votación en la reunión del gobierno, es una decisión correcta pero en un momento terrible, que podría socavar los esfuerzos por agotar las negociaciones (del acuerdo sobre los rehenes), y obedece a consideraciones políticas», afirmó el partido.

Karhi contraatacó acusando a la centrista Unidad Nacional de actuar como una «quinta columna» dentro del gobierno. Según Karhi, la decisión recibió la «validación inequívoca» de todos los funcionarios de seguridad.

La decisión se basó en una ley que la Knesset (parlamento) de Israel aprobó el 2 de abril y que expira el 31 de julio. Por tanto, si el gobierno desea prolongar la prohibición de Al Jazeera más allá de esa fecha, deberá prorrogar la legislación. La ley en sí también se enfrenta a un recurso de inconstitucionalidad en el Tribunal Superior de Justicia por parte de la Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI) basado en su violación de la libertad de expresión, y el Estado tiene hasta el 15 de mayo para presentar su respuesta preliminar al tribunal.

Al comienzo de la guerra, el gobierno aprobó medidas ejecutivas de emergencia que le habrían permitido cerrar temporalmente Al Yazira. Estuvieron en vigor desde el 21 de octubre hasta el 20 de enero. Sin embargo, el gobierno se abstuvo de aplicarlas durante ese periodo, al parecer debido a las posibles ramificaciones diplomáticas negativas relacionadas con Qatar.

La legislación aprobada en abril pretendía dar al gobierno una base jurídica más firme para actuar contra Al Jazeera. En su decisión del domingo, el Consejo de Ministros explicó que disponía de dictámenes clasificados del Shin Bet del 9 de abril, que consideraban a Al Jazeera una amenaza para la seguridad nacional. El IDF y el Mossad también proporcionaron dictámenes clasificados que apoyaban la limitación de las emisiones de Al Jazeera en Israel.

Según la ley, la decisión debe presentarse ante un presidente o vicepresidente del Tribunal Supremo regional en un plazo de 24 horas, que dispone entonces de tres días para decidir si modifica o no la decisión o limita la duración de la prohibición.

En su petición al Tribunal Superior de Justicia contra la ley, alegó que limitaba innecesariamente la libertad de expresión y era, por tanto, inconstitucional. La ACRI afirmó que, aunque no se podía discutir el hecho de que Al Yazira difundiera una narrativa «propalestina», esto no era motivo suficiente para cerrar la cadena. Además, la cadena ofrece contenidos de Estados árabes e incluye perspectivas árabes israelíes que han sido citadas en numerosas ocasiones en los principales medios de comunicación israelíes, lo que indica que su contenido se consideraba importante, añadió la ACRI. La ONG reconoció que Al Yazira había incluido contenidos que incitaban contra Israel. Sin embargo, la gravedad de esta incitación no era peor que la incitación contra los palestinos en los principales sitios web israelíes, argumentó la ACRI.

El jueves, la ACRI solicitó al tribunal que dictara una orden temporal que impidiera al gobierno decidir el cierre de Al Yazira hasta que se resolviera el caso. El tribunal denegó la petición y dijo que estudiaría la posibilidad de dictar una orden temporal tras recibir la posición preliminar del Estado.

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