Agencia AJN.- Las ciudadanas egipcias levantan sus cabezas contra uno de los fenómenos más difíciles y comunes de ese país: los acosos sexuales y violencia contra las mujeres.

Últimamente se registró un aumento en la cantidad de videos y publicaciones en Internet en los que mujeres hablan sobre ataques y la incapacidad de las autoridades para resolver el problema.

Según estadísticas publicadas por la ONU, 99 de cada cien mujeres egipcias sufrieron algún tipo de acoso sexual.La impactante cifra se une a una serie de filmaciones de ataques, muchas de ellas extranjeras, en las grandes manifestaciones en plaza Tahrir, a principios de esta década.

En una visita oficial como presidente de Egipto en 2014, Muhammad a-Sisi visitó en un hospital a una mujer que había sido atacada durante las celebraciones de su victoria.

Un caso que causó furor en el país es el de Menna Abdel Aziz. En mayo, la adolescente publicó un video de TikTok de ella sollozando, con la cara con moretones e hinchada, diciendo que había sido violada.

En lugar de tratarla como una víctima, las autoridades la encarcelaron, acusándola de «libertinaje» por usar ropa que consideraban inmoral y por usar mal las redes sociales.

Incluso cuando las mujeres están tomando la delantera para enfrentarse a sus atacantes de una manera sin precedentes, otras están siendo arrestadas simplemente por expresarse, asegura el Washington Post.

La justicia sigue siendo desigual para las mujeres y a menudo depende de su clase social y riqueza en Egipto que es el país con mayor población en el mundo árabe y ocupa el tercer lugar en África y 24 en el mundo.

Una encuesta de 2017 realizada por dos grupos, ONU Mujeres y Promundo, informó que casi dos tercios de los hombres en Egipto dijeron que habían acosado sexualmente a mujeres o niñas en las calles.

Más de las tres cuartas partes de los hombres argumentaron que el vestido «provocativo» de una mujer era «una razón legítima para el acoso», reveló la encuesta.

«En la sociedad egipcia, existe un gran estigma que sigue a los sobrevivientes de agresión sexual», dijo Amr Magdi, investigador egipcio de Human Rights Watch.

«Se les obliga a guardar silencio y a ocultar lo que les sucedió, lo que trae un trauma continuo», explicó.

Según señala el Washington Post, en Egipto muchas universidades y lugares de trabajo tienen políticas de acoso sexual inexistentes o débiles.

El código penal de Egipto necesita urgentemente enmiendas para proteger mejor a las sobrevivientes de violaciones y acosos sexuales.

En el país todavía no existe una ley que penalice la violencia doméstica, a pesar de años de promesas por parte de los funcionarios de abordar esta brecha legal.

Las leyes existentes para castigar a los delincuentes sexuales no se han aplicado adecuadamente.

Sin la presión de la campaña en las redes sociales, dijo Magdi, es poco probable que «el gobierno hubiera tomado alguna medida» contra el estudiante que ahora enfrenta múltiples acusaciones de los fiscales egipcios.