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A 50 años de la dimisión de Golda Meir tras la Guerra de Iom Kipur: «No puedo soportar esta carga»

Agencia AJN.- Sucedió medio año después de su inicio y menos de dos semanas después de que se publicara el informe provisional de la Comisión Agranat, eximiéndola de responsabilidad.

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Golda renuncia

Agencia AJN (Por Yaron Druckman/Yedioth Ahronoth).- Abril de 1974, el país está en crisis. La Comisión Agranat, que examinó las omisiones y circunstancias del estallido de la Guerra de Iom Kipur, publicó su informe provisional, medio año después del inicio de la guerra. El jefe del Estado Mayor, David «Dado» Elazar, se apresuró a dimitir de su cargo después de que los miembros del comité responsabilizaran de las omisiones al Ejército y eximieran al escalafón político. Mientras tanto, las tensiones en el Norte alcanzaban su punto máximo en meses y terroristas se infiltraban en Kiryat Shmona desde el Líbano y asesinaban a 16 civiles y dos soldados.

Los difíciles sentimientos del público israelí llevaron a la primera ministra Golda Meir el 11 de abril a un dramático discurso ante el pleno de la Knesset: «Después de pensar, pensar y pensar llegué a la conclusión que sería mejor si se le diera al público la oportunidad de «reconsiderar y decidir de nuevo sobre la formación de un nuevo y sólido gobierno».

La Guerra de Iom Kipur conmocionó al Estado de Israel. Los días de combate y sus resultados fueron insoportablemente difíciles para el país, que solo unos meses antes había celebrado su 25º Día de la Independencia. 2.656 soldados murieron en la guerra, cientos fueron capturados y más de 7.200 soldados y civiles resultaron heridos.

Unos dos meses después de que terminara la guerra se celebraron elecciones en Israel. Maaraj, encabezado por Golda Meir, obtuvo un impresionante logro de 51 mandatos, el Likud de Menachem Begin se fortaleció y obtuvo 39 mandatos. El 10 de marzo de 1974, Meir tomó juramento a su nuevo gobierno.

Menos de un mes después de la toma de posesión del nuevo gobierno, el 1° de abril, se publicó otro informe provisional de la Comisión Agranat. La comisión atribuyó la principal responsabilidad por la sorpresa para la inteligencia y las deficiencias en la preparación de las FDI para la guerra a los comandantes del Ejército. El jefe del Estado Mayor Dado dimitió inmediatamente y criticó al ministro de Defensa, Moshe Dayan.

Al final de su discurso de dimisión, declaró: «Creo que los errores que se me atribuyen y el peso que se les atribuye no justifican las graves conclusiones extraídas por la comisión sobre mi responsabilidad. Sin embargo, a pesar de ello, tras este informe no veo posibilidad de continuar en mis funciones como jefe del Estado Mayor de las FDI y solicito que se me releve de mis funciones».

La actitud indulgente de la comisión para con el escalafón político, y especialmente Golda Meir y Moshe Dayan, fue objeto de generalizadas críticas públicas. Muchos ciudadanos israelíes vieron el informe provisional como un intento del escalafón político de evadir la responsabilidad por el fracaso y lo expresaron públicamente en manifestaciones y otras acciones de protesta.

Incluso dentro del partido hubo duras críticas. A las críticas se sumó el entonces viceprimer ministro Igal Alon, quien pidió que Dayan fuera despedido de su cargo. «Después de tal informe, Dayan debe dimitir», dijo Alon. La oposición también pidió la dimisión de Dayan y Meir. Begin dijo: «La primera ministra se comportó con una irresponsabilidad increíble antes de la guerra».

Mientras tanto, Dayan declaró que no tenía intención de renunciar a su cargo. El ministro de Defensa dijo que consideraba que el informe provisional de la Comisión Agranat eras un logro para él y, por lo tanto, no creía que debiera dimitir. También señaló que los pedidos de dimisión provenían de sus opositores en el partido.

Pero los ánimos no se calmaron. Según un informe del entonces reportero de Yedioth Ahronoth Shlomo Nakdimon, quien recibiera el Premio Israel a la Prensa el Día de la Independencia, Dayan le pidió un voto de confianza a la primera ministra, quien le respondió que la decisión estaba en manos de las instituciones del partido.

Según el informe, Dayan le preguntó a Meir si confiaba en él y si creía que debía renunciar. «Su respuesta fue que la decisión recae en las instituciones del movimiento. Esa respuesta fue, sin duda, un cambio en la posición de la primera ministra. Después de todo, desde la guerra, la posición declarada de Golda -como lo expresó en la reunión del Centro Laborista en diciembre- fue que los ministros del gobierno son colectivamente responsables de los logros y fracasos. Esta vez ella no dijo eso, e incluso negó una declaración similar que se le atribuye».

El 10 de abril de 1974, cuando la crisis estaba en su punto máximo, la bancada laborista se reunió en la sala de la bancada en la Knesset. La primera ministra Golda Meir habló durante unos 15 minutos. Parecía relajada y tranquila, y les informó a los miembros de la bancada sobre su dimisión.

«Llegué a una conclusión sobre mí misma, independientemente de la responsabilidad parlamentaria que le corresponda o no a Moshe Dayan. Si Dayan hubiera dimitido, no habría cambiado mi decisión de dimitir. Pero desgraciadamente, todo el gobierno cae conmigo», dijo Meir. «Lo hago con pesar, no en lo que a mí respecta, sino porque ello requiere la dimisión de todo el gobierno. He llegado a la conclusión que no puedo soportar esta carga».

La primera ministra afirmó que la mayoría de los miembros de su bancada creían que no debía dimitir, «pero no tengo nada que oír. No tengo más remedio que acudir al Presidente. Lo haría esta tarde, pero se los quiero informar antes a los socios: a la coalición y a Mapam».

Y añadió: «Pertenezco al siglo XIX. Mi conciencia es así. Dice que si no estoy de acuerdo con lo que decide el partido, no tengo que aceptar la misión. Aceptar la misión y hacer propaganda contra el partido es imposible. En el siglo XIX era diferente. Sé que soy atrasada y que hay un nuevo estilo. Si el partido decide que es posible estar adentro y afuera, será bendecido».

Al final de sus palabras, pidió disculpas. «Les pido disculpas a los miembros del gobierno por no haberles informado antes de mi decisión. Lo siento especialmente por los nuevos ministros, que estuvieron en el cargo tan poco tiempo, pero todavía tienen la oportunidad de ocupar puestos durante mucho tiempo en los gobiernos de Israel. Quienquiera que se convierta en el próximo primer ministro será un primer ministro más joven que yo».

Golda también habló en la reunión de bancada sobre su testamento. Les dijo a los presentes que en la central del partido en Tel Aviv hay una caja fuerte en la que «hay una carta cerrada que pedí que se abriera después de mi muerte. Escribí en la carta que no se diría ni una sola palabra de elogio sobre mí y nada sobre mi nombre (NdR: sin conmemoraciones)… Incluso ahora no quiero obituarios. Y les digo, compañeros, que esta vez no servirá y que no envíen delegaciones».

El mismo día, Dayan elogió a Meir en una conferencia del Centro RAFI: «Es una mujer grande y fuerte, resistió las presiones del exterior y del interior y ninguna manifestación callejera pudo afectarla. Su dimisión no se produjo por los periódicos ni por las manifestaciones, sino por un sabotaje desde adentro, dentro del partido. Ella no quería ni podía luchar contra ese sabotaje».

Después de que Meir dimitiera como primer ministro, el ministro de Finanzas, Pinjas Sapir, criticó a Dayan por negarse a dimitir, alegando que él era responsable de la caída del gobierno. En una entrevista con Yediot Ahronoth dijo que no se veía como candidato para sustituir a Meir. «Su comportamiento después de que se presentara el informe me resulta desconcertante. No me refiero solo al lado humano, que incluso no consideró oportuno decir una palabra en la reunión de gabinete a la que asistió el jefe del Estado Mayor, después de que David Elazar leyera su carta. Podría haber dicho algunas frases, como hizo la primera ministra. Meir le dijo al jefe del Estado Mayor palabras desde el corazón y espero que hayan llegado al corazón.»

Al día siguiente, el 11 de abril de 1974, terroristas del Líbano se infiltraron en Kiryat Shmona, entraron en edificios y asesinaron a mujeres, hombres y niños. Meir, que llegó esa mañana a la Oficina del Primer Ministro, recibió actualizaciones sobre lo que estaba sucediendo en la ciudad del Norte. Dayan, que también llegó al lugar, salió rápidamente y abordó un helicóptero hacia el Norte.

A las 11.15 hs., el secretario de la primera ministra, Michael Arnon, se dirigió a los periodistas y anunció: «La primera ministra comunicó en una reunión, de conformidad con el artículo 23.a de la Ley Básica: El Gobierno, su intención de presentar su dimisión. La dimisión del primer ministro es legalmente la dimisión de todo el gobierno». A las 12.25 hs., Meir y su guardaespaldas abandonaron la Oficina del Primer Ministro hacia la Residencia del Presidente con una breve carta de renuncia en su cartera negra.

«Señor Presidente», decía el anuncio, que sellaba 50 años de actividad política. «De conformidad con las disposiciones de la Ley Básica: El Gobierno y después de informar al gobierno de mi intención de hacerlo, le presento mi renuncia al cargo de Primer Ministro». 38 minutos después, Meir salió de la Residencia del Presidente sin hablar con los periodistas que la esperaban. Quien sí habló con ellos fue el presidente, Efraim Katzir, quien informó: «Esta vez no tiene intención de formar el nuevo gobierno».

Más tarde, Meir llegó a la Knesset, donde envió un enérgico mensaje al Líbano y a las organizaciones terroristas desde el podio del pleno. Después anunció su dimisión: «Después de reflexionar y volver a reflexionar llegué al reconocimiento general de que sería mejor que el público les dejara a sus representantes reexaminar y decidir de nuevo sobre la creación de un gobierno nuevo y sólido».

Tras la dimisión de Meir, el partido decidió pedirle al presidente Katzir que le confiara la formación del nuevo gobierno al entonces ministro de Trabajo, Itzjak Rabin, quien ganó la contienda contra Shimon Peres. El 3 de junio de 1974, Rabin presentó su primer gobierno, que contaba con 61 miembros de la Knesset.

A las 18.57 hs., Meir se levantó de la banca de la cabecera del gabinete. Caminó silenciosamente, con pasos pesados ​​y cansados, se sentó a un lado, en la banca de los legisladores comunes, se llevó tres dedos a la barbilla y observó el cambio de roles, y tal vez de época. Junto a ella estaba sentado el diputado Pinjas Sapir, y cerca, el resto de los ministros que dejaron el gobierno. Una semana después dimitió de la Knesset.

No fue una reunión festiva. Eliyahu Amikam describió entonces en Yediot Ahronoth: «El ambiente en la Casa no era festivo. En las gradas no se veía a los visitantes habituales, la gente importante que suele estar presente en las reuniones y ceremonias festivas de la Knesset: los grandes rabinos, los jueces supremos, altos mandos militares y diversas autoridades públicas. Del cuerpo diplomático solo vino uno: el cónsul general de Sudáfrica. Por otro lado, se destacó el gran número de familiares de los nuevos ministros.»

El primer gobierno de Rabin tuvo altibajos. Al final, el gobierno cayó después de que los ministros del Mafdal no evitaran un voto de censura después de que algunos de los ministros no hubieran podido regresar a sus casas antes de Shabat de la ceremonia de recepción del primer avión F-15 recibido por la Fuerza Aérea. En las elecciones celebradas entonces, en mayo de 1977, se produjo un punto de inflexión.

Tras su retirada de la vida política, Golda Meir dividió su vida entre el kibutz Revivim, donde vivía su hija, y su casa en Tel Aviv. En 1977 se reunió con el presidente egipcio Anwar Sadat durante su visita a Israel. El 8 de diciembre de 1978 falleció Meir y tenía 80 años.

Dayan continuó sirviendo como diputado, pero no recibió un puesto ministerial en el gobierno de Rabin. Regresó a la mesa del gobierno después de la revolución en 1977, cuando fue designado por Begin como ministro de Asuntos Exteriores, cargo que ocupó durante poco más de dos años. Luego continuó sirviendo como miembro de la Knesset hasta su muerte en octubre de 1981, a los 66 años.

El jefe del Estado Mayor Elazar fue nombrado después de su retiro del Ejército como presidente del Consejo Directivo de Zim. El 15 de abril de 1976 sufrió un infarto y falleció. Tenía 50 años cuando murió.

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Ben Gvir: ‘Advertí a Netanyahu’ y prometió no aceptar un ‘imprudente’ acuerdo de rehenes

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Agencia AJN.- El primer ministro Benjamín Netanyahu prometió no aceptar un acuerdo «temerario» sobre los rehenes, afirma en un comunicado el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, tras una reunión entre ambos.

«Advertí al primer ministro [de las consecuencias] si, Dios no lo quiera, Israel no entra en Rafah, si, Dios no lo quiera, terminamos la guerra, si, Dios no lo quiera, habrá un acuerdo imprudente», dice Ben Gvir en una declaración en vídeo.

«El primer ministro escuchó mis palabras, prometió que Israel entraría en Rafah, prometió que la guerra no terminaría y prometió que no habría un acuerdo temerario. Acojo con satisfacción estas cosas. Creo que el primer ministro entiende muy bien lo que significará que estas cosas no se lleven a cabo.»

Ben Gvir se reunió con Netanyahu para hablar del acuerdo y de la inminente operación Rafah de las FDI antes de la reunión general del gabinete de esta tarde. Anteriormente, el primer ministro declaró que Israel «entrará en Rafah y eliminaremos allí a los batallones de Hamás -haya o no acuerdo- para lograr la victoria total.»

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Israel. Primer ministro Netanyahu: «No hay opción, entraremos a Rafah»

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Agencia AJN.- Israel entrará en Rafah independientemente de las conversaciones de tregua, prometió el primer ministro Benjamín Netanyahu en una conversación con familias afligidas y parientes de rehenes que presionan contra un acuerdo con Hamás que ponga fin a la guerra en Gaza antes de que el grupo terrorista haya sido derrocado.

El Primer Ministro Benjamín Netanyahu confirmó que Israel ha comenzado a evacuar a civiles de la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, antes de la ofensiva terrestre y que la guerra continuará a pesar de que las FDI retiraron a la mayoría de sus fuerzas del enclave palestino.

«Continuamos la guerra. Hemos comenzado a evacuar a los civiles de Rafah y la ofensiva allí comenzará pronto. No nos rendiremos a Hamás», dijo a las familias de los soldados caídos y rehenes retenidos por Hamás en Gaza, añadiendo que estaba luchando presión internacional, incluso de Estados Unidos.

“La idea de que detendremos la guerra antes de lograr todos sus objetivos no es una opción”, dice Netanyahu en los foros de línea dura Gvura y Tikva, que representan a familias de soldados asesinados y familias de rehenes retenidos en Gaza, respectivamente. “Entraremos en Rafah y eliminaremos allí a los batallones de Hamás, haya o no un acuerdo, para lograr la victoria total”.

Según un comunicado emitido por la Oficina del Primer Ministro, los grupos instaron a Netanyahu y al Asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi a continuar la guerra y resistir la presión internacional.

«Nos han dicho que 200.000 civiles ya han abandonado Rafah. El primer ministro dejó claro que sin la destrucción de los cuatro batallones de Hamás que quedan allí, no puede haber fin a la guerra», dijo Itzik Bonzel, cuyo hijo Amit murió en los combates en Gaza, añadiendo que sólo una victoria total completaría el trabajo que su hijo se propuso hacer.

Según Bozel, Netanyahu aseguró a las familias que no se dejaba intimidar por posibles órdenes de detención del Tribunal Penal Internacional de La Haya. «Nos dijo que estaba dispuesto a sacrificarse por Israel y que no tenía miedo», afirmó.

Netanyahu afirmó que se están realizando esfuerzos para negociar la liberación de los rehenes, la mitad de los cuales ya han sido liberados. Sin embargo, subrayó la existencia de importantes desafíos. «Hemos pausado los combates, pero la idea de detener la guerra sin desmantelar los batallones de Hamás que quedan es impensable», explicó, subrayando que Israel no consentiría en poner fin a la guerra prematuramente. «No lo permitiré».

El primer ministro también rechazó cualquier acuerdo que permitiera a Hamás reagruparse, diciendo: «No lo aceptaré. La victoria requiere ciertas condiciones». Señaló que la liberación de los rehenes, total o parcial, depende de la voluntad de Hamás de abandonar su exigencia de poner fin a la guerra.

La reunión del gabinete de guerra prevista para más tarde el martes fue cancelada y la respuesta de Hamás a la propuesta presentada por Egipto se espera para el miércoles.

Los responsables de Hamás han expresado su optimismo ante la posibilidad de alcanzar un acuerdo. Un miembro de alto rango del grupo terrorista describió la reciente propuesta presentada por Egipto como la mejor ofrecida hasta ahora a Hamás. Sin embargo, existe cierto desacuerdo entre los funcionarios israelíes, aunque coinciden en que la decisión última corresponde al líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar.

Mientras tanto, se canceló la reunión del Gabinete de Guerra prevista para el martes. Se espera una respuesta de Hamás a la propuesta de Egipto para el miércoles por la noche.

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